Conectarse
Últimos temas
Staff de Notre Dame
Mínimo de líneas
Copyright ©
La historia original en la que se encuentra inspirado el foro es propiedad del escritor Victor Hugo en su obra "Nuestra señora de París", los personajes originales son propiedad de sus respectivos usuarios. En tanto los diseños, imágenes y nuevas historias que se crearon son propiedad de Notre Dame© Si se descubre de algún plagio sera denunciado directamente con foroactivo. Creative Commons License
Notre Dame by Adrien C. Trouillefou is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Unported License.
Rotos en más de un sentido (Privado)
+2
Fabrice Moreau
Lucien Des Grieux
6 participantes
Página 1 de 1.
Rotos en más de un sentido (Privado)
Sintió que el escalofrío comenzaba a recorrerle el cuerpo desde la nuca, una sensación tétrica que siempre le auguraba lo peor, estaba ahí, en cuerpo, pero simplemente no podía creer lo que veía. Adrien estaba completamente loco, loco como nunca había conocido a nadie, pero aquello realmente sobrepasaba todo lo que le habían dicho y había visto del bufón.
Gritaba cosas acerca de una traición y una venganza, Fabrice no quiso acercarse demasiado, algo le decía que era una pésima idea y miraba a su acompañante como pidiéndole alguna opción...desaparecer parecía la alternativa más correcta. Llevaba un pequeño morral de cuero, donde llevaba todas las cosas que tenía que entregar en el Babylon, ahí los gitanos eran como espíritus, que entraban y salían, que sólo eran notados por aquellos que realmente querían verlos; al parecer eso había acabado, pronto cargaría ese morral sólo por costumbre y algo de nostalgia.
Las cosas habían estado demasiado desquiciadas durante ese par de semanas -aunque realmente se sintieran como una eternidad-, las muertes, las persecuciones, las traiciones y la cólera recorrian las calles de París, el caos parecía no tener fin, ya no tenía rastros de la mayoría de sus amigos y conocidos, y el vivir con esa angustia ya no era para nada vida, cuando llevaba días sin dormir y soñaba con cuerpos calcinados y crucifixiones.
-¿Qué se supone que hagamos ahora? ¿No tenían una especie de trato? -le preguntó al pelirrojo, mientras seguían ocultándose en aquella esquina, con la sombra que les otorgaba la puesta de sol.
Gritaba cosas acerca de una traición y una venganza, Fabrice no quiso acercarse demasiado, algo le decía que era una pésima idea y miraba a su acompañante como pidiéndole alguna opción...desaparecer parecía la alternativa más correcta. Llevaba un pequeño morral de cuero, donde llevaba todas las cosas que tenía que entregar en el Babylon, ahí los gitanos eran como espíritus, que entraban y salían, que sólo eran notados por aquellos que realmente querían verlos; al parecer eso había acabado, pronto cargaría ese morral sólo por costumbre y algo de nostalgia.
Las cosas habían estado demasiado desquiciadas durante ese par de semanas -aunque realmente se sintieran como una eternidad-, las muertes, las persecuciones, las traiciones y la cólera recorrian las calles de París, el caos parecía no tener fin, ya no tenía rastros de la mayoría de sus amigos y conocidos, y el vivir con esa angustia ya no era para nada vida, cuando llevaba días sin dormir y soñaba con cuerpos calcinados y crucifixiones.
-¿Qué se supone que hagamos ahora? ¿No tenían una especie de trato? -le preguntó al pelirrojo, mientras seguían ocultándose en aquella esquina, con la sombra que les otorgaba la puesta de sol.
Fabrice Moreau- Eta
- Ocio : Practicante de la herbolaria
Mensajes : 80
Fecha de inscripción : 24/01/2011
Ficha técnica
Estado civil: Soltero
Pareja: --
Círculo social: Gitanos
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
-Más que un trato torpe, eran amigos... -Lucien se llevó el dedo pulgar a la boca y lo mordisqueó con nerviosismo, tantos eran los rumores que corrían al rededor de los recientes acontecimientos que ya era más escéptico de lo normal. -Deberíamos largarnos de aquí antes de que llegue la guardia, o peo, que Adrien termine de perder la cabeza- miró a través de los tejados, buscando algunas rutas de escape, a final de cuentas nadie de los presentes reparaba en su presencia, la discusión era demasiado acalorada, al parecer los empleados de aquél bar harían hasta lo imposible por defenderlo -aunque en realidad pudieran hacer muy poco-.
Un recuerdo repentino le asaltó el pensamiento, aquél de cuando era perseguido como un perro rabioso por las calles de París y llegó herido a aquél bar por una casualidad que hasta aquél momento creyó imposible; aquél tipo, en medio de su ebriedad y sin hacer preguntas, lo ocultó en un barril y le salvó el pellejo, le debía una, una grande... pero Adrien no podía enterarse.
-Tenemos que avisarle a Jean -dijo con determinación, una vez que observó que la primer antorcha era encendida. -¡Corre!-
Un recuerdo repentino le asaltó el pensamiento, aquél de cuando era perseguido como un perro rabioso por las calles de París y llegó herido a aquél bar por una casualidad que hasta aquél momento creyó imposible; aquél tipo, en medio de su ebriedad y sin hacer preguntas, lo ocultó en un barril y le salvó el pellejo, le debía una, una grande... pero Adrien no podía enterarse.
-Tenemos que avisarle a Jean -dijo con determinación, una vez que observó que la primer antorcha era encendida. -¡Corre!-
Lucien Des Grieux- Zeta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 21/04/2012
Ficha técnica
Estado civil: Soltero
Pareja:
Círculo social: Gitanos
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Fabrice no entendía el por qué siempre terminaba en situaciones como esa, en medio de algo que no le correspondía y aún así no pudo negarse, corrieron por ese callejón y treparon por un tejado para pasar por encima de aquél alboroto sin que los vieran, Lucien siempre había logrado moverse como un felino, pero él siempre había sido algo descuidado, no por nada el pelirrojo le decía "torpe", sólo por molestarlo. Una vez que estuvieron prudentemente lejos de ahí, bajaron a la calle y emprendieron aquella carrera. -Dime que al menos sabes dónde vive- le preguntó al otro entre jadeos, mientras daban la vuelta en una de tantas calles. Fabrice había visto en innumerables ocasiones al tipo del bar, al parecer muchos lo conocían y decían que había cedido el negocio porque se había vuelto un ebrio suicida o algo por el estilo.
Cuando estuvieron frente a la casa, Fabrice sentía que los pulmones le ardían y las piernas le punzaban. -¡Hey! ¿Qué haces?- miró a Lucien buscando la manera de forzar aquella puerta.
-¿Esperas que me presente y me quede a tomar el té? -lo reprendió. -Ve por la parte de atrás, debe tener una carreta o un par de caballos, esperanos aquí, espero no tardar... -ni siquiera esperó una respuesta por parte de Fabrice, no había tiempo que perder,a tal grado que ni siquiera sabía cómo le iba a decir todo a Jean"Tu amigo el bufón planea joderte la vida" "Dicen que te querías morir, Adrien te lo quiere facilitar", cada diálogo era pemás divertido para él pero peor para la situación.
La puerta hizo un chasquido, señal de que la cerradura de bronce había cedido y sonrió triunfante.
Cuando estuvieron frente a la casa, Fabrice sentía que los pulmones le ardían y las piernas le punzaban. -¡Hey! ¿Qué haces?- miró a Lucien buscando la manera de forzar aquella puerta.
-¿Esperas que me presente y me quede a tomar el té? -lo reprendió. -Ve por la parte de atrás, debe tener una carreta o un par de caballos, esperanos aquí, espero no tardar... -ni siquiera esperó una respuesta por parte de Fabrice, no había tiempo que perder,a tal grado que ni siquiera sabía cómo le iba a decir todo a Jean"Tu amigo el bufón planea joderte la vida" "Dicen que te querías morir, Adrien te lo quiere facilitar", cada diálogo era pemás divertido para él pero peor para la situación.
La puerta hizo un chasquido, señal de que la cerradura de bronce había cedido y sonrió triunfante.
Fabrice Moreau- Eta
- Ocio : Practicante de la herbolaria
Mensajes : 80
Fecha de inscripción : 24/01/2011
Ficha técnica
Estado civil: Soltero
Pareja: --
Círculo social: Gitanos
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Adrien estaba desquiciado, una vez que terminó el horrible espectáculo de la hoguera que prácticamente fue lo que tuvo entretenido a todo París él no podía dejar de darle vueltas a las cosas... primero la muerte de Ayrton y ahora la muerte de Mathias de esa manera tan miserable. Él era su amigo, un gran amigo en realidad, había terminado por ser un gran apoyo manipulando sus negocios en el mercado negro y siempre había sido tan servicial y amable que simplemente no podía creer que el hombre que se desvivía en gritos y dolor en la explanada de la catedral pudiera ser él. Pero aunque al principio le dolió tanto su pérdida no se esperaba lo que iba a pasar más adelante porque después de su muerte obviamente Adrien tuvo que regresar a hacerse cargo de sus negocios... Había un detalle que saltaba a la vista de todo aquello y es que ciertos datos de donde encontraron a Mathias aún estaban en el aire, y no sabía cómo es que le habían atrapado así, desaparecido del burdel a la mazmorra y de la mazmorra al fuego...
¿Jean? ¿Jean te estaba traicionando?
Su burdel estaba casi intacto, un par de sus hombres habían sido llevados junto con el principal, el sitio específico donde Mathias se ocultaba es al que habían llegado específicamente a destruir para llevárselo ¿Por qué? ¿Por qué de repente todo se había complicado así? El terrible mensaje de Alexander para ser respetado había sido más que entendido, en realidad totalmente resentido por el Rey loco de los gitanos. Había estado tirado frente a los escombros de la habitación durante horas revisó papeles, las cuentas... todo estaba intacto sólo desordenado, entre más revisaba más se descolocaba, faltaba dinero cada que entregaba cuentas a él pero no sólo eso, encontró cartas que decían cosas inimaginables, quedó en shock un momento antes de llegar a una inevitable conclusión mientras observaba toda esa información con horror.
"Jean me traicionó..."
Ellos eran amigos, confidentes, ¡Hermanos! ¿Cómo pudo atreverse a hacerle tal cosa? ¿Cómo pudo cambiarlo por un peón? Ese cabrón de Mathias había apuntado muy alto y al volar tan cerca del sol sus alas se derritieron haciéndolo caer y despedazarse contra el suelo. Esa noche decidió que las cosas no iban a quedarse así, llegó enfurecido a La Corte de los Milagros y en cuando vio a Didier perdió el control plantándose frente a él.
-¡ESE HIJO DE PUTA DE JEAN ME TRAICIONÓ! ¡AMBOS ME TRAICIONARON!- Gritó en la cara de Didier mientras llevaba un brazo a tirar todo lo que había en la mesa arrastrando un zarpazo por la superficie de madera haciendo caer todo a su paso, Didier estaba cenando mientras conversaba con otro par de gitanos: Lucien y Fabrice, de repente ya todos miraban estupefactos al bufón con eso -¡¿PUEDEN CREER LO QUE TENGO QUE AFRONTAR AHORA CON TODO ESTO?! ¡¡TODO SE ESTABA FILTRANDO, MIERDA!!- Gritó histérico golpeando con fuerza la mesa con los puños y tiró la cabeza contra la mesa -No se atrevan a pedirme que me calme...-
Didier que iba acudir a levantarle de allí retrocedió y levantó las manos en son de paz cuando la potente mirada del gitano de le clavaba cual certero cuchillo en el entrecejo. No pudo decir nada, apenas si balbuceó un "Lo siento".
-¡Tienen prohibidísimo acercarse a ese traidor malnacido! ¡Voy a hacerme cargo personalmente de este problema! ¡Y si tienen información extra de esto más vale que me la digan ahora mismo! ¡¿Didier?!-
El rubio lo observó anonadado, no sabía que Adrien pudiera llegar a ponerse tan mal por la pérdida de Mathias... porque era eso ¿Verdad? ¿O de qué estaba hablando? Pero sabía que no sólo ese tema le desquiciaba, la sombra de Ayrton le pisaba los talones, asfixiaba a su jefe, le cegaba completamente. No era sólo Mathias... Adrien tenía la certeza de que Alexander ya había intervenido en su vida para destruirlo de a poco, como desmembrándolo, además... Jean era su mejor amigo. Pese a que lo entendía en parte no podía atreverse a decir algo como "Yo soy el malnacido e hijo de puta traidor del que hablas, entregué a Mathias, pero verás él se lo merecía. Deja a Jean en paz" No podía, pese a que temió por Jean sabía que tendría más probabilidades de salvarse que la ira del rey en dado caso que fuera atrapado, sólo atinó a negar cuando le miró expectante.
Danielle se había refugiado en La Corte de los milagros por sucesos tan inesperados que ni ella misma acababa de creer, cuando escuchó el alboroto corrió a donde estaba y le abrazó a la fuerza levantándolo de la mesa, el líder gitano sollozaba haciéndose pedazos a cada estridente alarido, se llevó las manos al cabello y rugió mientras caía de rodillas y ella se agachaba a su lado -¡Hey! ¡Hey! ¡Adrien! ¿Qué carajo te pasa? ¡Por favor!- Le pidió para que la mirara pero Adrien no podía.
Se revolvió los cabellos compactado allí un momento, le dolía en el alma que alguien a quien amaba tanto le haya clavado tal estaca en el corazón, Jean le dolía... le dolía mucho, tanto como su Ayrton, tanto como la traición de Mathias y todos sus colegas presos y muertos -¡HIJO DE PUTA!- Gruñó psicótico de repente. -¡Ustedes! ¡Encarcelen a este!- Exigió de repente a dos de sus gitanos más confiables y señaló a Didier que se quedó estupefacto -¡No quiero que intervengas! ¡Y si estás mintiéndome juro que te arrepentirás!- Le rugió y se levantó de repente sujetándose de Danielle. -¡Vengan!- Les ordenó jalando a la chica de la muñeca y tomó una lámpara de aceite y un par de gruesos troncos mientras avanzaba a pasos furiosos -¡Lucien! ¡Fabrice!¡Aseguren la corte de los milagros!- Les ordenó antes de largarse fuera de la corte totalmente colérico abordó una carroza a la que Danielle se vio prácticamente arrastrada a abordar. -¡Al Babylon!- Ordenó al conductor.
-¡¿Pero qué mierdas vas a hacer Adrien?! ¡¡Adrien ni siquiera tienes pruebas de lo que afirmas!! ¡Por favor!-
-¡Nadie volverá a burlarse de mí! ¡Jamás! ¡Ese maldito lo sabía todo! ¡Él lo sabía y no me dijo nada! ¡Entregó a Ayrton! ¡Entregó a sus hermanos! ¡Todo para quitarme de en medio y él lo sabía!-
-¡Jean no tiene ni idea de lo qu|
-¡NO! ¡Vuelve a defenderlo y juro que mi protección termina para ti! ¡Me la debes! ¡Tú me lo debes! ¡Cállate y obedece!- Exigió.
Danielle se obligó a cerrar la boca tragándose su remordimiento, su enojo y sus opiniones para después, Adrien estaba más loco que nunca, abrazó los troncos con resignación y desvió la mirada con un gesto de tristeza en un puchero bajando la mirada, tampoco entendía mucho de ello pero suponía que como Jean era pareja de Mathias de allí se originaba la furia del gitano. Mientras Adrien miraba el camino hacia delante con una loca convicción, ella miraba a la ventanilla de atrás y fue cuando se percató de que dos siluetas siguieron el carruaje minutos después de que partió lo cual le hizo pensar que quizá no estaba todo perdido. Estaba muy preocupada y asustada pero no diría más, era verdad, ahora sólo era una rata forajida, no podía hacerse de más enemigos pero el líder esta vez estaba mal, demasiado mal y el no decirlo por tenerlo prohibido con esa prepotencia le hirió bastante profundo.
Cuando se bajó enloquecido de rabia del carruaje se metió al lugar con una expresión desencajada, lo que ocurrió a continuación fue obra suya y sólo suya, Clopín estaba de acuerdo y le apoyaba, claro, pero él fue quien se puso a gritarles a todos preguntando por Jean y exigiendo que saliera de una buena vez -¡LO ESCONDES DE MÍ! ¡TODOS VAN A ARREPENTIRSE DE ESA DECISIÓN!- Les gritó a las meseras, el lugar estaba casi vacío ese día, noche de lunes, nadie iba ese día, a veces ni Jean y seguro que ahora menos con su depresión. Los pocos que estaban allí ayudaron a Danielle a sacarlo del lugar intentando acallar su escándalo por su propio bien, le habían sacado mientras se debatía de ellos tirando algunas mesas y sillas aquí y allá.
Adrien no había metido la lámpara de aceite ni el par de troncos que había dejado a la entrada con el otro gitano que le acompañaba totalmente casual, nadie desconfiaba de ellos... hasta ese día. La rompió y encendió una de las antorchas saltando al tejado para arrastrarla por la madera que comenzó a arder ¿Quién podía seguirle el juego cuando trepaba con esa facilidad? Nadie, aunque le gritaban que se detuviera a él le daba igual. El tejado en efecto comenzó a incendiarse con rapidez y cuando eso sucedió abandonó aquella antorcha allí e hizo una señal, el otro gitano que había venido como conductor llevó dentro la otra antorcha amenazando con la misma a quienes quisieran interponerse y la lanzó sobre una de las mesas que comenzó a arder.
Danielle se desvivió gritándole que parara, que no lo hiciera, que se callara, que se fueran pero él no escuchó nada de eso -¡Baja de allí Adrien! ¡ADRIEN NO!- Gritó llevándose las manos a la boca y cerrando lo ojos con fuerza, el Babylon estaba en llamas -Mierda...- Chilló llevándose las manos a la cabeza y caminando en un círculo -Maldita sea- Jadeó desesperada.
¿Jean? ¿Jean te estaba traicionando?
Su burdel estaba casi intacto, un par de sus hombres habían sido llevados junto con el principal, el sitio específico donde Mathias se ocultaba es al que habían llegado específicamente a destruir para llevárselo ¿Por qué? ¿Por qué de repente todo se había complicado así? El terrible mensaje de Alexander para ser respetado había sido más que entendido, en realidad totalmente resentido por el Rey loco de los gitanos. Había estado tirado frente a los escombros de la habitación durante horas revisó papeles, las cuentas... todo estaba intacto sólo desordenado, entre más revisaba más se descolocaba, faltaba dinero cada que entregaba cuentas a él pero no sólo eso, encontró cartas que decían cosas inimaginables, quedó en shock un momento antes de llegar a una inevitable conclusión mientras observaba toda esa información con horror.
"Jean me traicionó..."
Ellos eran amigos, confidentes, ¡Hermanos! ¿Cómo pudo atreverse a hacerle tal cosa? ¿Cómo pudo cambiarlo por un peón? Ese cabrón de Mathias había apuntado muy alto y al volar tan cerca del sol sus alas se derritieron haciéndolo caer y despedazarse contra el suelo. Esa noche decidió que las cosas no iban a quedarse así, llegó enfurecido a La Corte de los Milagros y en cuando vio a Didier perdió el control plantándose frente a él.
-¡ESE HIJO DE PUTA DE JEAN ME TRAICIONÓ! ¡AMBOS ME TRAICIONARON!- Gritó en la cara de Didier mientras llevaba un brazo a tirar todo lo que había en la mesa arrastrando un zarpazo por la superficie de madera haciendo caer todo a su paso, Didier estaba cenando mientras conversaba con otro par de gitanos: Lucien y Fabrice, de repente ya todos miraban estupefactos al bufón con eso -¡¿PUEDEN CREER LO QUE TENGO QUE AFRONTAR AHORA CON TODO ESTO?! ¡¡TODO SE ESTABA FILTRANDO, MIERDA!!- Gritó histérico golpeando con fuerza la mesa con los puños y tiró la cabeza contra la mesa -No se atrevan a pedirme que me calme...-
Didier que iba acudir a levantarle de allí retrocedió y levantó las manos en son de paz cuando la potente mirada del gitano de le clavaba cual certero cuchillo en el entrecejo. No pudo decir nada, apenas si balbuceó un "Lo siento".
-¡Tienen prohibidísimo acercarse a ese traidor malnacido! ¡Voy a hacerme cargo personalmente de este problema! ¡Y si tienen información extra de esto más vale que me la digan ahora mismo! ¡¿Didier?!-
El rubio lo observó anonadado, no sabía que Adrien pudiera llegar a ponerse tan mal por la pérdida de Mathias... porque era eso ¿Verdad? ¿O de qué estaba hablando? Pero sabía que no sólo ese tema le desquiciaba, la sombra de Ayrton le pisaba los talones, asfixiaba a su jefe, le cegaba completamente. No era sólo Mathias... Adrien tenía la certeza de que Alexander ya había intervenido en su vida para destruirlo de a poco, como desmembrándolo, además... Jean era su mejor amigo. Pese a que lo entendía en parte no podía atreverse a decir algo como "Yo soy el malnacido e hijo de puta traidor del que hablas, entregué a Mathias, pero verás él se lo merecía. Deja a Jean en paz" No podía, pese a que temió por Jean sabía que tendría más probabilidades de salvarse que la ira del rey en dado caso que fuera atrapado, sólo atinó a negar cuando le miró expectante.
Danielle se había refugiado en La Corte de los milagros por sucesos tan inesperados que ni ella misma acababa de creer, cuando escuchó el alboroto corrió a donde estaba y le abrazó a la fuerza levantándolo de la mesa, el líder gitano sollozaba haciéndose pedazos a cada estridente alarido, se llevó las manos al cabello y rugió mientras caía de rodillas y ella se agachaba a su lado -¡Hey! ¡Hey! ¡Adrien! ¿Qué carajo te pasa? ¡Por favor!- Le pidió para que la mirara pero Adrien no podía.
Se revolvió los cabellos compactado allí un momento, le dolía en el alma que alguien a quien amaba tanto le haya clavado tal estaca en el corazón, Jean le dolía... le dolía mucho, tanto como su Ayrton, tanto como la traición de Mathias y todos sus colegas presos y muertos -¡HIJO DE PUTA!- Gruñó psicótico de repente. -¡Ustedes! ¡Encarcelen a este!- Exigió de repente a dos de sus gitanos más confiables y señaló a Didier que se quedó estupefacto -¡No quiero que intervengas! ¡Y si estás mintiéndome juro que te arrepentirás!- Le rugió y se levantó de repente sujetándose de Danielle. -¡Vengan!- Les ordenó jalando a la chica de la muñeca y tomó una lámpara de aceite y un par de gruesos troncos mientras avanzaba a pasos furiosos -¡Lucien! ¡Fabrice!¡Aseguren la corte de los milagros!- Les ordenó antes de largarse fuera de la corte totalmente colérico abordó una carroza a la que Danielle se vio prácticamente arrastrada a abordar. -¡Al Babylon!- Ordenó al conductor.
-¡¿Pero qué mierdas vas a hacer Adrien?! ¡¡Adrien ni siquiera tienes pruebas de lo que afirmas!! ¡Por favor!-
-¡Nadie volverá a burlarse de mí! ¡Jamás! ¡Ese maldito lo sabía todo! ¡Él lo sabía y no me dijo nada! ¡Entregó a Ayrton! ¡Entregó a sus hermanos! ¡Todo para quitarme de en medio y él lo sabía!-
-¡Jean no tiene ni idea de lo qu|
-¡NO! ¡Vuelve a defenderlo y juro que mi protección termina para ti! ¡Me la debes! ¡Tú me lo debes! ¡Cállate y obedece!- Exigió.
Danielle se obligó a cerrar la boca tragándose su remordimiento, su enojo y sus opiniones para después, Adrien estaba más loco que nunca, abrazó los troncos con resignación y desvió la mirada con un gesto de tristeza en un puchero bajando la mirada, tampoco entendía mucho de ello pero suponía que como Jean era pareja de Mathias de allí se originaba la furia del gitano. Mientras Adrien miraba el camino hacia delante con una loca convicción, ella miraba a la ventanilla de atrás y fue cuando se percató de que dos siluetas siguieron el carruaje minutos después de que partió lo cual le hizo pensar que quizá no estaba todo perdido. Estaba muy preocupada y asustada pero no diría más, era verdad, ahora sólo era una rata forajida, no podía hacerse de más enemigos pero el líder esta vez estaba mal, demasiado mal y el no decirlo por tenerlo prohibido con esa prepotencia le hirió bastante profundo.
Cuando se bajó enloquecido de rabia del carruaje se metió al lugar con una expresión desencajada, lo que ocurrió a continuación fue obra suya y sólo suya, Clopín estaba de acuerdo y le apoyaba, claro, pero él fue quien se puso a gritarles a todos preguntando por Jean y exigiendo que saliera de una buena vez -¡LO ESCONDES DE MÍ! ¡TODOS VAN A ARREPENTIRSE DE ESA DECISIÓN!- Les gritó a las meseras, el lugar estaba casi vacío ese día, noche de lunes, nadie iba ese día, a veces ni Jean y seguro que ahora menos con su depresión. Los pocos que estaban allí ayudaron a Danielle a sacarlo del lugar intentando acallar su escándalo por su propio bien, le habían sacado mientras se debatía de ellos tirando algunas mesas y sillas aquí y allá.
Adrien no había metido la lámpara de aceite ni el par de troncos que había dejado a la entrada con el otro gitano que le acompañaba totalmente casual, nadie desconfiaba de ellos... hasta ese día. La rompió y encendió una de las antorchas saltando al tejado para arrastrarla por la madera que comenzó a arder ¿Quién podía seguirle el juego cuando trepaba con esa facilidad? Nadie, aunque le gritaban que se detuviera a él le daba igual. El tejado en efecto comenzó a incendiarse con rapidez y cuando eso sucedió abandonó aquella antorcha allí e hizo una señal, el otro gitano que había venido como conductor llevó dentro la otra antorcha amenazando con la misma a quienes quisieran interponerse y la lanzó sobre una de las mesas que comenzó a arder.
Danielle se desvivió gritándole que parara, que no lo hiciera, que se callara, que se fueran pero él no escuchó nada de eso -¡Baja de allí Adrien! ¡ADRIEN NO!- Gritó llevándose las manos a la boca y cerrando lo ojos con fuerza, el Babylon estaba en llamas -Mierda...- Chilló llevándose las manos a la cabeza y caminando en un círculo -Maldita sea- Jadeó desesperada.
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Todos los sucesos de la última semana eran una mancha borrosa dentro de su cabeza, no podía recordar nada coherente, nada más que aquellos horribles gritos en medio de la multitud y el humo que provocaban las llamas...los escuchaba aunque su cuerpo le pidiera descanso e intentara dormir, recordaba la voz de Mathias gritando su nombre o quizá eso fue lo que a él le pareció escuchar antes de que lo arrastraran lejos de ahí evitándole la muerte.
Primero pensó que era un chiste, una broma de mal gusto, que todo era una mentira orquestada para aniquilar sus sueños utópicos...pero cuando comenzó a sentir ese escozor maldito dentro del pecho entendió que no era un juego, que Alexander y los demás inquisidores no estaban jugando. Le dolía algo que ni siquiera sabía que estaba ahí y para cuando se dio cuenta que en verdad importaba, ya era demasiado tarde.
No quería vivir ni morirse, por la simple idea de que los ojos de Mathías lo seguirían aún después de muerto; la embriaguez constante lo mantenía en un estado de letargo del que prefería no salir jamás.
Primero pensó que era un chiste, una broma de mal gusto, que todo era una mentira orquestada para aniquilar sus sueños utópicos...pero cuando comenzó a sentir ese escozor maldito dentro del pecho entendió que no era un juego, que Alexander y los demás inquisidores no estaban jugando. Le dolía algo que ni siquiera sabía que estaba ahí y para cuando se dio cuenta que en verdad importaba, ya era demasiado tarde.
No quería vivir ni morirse, por la simple idea de que los ojos de Mathías lo seguirían aún después de muerto; la embriaguez constante lo mantenía en un estado de letargo del que prefería no salir jamás.
***
Lucien abrió la puerta lentamente, como si temiera que alguien estuviera del otro lado de la puerta, más que dispuesto a atravesarlo con una espada ante semejante allanamiento, pero a diferencia de eso, se encontró con un silencio sepulcral que fuera de tranquilizarlo lo inquietó.
La casa estaba hecha un desastre, hacia donde se moviera había botellas de vino, ropas y copas por todos lados, era difícil pasar entre semejante caos sin hacer ruido, por lo que, dejando de lado el sigilo, buscando por todos los rincones al dueño del bar.
La casa estaba hecha un desastre, hacia donde se moviera había botellas de vino, ropas y copas por todos lados, era difícil pasar entre semejante caos sin hacer ruido, por lo que, dejando de lado el sigilo, buscando por todos los rincones al dueño del bar.
-Si vienes a coger, no estoy de humor...si quieres dinero, está dentro de aquél mueble- una voz ronca lo hizo sobresaltarse y retroceder un par de pasos, como precaución.
-¿Jean? -preguntó Lucien, como no reconociendo aquella voz apagada que provenía de la última habitación del pasillo. Se acercó rápidamente, mirando al otro de pie frente a su cama, sólo con los pantalones puestos y una botella en la mano, de la cual bebía ávidamente sin importarle que tuviera compañía, estaba ebrio, pero no lo suficiente como para no reconocerlo, tenía la cara enrojecida, al parecer de llevar esa rutina etílica por días.
-¿Qué haces aquí, cabello de zanahoria? ¿Alguien te mandó a alegrarme la noche? -le comentó con sarcasmo, riéndose bajito de su propio chiste, era de los allegados a Adrien, por lo que no temía que fueran a robarle o algo peor, y aunque así fuera, no le importaría.
Lucien enmudeció por un instante, después recordó que de su rapidez dependía que todo no se fuera al carajo. -Tienes que venir conmigo, es importante... ¡Por favor, te explico todo en el camino! -el otro sólo miraba hacia algún punto perdido en la habitación, al parecer sin escuchar nada de lo que decía, cosa que hizo que el pelirrojo se exasperara. -¡CARAJO, PONME ATENCIÓN! ¡QUIEREN QUEMAR TU BAR!-fue lo único que atinó a decir, mientras se acercaba a tomarlo de los hombros y sacudirlo para que saliera de ese trance extraño en el que parecía encontrarse.
-¿Qué carajos estás diciendo? -Jean pestañeó unas cuantas veces, frunciendo el ceño, sin saber si lo que había entendido era cierto o producto de su imaginación y su ebriedad. ¿Es que la vida no podía ser más mierda?
-No tengo tiempo de explicarte, tienes que venir con nosotros -dijo Lucien mientras buscaba una camisa que lanzarle a Jean, escuchó un silbido desde afuera, ese era Fabrice, quizá sí había podido sacar a los caballos y les ahorraría la fatiga de regresar corriendo al bar, cargando con aquél peso muerto que ahora era su dueño.
En cuanto Jean vio que el gitano le lanzaba algo de ropa y se apresuraba a la salida supo que era en serio, ¿él qué carajo había hecho para estar en la mirada de la inquisición? Si él no había podido intervenir en la ejecución pública de Mathías era precisamente para evitar la ira de aquél hombre loco. Quizá Adrien había mandado a sus gitanos a avisarle de los planes de la inquisición antes de que fuera tarde. Tenía que ser eso.
Siguió al pelirrojo hasta la salida de su casa, con la coordinación algo torpe por tanto alcohol y sin intenciones de preguntar por qué el otro gitano de rizos había "tomado prestados" dos de sus caballos. Montó al que tenía más cerca, a pesar de que la cabeza le dio vueltas una vez que puso un pie en el estribo.
¡Malnacidos hijos de puta! ¿Quién conspiraba en su contra de esa manera? Cabalgó junto a los gitanos sin decir una palabra o pedir más explicaciones, era lo que menos necesitaba si es que no quería encontrar al Babylon reducido a cenizas. Al llegar a la calle, pudo escuchar a lo lejos gritos mezclados, algunas voces que conocía -o creía conocer- y otras indistintas, lo que logró ver sin que sus ojos pudieran engañarlo, ya estando suficientemente cerca simplemente no quiso creerlo.
Ni inquisición, ni conspiraciones en su contra, ni ajustes de cuentas...
Adrien era el que sostenía la antorcha y tenía la convicción de reducir el Babylon a la nada.
-¡¿QUÉ MIERDA HACES?! -le gritó con esa voz que no creía que todavía estuviera viva en su garganta, mientras algo hacía <> en su pecho por el simple hecho de contemplar a Adrien prendiéndole fuego a lo que él había construído con sudor y sangre.
El fuego ya era su peor pesadilla encarnada.
-No tengo tiempo de explicarte, tienes que venir con nosotros -dijo Lucien mientras buscaba una camisa que lanzarle a Jean, escuchó un silbido desde afuera, ese era Fabrice, quizá sí había podido sacar a los caballos y les ahorraría la fatiga de regresar corriendo al bar, cargando con aquél peso muerto que ahora era su dueño.
En cuanto Jean vio que el gitano le lanzaba algo de ropa y se apresuraba a la salida supo que era en serio, ¿él qué carajo había hecho para estar en la mirada de la inquisición? Si él no había podido intervenir en la ejecución pública de Mathías era precisamente para evitar la ira de aquél hombre loco. Quizá Adrien había mandado a sus gitanos a avisarle de los planes de la inquisición antes de que fuera tarde. Tenía que ser eso.
Siguió al pelirrojo hasta la salida de su casa, con la coordinación algo torpe por tanto alcohol y sin intenciones de preguntar por qué el otro gitano de rizos había "tomado prestados" dos de sus caballos. Montó al que tenía más cerca, a pesar de que la cabeza le dio vueltas una vez que puso un pie en el estribo.
¡Malnacidos hijos de puta! ¿Quién conspiraba en su contra de esa manera? Cabalgó junto a los gitanos sin decir una palabra o pedir más explicaciones, era lo que menos necesitaba si es que no quería encontrar al Babylon reducido a cenizas. Al llegar a la calle, pudo escuchar a lo lejos gritos mezclados, algunas voces que conocía -o creía conocer- y otras indistintas, lo que logró ver sin que sus ojos pudieran engañarlo, ya estando suficientemente cerca simplemente no quiso creerlo.
Ni inquisición, ni conspiraciones en su contra, ni ajustes de cuentas...
Adrien era el que sostenía la antorcha y tenía la convicción de reducir el Babylon a la nada.
-¡¿QUÉ MIERDA HACES?! -le gritó con esa voz que no creía que todavía estuviera viva en su garganta, mientras algo hacía <
El fuego ya era su peor pesadilla encarnada.
Jean P.Montagne- Épsilon
- Sexo :
Ocio : Dueño de un bar
Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Ficha técnica
Estado civil: En una relación
Pareja: Didier
Círculo social: Otro
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Adrien estaba empeñado en prenderle fuego a todo el tejado, giró varias veces con la antorcha en mano hasta que la madera de las vigas comenzó a arder, desde el tejado alcanzó a ver un par de caballos acercándose y aunque Danielle le gritaba él no podía escucharla, al vislumbrar a Jean deteniéndose frente al bar gruñó y saltó al suelo con la habilidad de un gato, mirándole con gran furia enfrascada en los ojos brujos -¡¡TÚ!!- Gritó desquiciado con antorcha en mano señalándolo y avanzando a pasos amplios hacia él...
Danielle estaba organizándose con algunos empleados para apagar el fuego que había dentro del Babylon y decidiéndose mandando a la mierda las consecuencias empuñó una tabla y noqueó al gitano que obedecía ciegamente a Adrien derribándolo inconsciente -¡Rápido traigan agua!- Exclamó arrastrando al tipo a la entrada del lugar para ponerlo a salvo y corriendo por su cuenta a quitarse el saco y echarlo sobre una de las mesas para apagarla. -¡MIERDA!... ¡Carajo apresúrense!-
-¡¡¿CÓMO PUDISTE TRAICIONARME DESPUÉS DE TODO LO QUE PASAMOS JUNTOS?!! ¡¡DESPUÉS DE TODO LO QUE HICE POR TÍ!!...- Le recriminó y sintió cómo su pecho dolía al intentar seguir -¡Eras...!- Un nudo en la garganta le impidió continuar, entonces sollozó lánzandole la antorcha sin atinarle -... mi amigo... ¡Eras mi hermano!- Escupió llevándose las manos al rostro -¡Hijo de puta!- Gritó de nuevo y gruñendo de rabia se echó el cabello revuelto hacia atrás y golpeó el suelo con un puño tomando fuerza del vivo recuerdo de Ayrton y le miró enfurecido -¡Vah-as! ¡Vas a pagar tu traición! ¡La vas... a pagar justo ahora!- Gritó tomando fuerzas para levantarse y correr contra él a golpear su pecho con los puños, pero le faltaban las fuerzas para lastimarlo, los golpes de reproche pudieron ser dignos de un niño por lo que le tomó de la camisa jalándolo con violencia y buscó en sus ojos a ese "Traidor" -...¿Cóh-mo... ¡¿Cómo pudiste?!...- Le dijo entre sollozos e hipeos incontrolables bajando la cabeza pero sin soltarle las ropas. -... tú... ¡Tú!...- Repitió sin poder creerlo, allí sólo había un hombre devastado, ¿Porqué no parecía su enemigo si lo era? ¡Aún lo amaba! ¡Odiaba no poder odiarlo! ¡Pero odiaba aún más y con todo su ser saber que él le pudo haber prevenido de perder a Ayrton! El pecho le dolió terriblemente y tuvo que liberarle con una mano para sostenerse el corazón al recordar esos ojos de zafiro sin vida.
Danielle estaba organizándose con algunos empleados para apagar el fuego que había dentro del Babylon y decidiéndose mandando a la mierda las consecuencias empuñó una tabla y noqueó al gitano que obedecía ciegamente a Adrien derribándolo inconsciente -¡Rápido traigan agua!- Exclamó arrastrando al tipo a la entrada del lugar para ponerlo a salvo y corriendo por su cuenta a quitarse el saco y echarlo sobre una de las mesas para apagarla. -¡MIERDA!... ¡Carajo apresúrense!-
-¡¡¿CÓMO PUDISTE TRAICIONARME DESPUÉS DE TODO LO QUE PASAMOS JUNTOS?!! ¡¡DESPUÉS DE TODO LO QUE HICE POR TÍ!!...- Le recriminó y sintió cómo su pecho dolía al intentar seguir -¡Eras...!- Un nudo en la garganta le impidió continuar, entonces sollozó lánzandole la antorcha sin atinarle -... mi amigo... ¡Eras mi hermano!- Escupió llevándose las manos al rostro -¡Hijo de puta!- Gritó de nuevo y gruñendo de rabia se echó el cabello revuelto hacia atrás y golpeó el suelo con un puño tomando fuerza del vivo recuerdo de Ayrton y le miró enfurecido -¡Vah-as! ¡Vas a pagar tu traición! ¡La vas... a pagar justo ahora!- Gritó tomando fuerzas para levantarse y correr contra él a golpear su pecho con los puños, pero le faltaban las fuerzas para lastimarlo, los golpes de reproche pudieron ser dignos de un niño por lo que le tomó de la camisa jalándolo con violencia y buscó en sus ojos a ese "Traidor" -...¿Cóh-mo... ¡¿Cómo pudiste?!...- Le dijo entre sollozos e hipeos incontrolables bajando la cabeza pero sin soltarle las ropas. -... tú... ¡Tú!...- Repitió sin poder creerlo, allí sólo había un hombre devastado, ¿Porqué no parecía su enemigo si lo era? ¡Aún lo amaba! ¡Odiaba no poder odiarlo! ¡Pero odiaba aún más y con todo su ser saber que él le pudo haber prevenido de perder a Ayrton! El pecho le dolió terriblemente y tuvo que liberarle con una mano para sostenerse el corazón al recordar esos ojos de zafiro sin vida.
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Jean bajó apresuradamente del caballo, lanzándole por inercia las riendas a Lucien, quien con manos ágiles las tomó y comenzó a amarrarlas a un árbol. Fabrice ya había corrido hacia donde estaba Danielle, viendo qué podía hacer para evitar que el fuego se propagara, al parecer Adrien ni siquiera los notó, a juzgar por los gritos que le lanzaba al otro.
Alcanzó a esquivar la antorcha, por pura suerte, porque estaba tan descolocado y lleno de rabia que dudaba que eso en realidad estuviera pasando. Incluso no supo cómo reaccionar cuando el otro se le echó encima y comenzó a jalarlo de la camisa.
-¡YO NO HE HECHO NADA!- exclamó exasperado sin entender nada. -¡¿TU HERMANO DICES?! ¿POR ESO LE PRENDES FUEGO A LO ÚNICO QUE ME IMPORTA EN ÉSTA CIUDAD DE MIERDA?!- su voz se quebró en eso último y sintió el ardor en su garganta…eso sólo podía indicar una cosa, y a nadie le concedería el gusto de verlo llorar.
Le dolía en el alma una acusación de esa magnitud, sólo por el simple hecho de provenir de alguien con quien había compartido tanto, quien le había hecho volver a creer en la amistad verdadera y por quien hubiera dado la vida de ser necesario; esa persona lo acusaba de ser el peor de los traidores…¡Todo por un rumor! Adrien ni siquiera se había tomado la molestia de poner en tela de juicio lo que se decía. Darle un voto de confianza, en memoria de los buenos momentos.
Le sujetó las muñecas a Adrien sólo para quitárselo de encima antes de que no pudiera contener el deseo de hacerlo callar a golpes, a pesar de ello fue el gitano quien decidió soltarlo, dándole una oportunidad para defenderse.
-¿Traición dices? ¡Te voy a enseñar una verdadera traición!- así, sin pensarlo le lanzó un puñetazo que tomó a Adrien desprevenido, impactándose contra su rostro, a Jean no le importó la fuerza, ni si recibía más en respuesta, la ira lo cegaba hasta tal punto de hacerlo perder el control.
-¿Voy a pagar Adrien? ¡Sobre mi cadáver le haces algo a mi bar! ¿Oíste? ¡SOBRE MI PUTO CADÁVER! -ya sólo escuchaba fuerte bombear de su corazón, cada vez más lleno de coraje.
Adrien le escuchaba y no podía creer que lo negara "¡Era un maldito hipócrita después de todo!" estaba demasiado aturdido para captar lo que pasó, pero el golpe le regresó el valor y la rabia más eficaz que nada -¡Oferta aceptada!- Gruñó mientras su expresión se transformaba al de toda una fierecilla que sólo era cuando peleaba, se frotó la mejilla y se levantó con una expresión peligrosa en las orbes dándole un empujón -¡Ni muerto me devolverás a Ayrton!- Le reprochó dando unos pasos hacia atrás y lanzándose hacia él con impulso saltando y levantando una pierna en el aire para darle una tremenda patada que le enviara al suelo, teniéndole allí se subió encima sujetando bruscamente su cuello con una mano y con la otra cerró bien el puño y comenzó a golpearlo una, dos, tres veces... -¡Me traicionaste!- Gruñó enfurecido hasta que el otro le dio la vuelta contestándole los golpes y rodaron en el suelo sin parar de pelear. El castaño no era un contrincante fácil, era un hombre que tenía más fuerza de la que aparentaba y además era muy flexible y habilidoso, dominaba bien las peleas, pero Jean obviamente estaba más acostumbrado a las típicas riñas de hombres ebrios que eran cotidianas allí, definitivamente también sabía lo que hacía por lo que se golpearon todo lo que pudieron. Mientras eso acontecía de repente grandes gotas comenzaron a caer salteadas aquí y allá en el suelo, como un milagro. En realidad parecía serlo ¡Lluvia! El fuego en el tejado comenzaba a volverse más y más peligroso y tupido y en poco tiempo iba a extenderse al interior del lugar pero ahora había esperanza.
-¡Ayúdennos por favor, por favor!- Le dijo Danielle a un par de hombres que iban pasando por la calle que intercedieron a su pedido, con numerosos instrumentos del bar estaban ya varias personas ocupándose del fuego, el problema era subir al techo para apagarlo, sonaba a una misión imposible de lograr de forma rápida, la chica estaba desesperada. Miró a donde ellos estaban y al verlos rodar por la tierra golpeándose sin tregua alguna se apresuró hasta ellos a tirar de Jean con un dolor terrible en el pecho -¡Hey! ¡Basta! ¡BASTA! ¡¿Qué mierdas hacen?!- Les gritó comenzando a desquiciarse -¡Se quema el cabrón bar Jean! ¡Deja esta basura para después!- Le gritó alcanzando a darle una patada a Adrien para quitárselo de encima de una buena vez y arrastrar al otro hacia atrás -¡Adrien tienes que parar!-
-¡Gnhh!- Giró a un lado con esa patada y tosió limpiándose la sangre con la mano extendida sobre su rostro, se le había abierto una herida sobre la ceja que le obstruía la visión, de nuevo recordó a Ayrton, ¿Qué le diría en ese momento al verle así? Seguro que se molestaría mucho con él por esa clase de "riesgos" que tomaba, seguro que lo detendría en su locura. Intentó acercarse a seguir peleando y Danielle se interpuso empujándolo hacia atrás pero ni así amedrentaba -¡Eres un mentiroso infeliz, tú lo sabías todo! ¡Pudiste haberme advertido de la clase de mierda que era Mathias! Pero ¿Sabes qué? No por el puto dinero, eso ni siquiera me interesa, tampoco que me sonrieran mientras en secreto renegaban de mi existencia y se burlaban de mí, ¡Lo único que tenía era a él! ¡Yo sólo tenía a Ayrton así como tú tienes este puto bar! ¡Y tú...! ¡No pudiste advertirme que...! Que lo... matarían ese día... ¡Lo asesinaron de esa forma tan miserable!- La lluvia comenzó a tupirse más en esos segundos y de repente un relámpago irrumpió con poderío en el cielo mientras un tremendo aguacero caía y Danielle le empujaba con fuerza hacia atrás haciéndolo caer de sentón. Adrien se levantó trastabillando pero con la persistente idea de seguir golpeándolo en cuanto se pusiera de pie, gruñó escupiendo sangre a un lado -¡Vuelve a meterte Danielle y voy a olvidar que te conozco!- Le advirtió señalándola -¡No es asunto tuyo!- Le gritó al verle acercarse.
-¡Tienes que detener esta puta locura! ¡SOMOS TUS AMIGOS!- La pelinegra intentó acercarse a calmarlo pero Adrien estaba cegado completamente por su propio dolor y retrocedió con una mirada peligrosa por lo que ella levantó las manos en son de paz alejándose un paso. Pintó una sonrisa de alivio cuando comenzó a llover y varias celebraciones y vitoreos se escucharon de parte de los que intentaban apagar el fuego en el tejado. Entonces simplemente miró al castaño con decepción y se apartó al fin algo herida por la actitud de Adrien -Jean... dile la verdad intentando no partirle la cara de nuevo, sé que se lo merece pero... ¡Yo sé que tú no tienes nada qué ver en esto!- Le suplicó ella con una mirada intensa de lástima general al "bar tender", odió verles pelear de esa manera, se sentía terriblemente mal de que eso estuviera ocurriendo, ella era testigo de los grandes amigos que eran, no quería que eso terminara, no quería verles tan devastados, lo peor de todo es que ya estaba hasta el cuello en ese rompimiento con Adrien también.
Adrien soltó una amarga carcajada -¡Qué incrédula eres, Danielle! ¿Con qué cara defiendes a este tipo?- Negó llevándose una mano al rostro y de la risa pasó a un sollozo que se esforzó por ahogar para decir con firmeza -¡Vete a la mierda Jean! ¡Se acaba todo trato entre nosotros!... No quiero volver a verte...- Sentenció lleno de dolor al pronunciar aquello pero lo decía en serio, él le dolía sobre todas las cosas, por eso había intentado quemar ese lugar, sabía que era lo único que amaba ese hombre al que nada parecía importarle, pero al incendiarlo pareció prenderle fuego a todos los recuerdos que le llenaban de él, que hacían que amara a Jean tanto como a pocos en su vida: Su amigo, su cómplice, su aliado, el único de real confianza, todo se había ido a la mierda, él mismo había quedado severamente herido, había perdido una parte de él de sólo pensarse sin Jean. ¿Pero qué se podía hacer? Ya lo había perdido todo absolutamente después de eso... No quedaba nada.
Alcanzó a esquivar la antorcha, por pura suerte, porque estaba tan descolocado y lleno de rabia que dudaba que eso en realidad estuviera pasando. Incluso no supo cómo reaccionar cuando el otro se le echó encima y comenzó a jalarlo de la camisa.
-¡YO NO HE HECHO NADA!- exclamó exasperado sin entender nada. -¡¿TU HERMANO DICES?! ¿POR ESO LE PRENDES FUEGO A LO ÚNICO QUE ME IMPORTA EN ÉSTA CIUDAD DE MIERDA?!- su voz se quebró en eso último y sintió el ardor en su garganta…eso sólo podía indicar una cosa, y a nadie le concedería el gusto de verlo llorar.
Le dolía en el alma una acusación de esa magnitud, sólo por el simple hecho de provenir de alguien con quien había compartido tanto, quien le había hecho volver a creer en la amistad verdadera y por quien hubiera dado la vida de ser necesario; esa persona lo acusaba de ser el peor de los traidores…¡Todo por un rumor! Adrien ni siquiera se había tomado la molestia de poner en tela de juicio lo que se decía. Darle un voto de confianza, en memoria de los buenos momentos.
Le sujetó las muñecas a Adrien sólo para quitárselo de encima antes de que no pudiera contener el deseo de hacerlo callar a golpes, a pesar de ello fue el gitano quien decidió soltarlo, dándole una oportunidad para defenderse.
-¿Traición dices? ¡Te voy a enseñar una verdadera traición!- así, sin pensarlo le lanzó un puñetazo que tomó a Adrien desprevenido, impactándose contra su rostro, a Jean no le importó la fuerza, ni si recibía más en respuesta, la ira lo cegaba hasta tal punto de hacerlo perder el control.
-¿Voy a pagar Adrien? ¡Sobre mi cadáver le haces algo a mi bar! ¿Oíste? ¡SOBRE MI PUTO CADÁVER! -ya sólo escuchaba fuerte bombear de su corazón, cada vez más lleno de coraje.
Adrien le escuchaba y no podía creer que lo negara "¡Era un maldito hipócrita después de todo!" estaba demasiado aturdido para captar lo que pasó, pero el golpe le regresó el valor y la rabia más eficaz que nada -¡Oferta aceptada!- Gruñó mientras su expresión se transformaba al de toda una fierecilla que sólo era cuando peleaba, se frotó la mejilla y se levantó con una expresión peligrosa en las orbes dándole un empujón -¡Ni muerto me devolverás a Ayrton!- Le reprochó dando unos pasos hacia atrás y lanzándose hacia él con impulso saltando y levantando una pierna en el aire para darle una tremenda patada que le enviara al suelo, teniéndole allí se subió encima sujetando bruscamente su cuello con una mano y con la otra cerró bien el puño y comenzó a golpearlo una, dos, tres veces... -¡Me traicionaste!- Gruñó enfurecido hasta que el otro le dio la vuelta contestándole los golpes y rodaron en el suelo sin parar de pelear. El castaño no era un contrincante fácil, era un hombre que tenía más fuerza de la que aparentaba y además era muy flexible y habilidoso, dominaba bien las peleas, pero Jean obviamente estaba más acostumbrado a las típicas riñas de hombres ebrios que eran cotidianas allí, definitivamente también sabía lo que hacía por lo que se golpearon todo lo que pudieron. Mientras eso acontecía de repente grandes gotas comenzaron a caer salteadas aquí y allá en el suelo, como un milagro. En realidad parecía serlo ¡Lluvia! El fuego en el tejado comenzaba a volverse más y más peligroso y tupido y en poco tiempo iba a extenderse al interior del lugar pero ahora había esperanza.
-¡Ayúdennos por favor, por favor!- Le dijo Danielle a un par de hombres que iban pasando por la calle que intercedieron a su pedido, con numerosos instrumentos del bar estaban ya varias personas ocupándose del fuego, el problema era subir al techo para apagarlo, sonaba a una misión imposible de lograr de forma rápida, la chica estaba desesperada. Miró a donde ellos estaban y al verlos rodar por la tierra golpeándose sin tregua alguna se apresuró hasta ellos a tirar de Jean con un dolor terrible en el pecho -¡Hey! ¡Basta! ¡BASTA! ¡¿Qué mierdas hacen?!- Les gritó comenzando a desquiciarse -¡Se quema el cabrón bar Jean! ¡Deja esta basura para después!- Le gritó alcanzando a darle una patada a Adrien para quitárselo de encima de una buena vez y arrastrar al otro hacia atrás -¡Adrien tienes que parar!-
-¡Gnhh!- Giró a un lado con esa patada y tosió limpiándose la sangre con la mano extendida sobre su rostro, se le había abierto una herida sobre la ceja que le obstruía la visión, de nuevo recordó a Ayrton, ¿Qué le diría en ese momento al verle así? Seguro que se molestaría mucho con él por esa clase de "riesgos" que tomaba, seguro que lo detendría en su locura. Intentó acercarse a seguir peleando y Danielle se interpuso empujándolo hacia atrás pero ni así amedrentaba -¡Eres un mentiroso infeliz, tú lo sabías todo! ¡Pudiste haberme advertido de la clase de mierda que era Mathias! Pero ¿Sabes qué? No por el puto dinero, eso ni siquiera me interesa, tampoco que me sonrieran mientras en secreto renegaban de mi existencia y se burlaban de mí, ¡Lo único que tenía era a él! ¡Yo sólo tenía a Ayrton así como tú tienes este puto bar! ¡Y tú...! ¡No pudiste advertirme que...! Que lo... matarían ese día... ¡Lo asesinaron de esa forma tan miserable!- La lluvia comenzó a tupirse más en esos segundos y de repente un relámpago irrumpió con poderío en el cielo mientras un tremendo aguacero caía y Danielle le empujaba con fuerza hacia atrás haciéndolo caer de sentón. Adrien se levantó trastabillando pero con la persistente idea de seguir golpeándolo en cuanto se pusiera de pie, gruñó escupiendo sangre a un lado -¡Vuelve a meterte Danielle y voy a olvidar que te conozco!- Le advirtió señalándola -¡No es asunto tuyo!- Le gritó al verle acercarse.
-¡Tienes que detener esta puta locura! ¡SOMOS TUS AMIGOS!- La pelinegra intentó acercarse a calmarlo pero Adrien estaba cegado completamente por su propio dolor y retrocedió con una mirada peligrosa por lo que ella levantó las manos en son de paz alejándose un paso. Pintó una sonrisa de alivio cuando comenzó a llover y varias celebraciones y vitoreos se escucharon de parte de los que intentaban apagar el fuego en el tejado. Entonces simplemente miró al castaño con decepción y se apartó al fin algo herida por la actitud de Adrien -Jean... dile la verdad intentando no partirle la cara de nuevo, sé que se lo merece pero... ¡Yo sé que tú no tienes nada qué ver en esto!- Le suplicó ella con una mirada intensa de lástima general al "bar tender", odió verles pelear de esa manera, se sentía terriblemente mal de que eso estuviera ocurriendo, ella era testigo de los grandes amigos que eran, no quería que eso terminara, no quería verles tan devastados, lo peor de todo es que ya estaba hasta el cuello en ese rompimiento con Adrien también.
Adrien soltó una amarga carcajada -¡Qué incrédula eres, Danielle! ¿Con qué cara defiendes a este tipo?- Negó llevándose una mano al rostro y de la risa pasó a un sollozo que se esforzó por ahogar para decir con firmeza -¡Vete a la mierda Jean! ¡Se acaba todo trato entre nosotros!... No quiero volver a verte...- Sentenció lleno de dolor al pronunciar aquello pero lo decía en serio, él le dolía sobre todas las cosas, por eso había intentado quemar ese lugar, sabía que era lo único que amaba ese hombre al que nada parecía importarle, pero al incendiarlo pareció prenderle fuego a todos los recuerdos que le llenaban de él, que hacían que amara a Jean tanto como a pocos en su vida: Su amigo, su cómplice, su aliado, el único de real confianza, todo se había ido a la mierda, él mismo había quedado severamente herido, había perdido una parte de él de sólo pensarse sin Jean. ¿Pero qué se podía hacer? Ya lo había perdido todo absolutamente después de eso... No quedaba nada.
Danielle Faure- Eta
- Sexo :
Ocio : Conquistar damas~
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 30/06/2011
Ficha técnica
Estado civil: Soltero
Pareja: ---
Círculo social: Guardia
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Le costó trabajo bloquear los golpes cuando ambos cayeron al suelo, haciendo más ruido del que ya había en la calle; Adrien era muy ágil, pero Jean tenía bastante experiencia en las peleas callejeras, por lo que era seguro que ninguno de los dos saliera bien librado de ahí.
-¿Eres estúpido o sólo lento? ¡Les creíste! ¡Yo no tuve nada que ver!-siguió diciéndole mientras lo golpeaba y rodeaban en medio de la calle, haciendo caso omiso de los gritos y el fuego.
-¡Traigan más ollas! -gritó Fabrice mientras intentaba que el agua llegara hasta la parte más alta del tejado, incluso Lucien había subido al árbol más cercano mientras las meseras le acercaban cualquier recipiente lleno de agua. La bodega estaba cerrada y las llamas de adentro no llegaban hasta allá, gracias al esfuerzo de los hombres de Jean, y las personas que se habían acercado a ayudar para que el fuego no se propagara.
-¡Suéltame Danielle- pataleó mientras intentaba zafarse de su agarre, sintiendo un dolor terrible en un costado, quizá tenía algo roto...la nariz le sangraba hasta tal punto de mancharle la boca, dejándole un sabor metálico en la lengua.
Ni siquiera se percató de que había comenzado a llover, hasta que la lluvia se hizo más fuerte, un relámpago atravesó el cielo y sus ropas, llenas de tierra se humedecían. Se levantó con un gruñido sosteniéndose las costillas para no doblarse del dolor. Escuchaba lo que decía Adrien, pero ya era incapaz de lanzarse a golpearlo una vez más, estaba tan roto por dentro y tan adolorido por fuera que todas las fuerzas que tenía las empleaba para mantenerse de pie.
Accedió de la mejor manera a lo que Danielle le pidió, ya se había arriesgado lo suficiente estando en la calle ahora que la propia guardia lo buscaba por desertor y cómplice de los gitanos. Lo mínimo que Jean le debía era un agradecimiento y algo de consideración.
-Te voy a decir esto, por Danielle, no porque merezcas alguna maldita explicación...ya no mereces nada de mi Adrien, sólo quiero que no me molestes nunca más...-hizo una pequeña pausa, como para darle énfasis a las palabras que nunca esperó pronunciar. -Yo no sabía de las cosas que hacía Mathías ¿de acuerdo? quizá soy estúpido por eso, pero nos engañaron a ambos, yo sólo sabía que se encargaba de algunos de tus asuntos- desde que había comenzado a frecuentar a Mathías, habían dejado muy claro que una cosa eran los negocios de cada quien y otra muy diferente pasar la noche juntos -aunque después se volvieran muchas-, ninguno de los dos interrogaba al otro sobre dónde había estado y con quien, y lo que habían compartido estaba muy por encima de eso, en el calor de una habitación.
-Después sólo me enteré de que habían ejecutado a Ayrton...y del espectáculo que Alexander organizó para matar a Mathías y los otros...después de eso, nada -estaba buscando en su cabeza algún motivo por el cual Adrien pudiera haber deducido que él lo sabía todo, pero la simple idea lo encendió aún más, porque no había ninguno.
-Te lo contaba todo Adrien ¡todo! ¿Crees que de saber que iban a matar a Ayrton no te lo hubiera dicho? ¿De saber que Mathías nos estaba viendo la cara a ambos?-le dijo con hartazgo, mientras se negaba a que alguien lo ayudara porque no lucía nada bien.
-Mataron a Ayrton...¡Qué tristeza! ¿Quieres morirte? ¡Cuélgate o algo pero deja de joderme la vida! -le gritó finalmente, al ver que el otro ni siquiera consideraba lo que él tenía que decir, estaba perdiendo el tiempo alegando su inocencia; se limpió la sangre de la boca con la camisa aunque ya diera igual porque estaba empapado. El techo del Babylon crugió, antes de que unas vigas colapsaran y cayeran dentro del bar, haciendo saltar más maderos que cayeron en la calle, mientras la gente lograba esquivarlos. -Buen trabajo Adrien, ahora lárgate de aquí antes de que yo mismo te mate...-sentenció, más sombrío que nunca.
¿Ahora qué? Ya no tenía nada. Había vuelto a ser el mismo niño indefenso de hacía muchos años, simplemente parado en la lluvia, sin saber a dónde ir.
-¿Eres estúpido o sólo lento? ¡Les creíste! ¡Yo no tuve nada que ver!-siguió diciéndole mientras lo golpeaba y rodeaban en medio de la calle, haciendo caso omiso de los gritos y el fuego.
-¡Traigan más ollas! -gritó Fabrice mientras intentaba que el agua llegara hasta la parte más alta del tejado, incluso Lucien había subido al árbol más cercano mientras las meseras le acercaban cualquier recipiente lleno de agua. La bodega estaba cerrada y las llamas de adentro no llegaban hasta allá, gracias al esfuerzo de los hombres de Jean, y las personas que se habían acercado a ayudar para que el fuego no se propagara.
-¡Suéltame Danielle- pataleó mientras intentaba zafarse de su agarre, sintiendo un dolor terrible en un costado, quizá tenía algo roto...la nariz le sangraba hasta tal punto de mancharle la boca, dejándole un sabor metálico en la lengua.
Ni siquiera se percató de que había comenzado a llover, hasta que la lluvia se hizo más fuerte, un relámpago atravesó el cielo y sus ropas, llenas de tierra se humedecían. Se levantó con un gruñido sosteniéndose las costillas para no doblarse del dolor. Escuchaba lo que decía Adrien, pero ya era incapaz de lanzarse a golpearlo una vez más, estaba tan roto por dentro y tan adolorido por fuera que todas las fuerzas que tenía las empleaba para mantenerse de pie.
Accedió de la mejor manera a lo que Danielle le pidió, ya se había arriesgado lo suficiente estando en la calle ahora que la propia guardia lo buscaba por desertor y cómplice de los gitanos. Lo mínimo que Jean le debía era un agradecimiento y algo de consideración.
-Te voy a decir esto, por Danielle, no porque merezcas alguna maldita explicación...ya no mereces nada de mi Adrien, sólo quiero que no me molestes nunca más...-hizo una pequeña pausa, como para darle énfasis a las palabras que nunca esperó pronunciar. -Yo no sabía de las cosas que hacía Mathías ¿de acuerdo? quizá soy estúpido por eso, pero nos engañaron a ambos, yo sólo sabía que se encargaba de algunos de tus asuntos- desde que había comenzado a frecuentar a Mathías, habían dejado muy claro que una cosa eran los negocios de cada quien y otra muy diferente pasar la noche juntos -aunque después se volvieran muchas-, ninguno de los dos interrogaba al otro sobre dónde había estado y con quien, y lo que habían compartido estaba muy por encima de eso, en el calor de una habitación.
-Después sólo me enteré de que habían ejecutado a Ayrton...y del espectáculo que Alexander organizó para matar a Mathías y los otros...después de eso, nada -estaba buscando en su cabeza algún motivo por el cual Adrien pudiera haber deducido que él lo sabía todo, pero la simple idea lo encendió aún más, porque no había ninguno.
-Te lo contaba todo Adrien ¡todo! ¿Crees que de saber que iban a matar a Ayrton no te lo hubiera dicho? ¿De saber que Mathías nos estaba viendo la cara a ambos?-le dijo con hartazgo, mientras se negaba a que alguien lo ayudara porque no lucía nada bien.
-Mataron a Ayrton...¡Qué tristeza! ¿Quieres morirte? ¡Cuélgate o algo pero deja de joderme la vida! -le gritó finalmente, al ver que el otro ni siquiera consideraba lo que él tenía que decir, estaba perdiendo el tiempo alegando su inocencia; se limpió la sangre de la boca con la camisa aunque ya diera igual porque estaba empapado. El techo del Babylon crugió, antes de que unas vigas colapsaran y cayeran dentro del bar, haciendo saltar más maderos que cayeron en la calle, mientras la gente lograba esquivarlos. -Buen trabajo Adrien, ahora lárgate de aquí antes de que yo mismo te mate...-sentenció, más sombrío que nunca.
¿Ahora qué? Ya no tenía nada. Había vuelto a ser el mismo niño indefenso de hacía muchos años, simplemente parado en la lluvia, sin saber a dónde ir.
Jean P.Montagne- Épsilon
- Sexo :
Ocio : Dueño de un bar
Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Ficha técnica
Estado civil: En una relación
Pareja: Didier
Círculo social: Otro
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
Le escuchó negando lentamente mientras se cubría el rostro, sí en efecto quería morirse, ya lo estaba haciendo, lentamente... de apoco, desquiciándose como ahora y seguro hasta llevarlo totalmente al límite y perderse para siempre, consumirse dentro de sí mismo. Ya estaba muriendo justo ahora -¡Es obvio que te vale un carajo mi dolor! ¡Eres un maldito cabrón! ¡Qué bueno que logré patearte donde en verdad te duele, infeliz!- Le gritó limpiándose la sangre de la nariz como pudo, también estaba bastante golpeado pero en ese momento se encontraba tan furioso y dolido que no lo sentía, retrocedió como pudo y se fue trastabillando con el plan en mente de volver caminando a un lugar seguro.
Danielle no supo qué hacer ¿Si iba por Adrien la mandaría a la mierda también? En realidad mientras lo analizaba el gitano no había avanzado mucho, subió la mirada algo preocupada pero el fuego definitivamente se había apagado pues la lluvia estaba muy densa y ella ya era una sopa en realidad, al bajar la mirada notó que de la camisa se le transparentaban los pequeños senos y se separó la tela del torso encogiendo los hombros un poco -Mierda...- Se quejó volviendo a mirar a Jean que no se veía nada bien, era complicado elegir de entre los dos, pues les estimaba demasiado. Apretó los labios en una línea y corrió tras Adrien -¡Tal vez me merezca no verte más de igual manera que Jean pero...!- Jadeó mientras se paraba frente a él con el agua escurriéndole por todos lados -¡Conozco su naturaleza porque yo soy de la misma manera, Adrien!...- Le dijo bajando el rostro mientras su mirada se movía rápida armando las palabras adecuadas y le tocó un hombro con cuidado y respeto para que la escuchara -Si ya te sientes un poco más... desahogado, tendrás que escucharme a menos que quieras otra golpiza, te advierto que sigo teniendo las mañas de un guardia, no soy un contrincante fácil-
Adrien estaba demasiado triste para seguir mandando a la mierda al mundo, sólo quería que el universo le aplastara con su gran pie para ya no tener que soportar más de ese jodido destino, no quería saber más de nada, ya no confiaba en nadie, ya no tenía a nadie. Su futuro era una porquería ¿Y si en verdad Jean fuera inocente? Entonces de todas formas no se merecía su perdón. Pudo ver la verdad en sus ojos mientras hablaba pero él no pudo detenerse, tenía la necesidad de buscar un culpable para toda la mierda que vino de repente a llevarse su felicidad temporal... supuso que Ayrton no sería una sensación estable, que pronto se iría, pero no pensó que fuera a dolerle tanto en el alma. -¿¡Qué es lo que quieres, Danielle?! ¡¿Qué mierda quieres de mí?! ¡Ya no puedo hacer más! ¡No puedo conmigo, no puedo con nada!- Exclamó intentando evitarla pero ella seguía hablando y le sacó una risa amarga eso de la "golpiza" -No sabes lo que dices...-
-¡El que no sabe lo que dice eres tú! ¡Él te ha dicho la verdad! Jamás nos ha mentido ese hombre, ¿Y sabes cómo lo sé? ¡Porque lo conozco tanto como tú! ¡Seremos muchas cosas, Adrien, pero mentirosos y traicioneros no! ¿Nos tiramos todo lo que se mueva? ¡Sí! ¿Nos importa una mierda lo que la gente piense al respecto? ¡Sí! ¿Mandamos al carajo a quien intenta engancharse con nosotros? ¡Obviamente! ¿Pero sabes qué? ¡Cuando queremos a alguien damos la puta vida de ser necesario! ¡Y es lo que tienes con nosotros, estúpido!- Le sostuvo el rostro para que la mirara, pero Adrien miraba a un punto inexistente allí con una expresión rota y devastada, igual a la de aquel día... el día que Ayrton murió. -¡Mierda!¡Adrien, todavía puedes llevar tu culo allá y disculparte con Jean! Te va a mandar al carajo seguramente ¡pero aún puedes!- Lo animó con una mirada llena de decisión y un rostro de cierta impotencia -¡No seas imbécil!... ¿Qué otra prueba de inocencia quieres de ese infeliz? ¡Lo perdió todo al igual que tú cuando mataron a Mathias! No pudimos salvarlo, lamentablemente se metió en muchos problemas él solo, era un hijo de puta pero... Ayrton también lo era y tú lo amabas ¿No es verdad? El corazón no elige, sabes de lo que hablo Adrien...-
-...Había una carta...- Gimió retrocediendo de ella -...una en la que mencionaba a Jean... una en la que narraba que pronto Jean lo sabría todo... pero no fue la última, hubo un par más después...-
-¿Qué? ¡Pues no le dijo ni un carajo! ¿No viste su cara? ¡Mírame a los ojos y dime que lo crees! ¿Crees que te traicionaría? ¿Que nos traicionaría? ¡Yo ya estaría tras las rejas desde el primer día!- Le cuestionó ya haciendo el último intento desesperado, no quería que se fuera en ese estado, que quedaran en esos términos... no lo soportaba, pero sería lo último, ella no le rogaba a nadie, en realidad eso lo hacía porque Adrien le importaba demasiado.
-...No lo sé- Dijo mirándole hastiado mientras el dolor se apoderaba de su pecho y le apartó para seguir caminando tullido por ahí -Déjame solo...-
-¡Imbécil!- Gritó molesta golpeando un árbol que le quedaba cerca y gruñó regresando al borde del desquicio, corrió hasta donde Jean estaba con los trabajadores, todos parecían estar a su alrededor buscando alguna respuesta a lo que harían a continuación.-¡Hey! intentemos poner a salvo lo que está completo, Jean, sugiero que lo guardemos en la bodega, si esto se queda así sabes que pueden amotinarlo- Le dijo seria volteando a verle y fingiendo que lo demás sencillamente no importaba, ayudaría a Jean, su conciencia no estaría tranquila sino hacía lo correcto. De repente empezaron a escuchar que un par de carruajes se acercaban y ella no pudo evitar dirigir una mirada preocupada a donde Adrien se había ido, ¿Era la guardia? -¡...Grrgh!- Volvió a gruñir avanzando a donde Fábrice -¡Pon a salvo a ese imbécil! ¡Lucien ven acá!- Le exigió corriendo dentro del Babylon para buscar dónde esconderse.
Danielle no supo qué hacer ¿Si iba por Adrien la mandaría a la mierda también? En realidad mientras lo analizaba el gitano no había avanzado mucho, subió la mirada algo preocupada pero el fuego definitivamente se había apagado pues la lluvia estaba muy densa y ella ya era una sopa en realidad, al bajar la mirada notó que de la camisa se le transparentaban los pequeños senos y se separó la tela del torso encogiendo los hombros un poco -Mierda...- Se quejó volviendo a mirar a Jean que no se veía nada bien, era complicado elegir de entre los dos, pues les estimaba demasiado. Apretó los labios en una línea y corrió tras Adrien -¡Tal vez me merezca no verte más de igual manera que Jean pero...!- Jadeó mientras se paraba frente a él con el agua escurriéndole por todos lados -¡Conozco su naturaleza porque yo soy de la misma manera, Adrien!...- Le dijo bajando el rostro mientras su mirada se movía rápida armando las palabras adecuadas y le tocó un hombro con cuidado y respeto para que la escuchara -Si ya te sientes un poco más... desahogado, tendrás que escucharme a menos que quieras otra golpiza, te advierto que sigo teniendo las mañas de un guardia, no soy un contrincante fácil-
Adrien estaba demasiado triste para seguir mandando a la mierda al mundo, sólo quería que el universo le aplastara con su gran pie para ya no tener que soportar más de ese jodido destino, no quería saber más de nada, ya no confiaba en nadie, ya no tenía a nadie. Su futuro era una porquería ¿Y si en verdad Jean fuera inocente? Entonces de todas formas no se merecía su perdón. Pudo ver la verdad en sus ojos mientras hablaba pero él no pudo detenerse, tenía la necesidad de buscar un culpable para toda la mierda que vino de repente a llevarse su felicidad temporal... supuso que Ayrton no sería una sensación estable, que pronto se iría, pero no pensó que fuera a dolerle tanto en el alma. -¿¡Qué es lo que quieres, Danielle?! ¡¿Qué mierda quieres de mí?! ¡Ya no puedo hacer más! ¡No puedo conmigo, no puedo con nada!- Exclamó intentando evitarla pero ella seguía hablando y le sacó una risa amarga eso de la "golpiza" -No sabes lo que dices...-
-¡El que no sabe lo que dice eres tú! ¡Él te ha dicho la verdad! Jamás nos ha mentido ese hombre, ¿Y sabes cómo lo sé? ¡Porque lo conozco tanto como tú! ¡Seremos muchas cosas, Adrien, pero mentirosos y traicioneros no! ¿Nos tiramos todo lo que se mueva? ¡Sí! ¿Nos importa una mierda lo que la gente piense al respecto? ¡Sí! ¿Mandamos al carajo a quien intenta engancharse con nosotros? ¡Obviamente! ¿Pero sabes qué? ¡Cuando queremos a alguien damos la puta vida de ser necesario! ¡Y es lo que tienes con nosotros, estúpido!- Le sostuvo el rostro para que la mirara, pero Adrien miraba a un punto inexistente allí con una expresión rota y devastada, igual a la de aquel día... el día que Ayrton murió. -¡Mierda!¡Adrien, todavía puedes llevar tu culo allá y disculparte con Jean! Te va a mandar al carajo seguramente ¡pero aún puedes!- Lo animó con una mirada llena de decisión y un rostro de cierta impotencia -¡No seas imbécil!... ¿Qué otra prueba de inocencia quieres de ese infeliz? ¡Lo perdió todo al igual que tú cuando mataron a Mathias! No pudimos salvarlo, lamentablemente se metió en muchos problemas él solo, era un hijo de puta pero... Ayrton también lo era y tú lo amabas ¿No es verdad? El corazón no elige, sabes de lo que hablo Adrien...-
-...Había una carta...- Gimió retrocediendo de ella -...una en la que mencionaba a Jean... una en la que narraba que pronto Jean lo sabría todo... pero no fue la última, hubo un par más después...-
-¿Qué? ¡Pues no le dijo ni un carajo! ¿No viste su cara? ¡Mírame a los ojos y dime que lo crees! ¿Crees que te traicionaría? ¿Que nos traicionaría? ¡Yo ya estaría tras las rejas desde el primer día!- Le cuestionó ya haciendo el último intento desesperado, no quería que se fuera en ese estado, que quedaran en esos términos... no lo soportaba, pero sería lo último, ella no le rogaba a nadie, en realidad eso lo hacía porque Adrien le importaba demasiado.
-...No lo sé- Dijo mirándole hastiado mientras el dolor se apoderaba de su pecho y le apartó para seguir caminando tullido por ahí -Déjame solo...-
-¡Imbécil!- Gritó molesta golpeando un árbol que le quedaba cerca y gruñó regresando al borde del desquicio, corrió hasta donde Jean estaba con los trabajadores, todos parecían estar a su alrededor buscando alguna respuesta a lo que harían a continuación.-¡Hey! intentemos poner a salvo lo que está completo, Jean, sugiero que lo guardemos en la bodega, si esto se queda así sabes que pueden amotinarlo- Le dijo seria volteando a verle y fingiendo que lo demás sencillamente no importaba, ayudaría a Jean, su conciencia no estaría tranquila sino hacía lo correcto. De repente empezaron a escuchar que un par de carruajes se acercaban y ella no pudo evitar dirigir una mirada preocupada a donde Adrien se había ido, ¿Era la guardia? -¡...Grrgh!- Volvió a gruñir avanzando a donde Fábrice -¡Pon a salvo a ese imbécil! ¡Lucien ven acá!- Le exigió corriendo dentro del Babylon para buscar dónde esconderse.
Re: Rotos en más de un sentido (Privado)
-------------------
Diègue había llegado a la corte de los milagros con algo de información para el rey gitano, no es que él la estuviera buscando es sólo que simplemente llegó sola al colarse en alguna taberna de mala muerte de esas que los inquisidores frecuentaban para conseguir drogas y putas baratas casi a las afueras de París. Rumoreaban que el gitano asesinado había tirado demasiado alto al querer hacer dos "jugadas maestras" a la vez. Obviamente intentar jugar con el Ministro Alexander ya era obtener la muerte segura y es que al parecer Mathias había estado sirviendo como informante para la inquisición española de manera anónima de los movimientos del Rey gitano y de algunas irregularidades en la inquisición que comprometían a Alexander de manera superficial ya que se carecía de pruebas para los rumores que había logrado esparcir. Que un inquisidor español había decidido fiarse del informante esperanzado en poder quitar a Alexander junto con Ayrton del mapa pero las cosas le habían resultado bastante mal, ya que sólo había podido obtener quese deshicieran de Ayrton Doyle. La información de hecho había salido de boca de un par de prostitutas que habían estado conversando con inquisidores españoles bastante ebrios para mantener la boca cerrada y él sólo había terminado de pagar esa información de forma generosa para tenerla completa. Quizá le sirviera quizá no... pero cuando llegó los gitanos estaban muy confundidos, el consejo estaba reunido discutiendo algo "muy serio" al parecer y Paulette acudió a él pidiendo ayuda para encontrar a Adrien y liberar a Didier. Tuvieron que hablar con los gitanos de las mazmorras para que fueran razonables y dejaran ir a Didier, eso había sido algo complicado ya que aquellos hombres eran muy fieles a las ordenes de Adrien por lo que Diègue tuvo que dejar de ser razonable en algún momento y "milagrosamente" cedieron.
-Paulette ¿Porqué están ayudándome?- Paulette se hizo la desentendida y se fue sin contestar nada, ¿Será que ella sabía algo de lo que él ocultaba?... Aquello le preocupó.
-¡No preguntes tonterías ahora niño!- Le dijo Diègue con su cara de pocos amigos acostumbrada. -No tienes porqué estar aquí, ese loco cabrón de Adrien está perdiendo más el juicio con todo lo que está pasando, le llueve sobre mojado. Así que... simplemente sal y cállate- Ordenó el otro vigilando que así lo hiciera -¿Debo ir a buscarlo?- Le cuestionó seriamente.
-No lo sé Diègue... él estaba tan, tannn alterado. Daba miedo, no sé de lo que sea capaz en ese estado... Por eso quizá lo mejor sea que esperes... Regresará- Dijo con cierto dolor en sus ojos, entonces se decidió -Yo necesito ir por un par de cosas ¿Puedes quedarte aquí por favor?-
-Pues por algo ya estoy aquí, qué lástima no saber esto antes. Vete ya, mocoso...- Refunfuñó.
Didier entonces, salió de la corte de los milagros, pero no para ir a donde los demás sino para dirigirse hasta el burdel y buscar entre las cosas que había revisado Adrien para sacar sus conclusiones, rebuscar los documentos que él mismo había escondido de ese cabrón y poder limpiar un poco su honor y el de Jean... Esperaba poder lograrlo, y también esperaba que con la lluvia se le hubieran frustrado los planes de prender fuego al Babylon a ese rey desquiciado.
--------------
Adrien fue subido por los gitanos a un carruaje y llevado casi como ido a la corte de los milagros, al llegar miraba a todas partes como sin reconocer en dónde estaba y al caminar hacia su tienda estaba Diègue mirándole con severidad en la entrada, el castaño apenas lo vio corrió a abrazarse de él y dejar escuchar un dolido sollozo, todo había terminado tan mal...
-FIN DE LA ESCENA-
Diègue había llegado a la corte de los milagros con algo de información para el rey gitano, no es que él la estuviera buscando es sólo que simplemente llegó sola al colarse en alguna taberna de mala muerte de esas que los inquisidores frecuentaban para conseguir drogas y putas baratas casi a las afueras de París. Rumoreaban que el gitano asesinado había tirado demasiado alto al querer hacer dos "jugadas maestras" a la vez. Obviamente intentar jugar con el Ministro Alexander ya era obtener la muerte segura y es que al parecer Mathias había estado sirviendo como informante para la inquisición española de manera anónima de los movimientos del Rey gitano y de algunas irregularidades en la inquisición que comprometían a Alexander de manera superficial ya que se carecía de pruebas para los rumores que había logrado esparcir. Que un inquisidor español había decidido fiarse del informante esperanzado en poder quitar a Alexander junto con Ayrton del mapa pero las cosas le habían resultado bastante mal, ya que sólo había podido obtener quese deshicieran de Ayrton Doyle. La información de hecho había salido de boca de un par de prostitutas que habían estado conversando con inquisidores españoles bastante ebrios para mantener la boca cerrada y él sólo había terminado de pagar esa información de forma generosa para tenerla completa. Quizá le sirviera quizá no... pero cuando llegó los gitanos estaban muy confundidos, el consejo estaba reunido discutiendo algo "muy serio" al parecer y Paulette acudió a él pidiendo ayuda para encontrar a Adrien y liberar a Didier. Tuvieron que hablar con los gitanos de las mazmorras para que fueran razonables y dejaran ir a Didier, eso había sido algo complicado ya que aquellos hombres eran muy fieles a las ordenes de Adrien por lo que Diègue tuvo que dejar de ser razonable en algún momento y "milagrosamente" cedieron.
-Paulette ¿Porqué están ayudándome?- Paulette se hizo la desentendida y se fue sin contestar nada, ¿Será que ella sabía algo de lo que él ocultaba?... Aquello le preocupó.
-¡No preguntes tonterías ahora niño!- Le dijo Diègue con su cara de pocos amigos acostumbrada. -No tienes porqué estar aquí, ese loco cabrón de Adrien está perdiendo más el juicio con todo lo que está pasando, le llueve sobre mojado. Así que... simplemente sal y cállate- Ordenó el otro vigilando que así lo hiciera -¿Debo ir a buscarlo?- Le cuestionó seriamente.
-No lo sé Diègue... él estaba tan, tannn alterado. Daba miedo, no sé de lo que sea capaz en ese estado... Por eso quizá lo mejor sea que esperes... Regresará- Dijo con cierto dolor en sus ojos, entonces se decidió -Yo necesito ir por un par de cosas ¿Puedes quedarte aquí por favor?-
-Pues por algo ya estoy aquí, qué lástima no saber esto antes. Vete ya, mocoso...- Refunfuñó.
Didier entonces, salió de la corte de los milagros, pero no para ir a donde los demás sino para dirigirse hasta el burdel y buscar entre las cosas que había revisado Adrien para sacar sus conclusiones, rebuscar los documentos que él mismo había escondido de ese cabrón y poder limpiar un poco su honor y el de Jean... Esperaba poder lograrlo, y también esperaba que con la lluvia se le hubieran frustrado los planes de prender fuego al Babylon a ese rey desquiciado.
--------------
Adrien fue subido por los gitanos a un carruaje y llevado casi como ido a la corte de los milagros, al llegar miraba a todas partes como sin reconocer en dónde estaba y al caminar hacia su tienda estaba Diègue mirándole con severidad en la entrada, el castaño apenas lo vio corrió a abrazarse de él y dejar escuchar un dolido sollozo, todo había terminado tan mal...
-FIN DE LA ESCENA-
Diègue Rousseau- Dseta
- Sexo :
Ocio : ¡Comer!
Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 25/12/2010
Ficha técnica
Estado civil: Soltero
Pareja: ---
Círculo social: Otro
Temas similares
» Frustración ||Privado||
» Hostilidad {Privado}
» Guerra o paz ||Privado||
» ¡Muy tarde! {Privado}
» Esperando -privado-
» Hostilidad {Privado}
» Guerra o paz ||Privado||
» ¡Muy tarde! {Privado}
» Esperando -privado-
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Dom Nov 04, 2018 12:16 pm por Adrien C. Trouillefou
» Despedida </3
Vie Ago 24, 2018 1:14 am por Arthur Hunter
» Donatello Prince
Lun Jul 10, 2017 12:45 am por Adrien C. Trouillefou
» Registro de apellidos
Lun Jul 10, 2017 12:29 am por Adrien C. Trouillefou
» Registro de físicos (RPG)
Lun Jul 10, 2017 12:22 am por Adrien C. Trouillefou
» *Bitácora Donatello Prince*
Vie Jun 02, 2017 11:52 pm por Donatello Prince
» El nuevo rico -Amour priv-
Jue Jun 01, 2017 3:04 am por Edgar Bofill
» Golpea-Besa-Abraza
Miér Mayo 31, 2017 1:26 pm por Isabella Martin
» Uno o dos...
Mar Mayo 30, 2017 11:08 pm por Amour Brice