Somos amigos...¿No?

por **Bruno Bergeron** Sáb Jun 29, 2013 9:32 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Caminaron tranquilamente por las calles del centro de París, haciendo malos chistes sobre Alexander y el drama que le esperaba a su severa vida, Amour tenía una especie de humor negro que hacía reír a Bruno incluso en las ocasiones menos acertadas, incluso porque hacer reír a alguien como él no era del todo sencillo.
Terminó lo que quedaba de su puro y decidieron entrar al Babylon, era un hecho que la comida que vendían ahí era una suerte de entremeses baratos, pero nadie iba ahí por la comida.
Cruzaron la puerta con los aires de grandeza de todo buen inquisidor, todo parecía bastante tranquilo, quizá porque era temprano (y porque desconocían el espectáculo gitano que solía haber en el lugar).
Se sentaron en una mesa, que una chica se ofreció muy amable (y quizá temerosa) en darles, Bruno notó al hombre detrás de la barra y le lanzó una mirada de perro al asecho, no solían agradarle demasiado los baños de pueblo.

-¿Quieres algo de whisky o un buen vino? ¿Cuál es tu humor después de ver sufrir al jefe?- Le dijo con una mediana sonrisa mientras llamaba a la mesera.

por **Diègue Rousseau** Dom Jun 30, 2013 11:26 pm

No tuvo más que corresponder abrazando la cintura de Amour con fuerza, hasta que el otro se detuvo y lo lanzó, primero se aseguró de que los gitanos se hayan marchado y entonces volteó a mirarlo -Vaya, eso no lo esperaba para escapar de ellos...- Atinó a contestar llevándose una mano a la nuca dándose cuenta de la falta de su sombrero -Oh, lo siento- Le dijo quitándoselo al otro de la cabeza, pero tenía una expresión muy cómica que le hizo sonreír. -De verdad lo siento ah ¿Los interrumpí? Sucede que no quería matar gitanos en la calle, ya saben, no se ve muy bien que digamos...- Intentó reponer su entrada drástica -Soy Diègue Rousseau, amigo de la infancia de este cínico de acá-

por **Bruno Bergeron** Lun Jul 01, 2013 9:32 pm

-Cálmate Amour, tampoco es para que me hables en ese tono...-Le habló de manera condescendiente al de cabello negro mientras suspiraba pesado intentanto aclarar sus ideas.
-Mira, la cosa es que...-Estaba por intentar expresarse, cuando apareció un hombre corriendo, lucía como un forajido, al parecer a Amour se le daba bien el trato con maleantes. El sombrero aterrizó en su cabeza de una manera un tanto cómica, impidiéndole un poco de visibilidad, y para cuando se besaron, Bruno se escandalizó un poco, no por el acto en sí, sino por los presentes...después de todo eran inquisidores y tenían que mantener una pantalla de rectitud, una que siempre era mentira.
La gente pareció no inmutarse, entre peleas de borrachos, copas que chocaban y risas sin sentido, estaba lo suficientemente extrañado para percatarse de si los gitanos habían entrado corriendo al bar o no.
Y una vez que le quitó el sombrero, a Bruno le dieron ganas de matar gitanos aún en medio de las calles de París, si tan sólo tuviera una de sus espadas, correría a casa en ese preciso momento de no ser porque no había mucha escapatoria después de una presentación como esa.

-Encantado, Bruno Bergeron...pero qué entrada tan triunfal-comentó bruno con una sonrisa sarcástica, mientras le hacía un ademán para que se sentara con ellos. -No interrumpe absolutamente nada, ¿Gusta acompañarnos?- Lo invitó a que tomara asiento, y esperaba pasar del tema de conversación que intentaba mantener con Amour, quien parecía extrañamente contento.

por **Amour Brice** Mar Jul 02, 2013 12:33 am

Amour miró seriamente a Bruno por un momento, analizando su comportamiento enfermamente. De esas cualidades geniales que sólo un paranoico podía tener, lo divertido en el castaño es que normalmente cuando comenzaba a sospechar de algo nunca era infundamentado y normalmente siempre llegaba a algo de un modo o de otro.

Decidió probar a Bruno, normalmente le hubiera dicho a Diègue que se largara de una buena vez ahora que era libre de persecuciones, pero ahora por el simple hecho de notar raro a Bruno le pediría que se quedara por lo menos unos minutos más de lo que toleraba tener varias personas para atender de una sola vez, era muy agotador porque no podía observarlos con el detenimiento debido.

-Sí Diègue, no estabas interrumpiendo nada, descuida. Quédate- Le pidió mucho más sonriente que de costumbre tomando su mano y atrayéndolo para que se sentara en la silla de a lado.

por **Diègue Rousseau** Mar Jul 02, 2013 1:06 am

Diégue estaba esperando el "Bueno eso es todo, gracias y largo" Pero en vez de eso lo que obtuvo fue una feliz bienvenida que no pudo rechazar por mera curiosidad de lo que sea que Amour se trajera entre manos. No es que fuera un gran observador pero la verdad era rarísimo que Amour no lo mandara al carajo como era costumbre. Los miró con algo de extrañeza en los ojos castaños pero finalmente asintió -Está bien pero sólo una copa, en realidad tengo un asunto pendiente por lo que no podré acompañarlos como quisiera- Les dijo intentando argumentar de una buena vez el motivo falso de su verdadero instinto de huir de un momento a otro. -Amour, te noto muy animado ¿Debo suponer que el caballero, Bruno, te pone de buenas? ¡Hermano! Eso no pasaba desde la chica en Barcelona- Le comentó divertido, pero no pudo evitar mirar a su al rededor mientras hablaba, ese lugar nunca lo había visitado y era nuevo y extraño por lo que estaba muy entretenido en eso como para querer huir justo en el momento. Debía admitir que Amour le daba miedo cuando se ponía de misterioso pero la verdad es que por eso prefería no hacer preguntas a cosas que no quería saber.

por **Bruno Bergeron** Lun Jul 15, 2013 2:14 pm

—Es una pena, nos han traído una gran botella de vino, pero supongo que los asuntos pueden esperar un poco, después de todo, esa persecución debió agitarle —Comentó el inquisidor con una falsa mueca de tristeza, y ese nos han traído claramente sonaba a "Amour se quiere tirar al cantinero".

Los candelabros del Babylon alumbraban tenuemente, el lugar siempre parecía más oscuro de lo que lucían las calles de París durante el día, pero ya por la noche era como una luciérnaga ruidosa en medio de las casi tétricas calles de París.

Sonrió un poco ante el comentario de Diégue, mientras le daba otro sorbo distraído a su copa. —No me de el crédito Monsieur, lo que a Amour realmente le pone de buenas es tener el día libre...yo, por el contrario, soy un hombre aburrido. Pero Amour, amigo mío, cuéntame de aquella chica —Le dijo a son de burla, pues a diferencia del otro, él desconocía la historia. Extrañamente se preguntó sobre la amistad de ese par, parecía extraña y hasta cierto punto inconcedible, Bruno no tenía mucho qué contar, ya no le pertenecía a España y claramente no parecía pertenecerle a Notre Dame.

por **Amour Brice** Lun Jul 29, 2013 11:41 pm

Amour arqueó una ceja ante aquellos comentarios y miró alternadamente a ambos -Supongo que... lo peor del asunto es que no puedo negar lo de la chica, sucede que tenía talentos únicos- Comentó mirando de forma significativa a Diegue, para después reírse cínicamente -¿La historia?... Creo que lo único que vale la pena de la historia, mi querido amigo Bruno, es que follé gratis y sin descanso una semana entera y eso es todo, me gustaba ese acento, aveces decía cosas que no entendía, era genial no comprender lo que habla una mujer que por lo general son estupideces- Comentó tranquilamente mientras miraba feo a una de las meseras para que se largara. -Oye Diegue, ya en serio ¿Porqué te perseguían esos gitanos? ¿Crees que vengan de regreso? Pareciera que hay un alboroto allí afuera- Dijo quedándose mirando a la entrada -Si gustas te puedo cubrir mientras corres lejos- Se ofreció rápidamente.

por **Diègue Rousseau** Jue Feb 13, 2014 2:22 pm

Diègue sonrió divertido con el otro cuando empezó con sus comentarios sinvergüenzas, pero después desvió la mirada a ver la entrada, no había tal desastre que decía Amour pero sí había ruido a lo lejos, volteó a ver a Bruno y le sonrió maldoso aún había tiempo de das su ultimatum -Lo que pasa es que no quiere que te cuente lo que pasó, él se enamoró de ella, pero la chica, bueno tú sabes que las cortesanas son de un corazón difícil de conquistar por lo que lo botó y volvió a ser el mismo amargado de siempre- Le contó divertido al otro para después reírse de la expresión de puchero de Amour -Pareciera alguien malvado y sin corazón pero muy dentro aquí- Señaló el centro del pecho del castaño -Hay algo con lo que funciona, no por nada nos conocemos desde niños y es mi mejor amigo- Le comentó a Bruno -Muchachos los dejo- Dijo finalmente al ver que un parisino corría dentro del lugar asustado, de seguro eran esos cabrones gitanos de nuevo -Debo partir, un placer monsieur- Le dijo a Bruno sacando dinero de su bolsillo y pagando los tragos de todos antes de correr por la puerta de atrás del lugar.

por **Bruno Bergeron** Lun Sep 15, 2014 12:58 am

Bruno fingió una cara de animalito en problemas cuando Diègue comenzó a contar la historia de la tan famosa prostituta de Barcelona, era difícil creer que Amour se hubiera enamorado alguna vez porque trataba mejor la ropa que usaba que a las mujeres que se follaba y eso ya era mucho decir, al menos Bruno era un poco más "decente" con las mujeres, o al menos fingía algo de interés; aunque si él lo decía, debía de haber algo de verdad en todo ese asunto.

-El placer es mío...-Alcanzó a decir de manera apresurada antes de que el otro se fuera corriendo, se escuchaba alboroto afuera pero no tenía ganas de salir a investigar, sólo quería beber y despertar en un lugar desconocido a la mañana siguiente, ese era su único plan. -¿Tu amigo siempre entra y sale así de todos lados? -le preguntó a Amour ladeando una sonrisa mientras apuraba su copa, no quería entrar en detalles con todo aquello de "Amour tiene sentimientos".

por **Amour Brice** Lun Sep 15, 2014 1:42 am

Comenzó a desarrollar un tic en la ceja mientras el otro hacía ese show de "el tipo tiene corazón". Desvió la mirada manteniéndose inmutable con su amplia seriedad y galantería ante todo, pintó una sonrisita fingida cuando el castaño dijo que se iba y levantó las cejas en una expresión que más que agradar decía "Jódete" -Largo, "Dieguito"- Le comentó guiñándole un ojo -Antes de que salga a anotarles tu dirección en el trasero a esos gitanos asquerosos- Le dijo divertido mientras el otro sólo dejaba el dinero, revolvía su cabello en venganza de sus palabras y acto seguido salía corriendo.

Hizo una mueca de disgusto por eso pero regresó la mirada a Bruno estudiando su expresión mientras tomaba su copa de vino y la bebía sin dejar de mirarlo de forma tenebrosa, tragó y rodó los ojos -Es un estúpido, es costumbre que se meta en problemas. En resumen, sí- Le respondió como restándole importancia -Ah... bueno, no creas todas las boberías que dice, generalmente tiene una manera muy... "tierna" de ver la vida- Intentó argumentar incluso haciendo una seña con la mano para encomillar la palabra esa, le pintó una sonrisita descarada y dio un trago más -¿Sólo soy yo el que se quiere embriagar y no saber de sí o tengo colaborador?- Preguntó haciéndole una seña a la mesera para que ahora sí viniera y les trajera otra ronda, pero la mesera venía resentida con el inquisidor -Mejor quitas esa mirada y te vas apurando, mujer- Sí, llamarla por lo que era resultaba más ofensivo que buscar cualquier otro adjetivo descortés. No podía dejar de mirarlo, en realidad estaba avergonzado de lo que le habían dicho sobre él porque Amour siempre gustaba de pintarse a sí mismo como un despiadado infeliz y no es que esa descripción estuviera fuera de la realidad sino que dentro de ese caparazón tan y como lo había recalcado el otro idiota... había alguien que el mismo Amour se había encargado de enterrar, alguien débil y quizá hasta bueno, la verdad nunca había querido averiguarlo del todo. Sólo se blindó a sí mismo y punto, no necesitaba explicaciones para lo que se había convertido porque su naturaleza de alguna manera era así, disfrutaba muchísimo lo que hacía, joder gente era su especialidad. Habían estado interrumpiendo a ambos todo el tiempo transcurrido allí pero fuera de que eso le disgustara había estado siendo un alivio para evitar perderse en esos ojos castaños, el hecho de que haya soportado sus amenazas con tal estoicismo sólo lo hacía más perfecto, que ahora sólo estuviera allí como si nada afrontando eso del cantinero y luego Diègue, era divertido.

-FIN DE LA ESCENA-

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