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¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
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¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
Recuerdo del primer mensaje :
Adrien había mandado traer a sus pies al idiota que había estado acosando a su pueblo preguntando por el gran secreto gitano de la esmeralda que poseían, ¿Con que era el único que no pudieron hacer tonto con eso de su hermana eh? ¡Le colgaría! Esa era la sentencia del líder loco de los gitanos. Le esperaba sentado en la tarima de la corte de los milagros, había mandado a sus mejores hombres por él, iba a dictarle sentencia y la mejor manera era dar un espectáculo con ello. Seguro que se divertía con eso. Le habían hecho una corona de aluminio y estaba sentado en el trono del rey de los tontos por que era lo más acercado a la silla de un rey, tenía una especie de capa amarrada al cuello y jugueteaba con un plátano tranquilamente “el cetro real”. Dejó escuchar una risa al ver entrar al prisionero a la corte de los milagros –¡Oh! ¿Pero qué es lo que veo?-
-¡Atrapamos a la bestia mi señor!- Le dijo uno de ellos, Adrien le amplió una sonrisa maliciosa.
-Acercadlo a mí, fieles soldados…- Les dijo haciendo como que estaba poco complacido acomodándose en su silla y haciéndoles una seña con la mano, las risas de los gitanos ya podían oírse, de verdad que las loqueras de Adrien sobrepasaban los límites se levantó y caminó hacia él “acusado” -¿Qué cargos se le atribuyen?- Le preguntó a otro de los gitanos.
-Bueno señor, él es el responsable de regar por París nuestro tesoro secreto, ese que es del legado de su familia y que es lo que fue entregado a su hermana para que fuera cuidado por ser su único tesoro valiosísimo.-
-¡¡Exactamente!!- Saltó de su trono cual resorte y miró de cerca de Diègue –Ah que no eres lo suficientemente listo para saber que no me ando por las ramas, vas a morir hoy pero no te preocupes… me encargaré de que tu juicio sea justo caballero… o no, no más bien bestia ingobernable! Descuida, por mí va que la Esmeralda la verás, pero antes de tus últimas palabras…- Le dijo poniéndose temerosamente serio para después regresar a su frenesí habitual.
-Tu juicio será tan justo como los nuestros ¡Mereces la horca! ¿Por qué? ¡Porque se me pega la gana!- Le dijo tranquilamente brincoteando por la tarima –¡Subidlo leales súbditos!- Estos le aventaron a la tarima y este cayó al piso al piso sin más. Adrien dejó escuchar una frenética carcajada.
Adrien había mandado traer a sus pies al idiota que había estado acosando a su pueblo preguntando por el gran secreto gitano de la esmeralda que poseían, ¿Con que era el único que no pudieron hacer tonto con eso de su hermana eh? ¡Le colgaría! Esa era la sentencia del líder loco de los gitanos. Le esperaba sentado en la tarima de la corte de los milagros, había mandado a sus mejores hombres por él, iba a dictarle sentencia y la mejor manera era dar un espectáculo con ello. Seguro que se divertía con eso. Le habían hecho una corona de aluminio y estaba sentado en el trono del rey de los tontos por que era lo más acercado a la silla de un rey, tenía una especie de capa amarrada al cuello y jugueteaba con un plátano tranquilamente “el cetro real”. Dejó escuchar una risa al ver entrar al prisionero a la corte de los milagros –¡Oh! ¿Pero qué es lo que veo?-
-¡Atrapamos a la bestia mi señor!- Le dijo uno de ellos, Adrien le amplió una sonrisa maliciosa.
-Acercadlo a mí, fieles soldados…- Les dijo haciendo como que estaba poco complacido acomodándose en su silla y haciéndoles una seña con la mano, las risas de los gitanos ya podían oírse, de verdad que las loqueras de Adrien sobrepasaban los límites se levantó y caminó hacia él “acusado” -¿Qué cargos se le atribuyen?- Le preguntó a otro de los gitanos.
-Bueno señor, él es el responsable de regar por París nuestro tesoro secreto, ese que es del legado de su familia y que es lo que fue entregado a su hermana para que fuera cuidado por ser su único tesoro valiosísimo.-
-¡¡Exactamente!!- Saltó de su trono cual resorte y miró de cerca de Diègue –Ah que no eres lo suficientemente listo para saber que no me ando por las ramas, vas a morir hoy pero no te preocupes… me encargaré de que tu juicio sea justo caballero… o no, no más bien bestia ingobernable! Descuida, por mí va que la Esmeralda la verás, pero antes de tus últimas palabras…- Le dijo poniéndose temerosamente serio para después regresar a su frenesí habitual.
-Tu juicio será tan justo como los nuestros ¡Mereces la horca! ¿Por qué? ¡Porque se me pega la gana!- Le dijo tranquilamente brincoteando por la tarima –¡Subidlo leales súbditos!- Estos le aventaron a la tarima y este cayó al piso al piso sin más. Adrien dejó escuchar una frenética carcajada.
Re: ¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
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Al día siguiente Adrien se levantó muy temprano para ir a ver a su prisionero, muy contento de que seguro ya habría escarmentado por lo menos un poco, bajó muy contento por las escaleras con un plato que contenía un pan y un par de verduras hervidas. -¡Buenos días!- Saludó como siempre muy efusivo y se sentó frente a él ofreciéndole el plato y ampliando una sonrisa de satisfacción mientras se alejaba un poco de él aún sentado en el piso del pasillo del calabozo -Vaya, parecieras hambriento, ¿Pensaste en lo que te dije ayer o sigues siendo un idiota?- Le preguntó como si nada poniendo sus manos en la nuca y recargándose contra la pared -Porque te informo que no es hotel de paso y si no me sirves te voy a eliminar Diègue, ya te lo demostré una vez... no me ando por las ramas...- Le amenzazó con una mirada peligrosa manteniendo una sonrisa pero que se tornaba diabólica en sus facciones cuando utilizaba ese tono y su mirada se volvía opaca mientras pronunciaba aquello.
Al día siguiente Adrien se levantó muy temprano para ir a ver a su prisionero, muy contento de que seguro ya habría escarmentado por lo menos un poco, bajó muy contento por las escaleras con un plato que contenía un pan y un par de verduras hervidas. -¡Buenos días!- Saludó como siempre muy efusivo y se sentó frente a él ofreciéndole el plato y ampliando una sonrisa de satisfacción mientras se alejaba un poco de él aún sentado en el piso del pasillo del calabozo -Vaya, parecieras hambriento, ¿Pensaste en lo que te dije ayer o sigues siendo un idiota?- Le preguntó como si nada poniendo sus manos en la nuca y recargándose contra la pared -Porque te informo que no es hotel de paso y si no me sirves te voy a eliminar Diègue, ya te lo demostré una vez... no me ando por las ramas...- Le amenzazó con una mirada peligrosa manteniendo una sonrisa pero que se tornaba diabólica en sus facciones cuando utilizaba ese tono y su mirada se volvía opaca mientras pronunciaba aquello.
Re: ¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
Por supuesto que Morgana se había molestado con Adrien cuando se le botó la canica de ese modo, aunque tenía que reconocer que el otro había sido bastante estúpido por amenazar de ese modo a Esmeralda. Aún así, le sorprendió el que a pesar de todo lo sucedido, su jefe le perdonara la vida, cosa que en el fondo agradecía aún sin darse cuenta. De todos modos seguía queriendo saber qué era lo que había visto Adrien en el otro para mantenerlo vivo, pero estaba demasiado molesta como para ir y averiguarlo en ese momento, así que esperó hasta el día siguiente para ir a las mazmorras, aunque al llegar ahí, escuchó la voz de su líder. Tal parecía que se había levantado temprano para ver al prisionero así que no le quedó de otra más que esperar afuera y tal vez, con un poco de suerte, escuchar algo de la conversación entre esos dos.
Re: ¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
-¡Me valen un carajo tus estúpidas amenazas bufón de pacotilla! ¡Me la pelan, tú y tus sucio club de bastardos se pueden ir formando! ¡No vas a utilizarme a tu gusto y no me interesa lo que tengan que decir ¿Me oyes? Me vale un carajo!- Exclamó ampliamente molesto, era como una fiera salvaje en reciente cautiverio portándose naturalmente violento ante sus captores, no entendía razones y menos si venían del otro en ese tono de superioridad, él era Diègue Rousseau, un hombre explorador, de mundo que sólo necesitaría un mínimo descuido para escapar sin problemas de allí, no necesitaba una fila de gente que le pasara amenaazas de lo que le podía pasar, quizá estaba herido y humillado pero eso sólo le hacía comportarse más terco y violento, él no conocía el reconocer errores o si quiera admitir que había perdido, jamás.
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Re: ¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
Adrien no iba a soportar más esa actitud, por lo que tranquilamente sacó la daga y se acercó peligrosamente al otro con una mirada amenazante en sus orbes oscuras, se puso en cuclillas frente a él pegando la fría hoja contra la mejilla ajena y pintó una sonrisa malévola -Vamos a tener que esperar a que ablandes un poco más ¿Cierto Diègue?...- Le musitó pareciendo muy tranquilo en aquellas palabras tomándolo del mentón y besándolo mientras cortaba su mejilla con la daga para después alejarse de él -Muy bien, puedo esperar gusano... el tiempo que sea necesario hasta que entiendas tu posición- Sentenció mientras salía de allí -Sin comida ni agua hasta que pida piedad- Ordenó a quienes vigilaban la entrada de esa mazmorra.
Re: ¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
Se quedó allí tirado, abandonado, era como un animal salvaje, había sido doblegado su orgullo, vencida su dignidad con ese gitano asqueroso y ahora sólo miraba fijo esa pared preguntándose cuánto tiempo más podría soportar... esa noche cuando se había quedado dormido dando la espalda a los barrotes una chica había dejado otra bandeja de contrabando debajo de la puerta, miró sobre su hombro y se concentró en ese aroma dulce, no lo olvidaría, esos buenos gestos hacia su persona. Tarde o temprano terminó comiendo aquellas cosas, era madrugada cuando repensó mejor la situación, la gente que "trabajaba" para ese idiota era buena, por ejemplo ese par de chicas, si ese tipo no fuera bueno seguro que gente así no le apoyaría ¿no?... no estaba seguro, le había dejado pensando la actitud ajena, obviamente estaba marcando su territorio pero también había sido "amable" pudo haberlo tratado mucho peor pero sin embargo se hacía de la vista gorda con las bandejas de comida y se daba el tiempo de intentar negociar con él todos los días subsecuentes, estuvo tres días allí razonando las cosas a fondo, estudiando a ese tipo astuto que se pintaba de malo cuando de eso no tenía ni un pelo hacia gente como él. Las últimas veces ya no dijo nada, sólo le dirigía miradas más condescendientes tirado en el piso mirando hacia arriba donde ese tonto hablaba y hablaba, algunas cosas le hacían sonreír sin querer, no era un rumor, de verdad ese tonto estaba loco, ya no le agredió en las visitas aquellas sino que sólo platicaba como para darle confianza... ¿De qué sería ese trato del que tanto hablaba con tal emoción y por el que tanto se esmeraba en que aceptara? La curiosidad mató al gato... al fin la mañana del cuarto día antes de que Adrien pudiera decir nada Diègue se sentó en mariposa y con una intensa mirada que no se había "ablandado" ni un poco respecto a lo obstinado que era y preguntó -¿Qué es lo que necesitas, Adrien?- Pero no era una pregunta de un subordinado, sino de un conocido, no lo haría por dinero sino como un favor, y no a él sino a Esmeralda y esa otra misteriosa mujer Morgana, aunque a decir verdad ese flacucho ya no le desagradaba tanto, comprendía su proceder pero obviamente desde la posición que estaba no podía estar de acuerdo. Deseaba la esmeralda... pero era un deseo que comenzaba a evaporarse poco a poco, había quedado como un tonto eso le tenía decepcionado consigo mismo, quizá por eso mismo no había buscado en serio salir de allí aunque había visto varias ventanas de oportunidad.
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Re: ¿Un juicio justo o perdido? (Libre)
Adrien suspiró con alivio -Haz recapacitado...- Entonces amplió una radiante sonrisa y se aproximó a quitarle las esposas sin más, con sinceridad no tenía miedo de ese hombre estaba totalmente seguro de que era alguien bueno con un espíritu tan libre y salvaje como el propio como para doblegarse tan fácil. -Te daré la esmeralda si haces algo por mí...- Dijo mientras se sentaba frente a él y adquiría seriedad -Quiero que cuides de mi hermana cuando yo... corra peligro en el Festival de los bufones...- Propuso presintiendo que aquel trato era el inicio de una amistad ventajosa aunque ¿Quién decía que hablaba en serio con la esmeralda que él poseía, tenía otras esmeraldas y quizá esa sería la que le otorgara al final del juego aquel. Fue sencillo que entre sus miradas hubo una conexión de convicciones, sabía que ese hombre había simpatizado con su hermana y entendía de qué manera, ambos eran bastante empáticos quizá. -Bien... te cuento lo que tengo en mente...- Agregó animado comenzando a hablar marcando un plano con un palito en la tierra de la celda ante una mirada atenta y afilada de color castaño, después de aquello le dejaría ir, ya no tenía corazón ni voluntad para seguir teniéndole en cautiverio, se sentía mal de dormirse en su tienda mientras escuchaba los gruñidos y refunfuños de ese pobre hombre, pero estaba seguro de una cosa era el indicado.
-FIN DE LA ESCENA-
-FIN DE LA ESCENA-
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