Iole Madellaine de Kipper

Datos principales
Nombre completo: Iole Madellaine de Kipper
Edad: 22
Profesión: Novicia
Nacionalidad:: Francesa
Orientación sexual: Heterosexual

Descripciones
Descripción física: Estatura de 1.53, pesa 55 kilos. De complexión delgada, pálida y de ojos grandes y claros, nariz pequeña y labios gruesos. Su cabello café es ligeramente ondulado; sus manos pequeñas llevan las uñas cortas y los dedos tienen callos, al igual que sus pies.

Código:

Iole Madellaine
(Poco antes de ir al Orden).


Descripción psicológica: Es una jovencita de naturaleza introvertida y tranquila. Suele tener debates internos sobre lo que debería o no y cómo interactuar con los demás. Un pequeño accidente de su pasado la ha vuelto indecisa y algo torpe. Atrae fácilmente amistades por su apariencia casi mansa, pero no se deja atraer por personas "guiadas por el mal camino o la holgazanería". Habituada al trabajo duro, le es difícil adaptarse a ambientes demasiado citadinos y en su desesperación prefiere trabajar en lo que sea gratuitamente. Ve a la Inquisición como un mal empleo de la Palabra de Dios, pues en su vocación, para llegar a él la única vía llega con la meditación, el expandimiento oral de Su palabra y el trabajo libre de lazos mundanos.

Datos personales
Historia: Siendo hija de una mujer de los Países Bajos y un comerciante francés, es llevada por la influencia de su tía (Francisca De Amboise, fundadora de su orden) a la Orden del Carmen, o como muchos le llamaban, La Orden de las Carmelitas Descalzas. Viviendo desde siempre en el centro de una familia católica, fue feliz en su noviciado entre la meditación y el trabajo honrado. A la muerte de sus padres en una emboscada de su caravana, hereda una cuantiosa fortuna pero no tiene conocimientos financieros. Debió salir del convento con el permiso de su tía para resolver los problemas de deudas que le había heredado su padre, y perdió casi todo entre el pago de las mismas y personas que se aprovecharon de su falta de experiencia. Cansada ya de vivir en ese mundo cruel y deshonesto durante meses, tomó la escasa fortuna que le quedaba y regresó a su Orden, sólo para encontrarla vacía, abandonada por un incendio que volvió sus cimientos inestables. Su tía al parecer había sobrevivido y le pedía esperarla en las afueras de París, donde sería la siguiente sede.
Recién llegada a París, no supo qué hacer por la cantidad incontable de personas y edificios. Se perdió más de una vez y se vio obligada a hablar para que alguien la auxiliara. Nadie conocía la Orden de las Carmelitas o no parecía importarles. Nadie sabía nada de una orden o de la llegada de monjas. Iole se obligó a pensar que su tía había rehuído la cercanía de la Inquisición a pesar de pertenecer al mismo bando, temerosa de su violencia, y la había abandonado a su suerte.
Tan bruscos cambios la hicieron dudar de su destino. ¿De qué viviría? ¿Debía quedarse o irse? ¿Era novicia aún? No tenía una Orden, pero seguía amando su fe y se apegaba como podía a las costumbres de las monjas. Y, a pesar del escaso trabajo que podría encontrar, todavía tenía la vaga esperanza que su tía la encontrara.
Ahora, semanas después, está habituada a trabajar en cualquier cosa, habla entre susurros para no sentirse tan culpable ante su ya por mucho tiempo roto voto de silencio, recela de la Inquisición por sus prácticas brutales, pero los gitanos, al parecer sus mayores víctimas, tampoco le inpiran mucha confianza por su fama de vagos y ladrones. Aún así, se permite ayudar a civiles y holgazanes, gitanos y sacerdotes sospechosos, esperando que ése sea el camino que Dios le preparó para expandir Su palabra.

Familiares: El único del que tiene noticia es su tía, Francisca De Amboise, quien trata de expandir su orden por toda Francia.


Otros datos
Antecedentes: Gracias a su padre tiene cuantiosos cargos de "retención de bienes", pues casi todos los inmuebles se hicieron de los cobradores. También se le agregó una multa alta por falta de pago de impuestos. Pudo pagar todas las multas después, pero nada salió de su expediente.

Enfermedades: Ninguna.

Fobias, Gustos y Odios: No puede pasar mucho tiempo sin trabajar, consciente que la holgazanería y el tedio son signos de Pereza. Le divierten los pequeños placeres, como caminar, pues siente con sus pies las distintas texturas del terreno, u oler su ahora ciudad. Orarle a Dios es para ella un hábito que cumple gustosa. No se permite odiar a nadie, pero evita de ser posible la Inquisición. Con los gitanos, aunque no le agradan, prefiere permanecer indiferente hasta ver si son de fiar.

Nivel económico: Pese a su escasa fortuna, bajo.

Otros: Fiel a su Orden, siempre la encontrarán descalza a pesar de la suciedad de la ciudad. Cuando su atuendo de novicia se rompió, procuró comprarse dos conjuntos de ropa negra y algo para cubrir su cabeza. Siempre está seria, pero suele sonreír a quien le mire o dirija la palabra. Sabe francés, español y tiene un inglés pobre, pero su madre nunca quiso enseñarle su lenguaje natal, y Iole sospecha que sus abuelos no seguían sus mismas creencias, provocando la separación permanente entre ellos. Al principio respondía por su primer nombre, mas al ver que muchos se dificultaban para pronunciarlo se vio obligada a decirles su nombre francés: Madellaine. No permite que nadie la llame Mady porque así la llamaban sus padres cuando debían decirle malas noticias. Y ni para dormir se descubre la cabeza.