Una noche amena [Privado]

por **Ayrton Doyle** Mar Jul 26, 2011 2:34 pm

Una vez en aquella zona, no tardaron demasiado en llegar a la residencia del ministro, bastante ostentosa, tal como a él le gustaba, cosa que se notaba por la sonrisa de suficiencia con que observaba la fachada de la casa luego de haber pasado por el amplio jardín. El carruaje se detuvo frente a la entrada.- Con permiso...- Bajó él primero, la servidumbre les esperaba en la entrada, un par de morochos bien parecidos, una jovencita de aspecto delicado y un joven de apariencia similar.- Dispongan la cena para nuestro invitado y ocupense de que se sienta cómodo...- Musitó. El joven se acercó para tomar la capa de manos del ministro cuando este se acercó y luego se retiró con una reverencia. Entonces Ayrton se volvió hacia el carruaje, a su invitado, con una expresión de leve suficiencia. - Bienvenido a mi casa, Nicholas. Espero que tu velada aqui sea agradable - Murmuró, dandole paso al interior de la casa, de caracter excentrico aunque sobrio y elegante también, una extraña combinación.

por Nicholas Magnier Mar Jul 26, 2011 3:42 pm

Se bajo del carruaje observando aquella mansión, vaya que el ministro disfrutaba de lujos. Sonrio a su anfitrion y camino hacia la casa con una sonrisa hasta coqueta - Contigo es más que seguro que mi velada será agradable. - rió para entrar después de que unos sirvientes les abrieran la puerta. Nicholas no estaba acostumbrado a esos tratos, en realidad no le agradaban mucho, preferia vivir en en su casa a en una mansion.

Volteo a ver al ministro, dejando salir una leve risilla mirando a su alrededor - todo tan elegante Ayrton, se nota que es la casa del ministro - de alguna manera aquella casa parecía perfecta para el ministro, mostraba grandeza y elegancia, quizá hasta ostentosa - Bueno que te parece si nos seguimos conociendo en lo que nos llaman a cenar - Quizá la actitud de Nicholas podría ofender al ministro por comportarse como si viviera en ese lugar en vez de ser una visita sumisa, pero no le importaba.

por **Ayrton Doyle** Mar Jul 26, 2011 4:01 pm

Arqueó una ceja ante su comentario, más su expresión no era molesta, sino más bien sorprendida. No escuchaba ese tipo de frases todos los días, menos hacia él. Casi parecía que el otro estaba coqueteandole, pero por supuesto aquello no le molestaba. Pasó caminando al salón, donde habia dispuesto un pequeño servicio sobre una mesa ratona, con una botella y un pequeño vaso. Hizo un gesto y enseguida trajeron uno para su invitado mientras él tomaba asiento en uno de los sofas frente a la chimenea que mantenía el agradable clima en la histancia e iluminaba el lugar de una manera... un tanto tétrica, a gusto del mayor.

- Te agradezco el comentario Nicholas, ponte comodo por favor...- Pidió, mientras él hacía lo propio. - La verdad es que la mansión ha estado en mi familia de varias generaciones pero, legalmente, el título de propiedad es mio ahora que lo ocupo, dado que no tengo hermanos y mi padre no creo que vuelva a París a reclamarla...- Se inclinó a la mesa, sirviendo un vaso de aquella bebida color ambar para luego mirar al otro. - ¿Te sirvo? - Preguntó - Es lo mismo que tomabamos en mi oficina, es mi favorito - Explicó con ello.

por Nicholas Magnier Jue Jul 28, 2011 1:54 pm

Acepto la invitación del otro y se acomodo en el sillón frente a Ayrton, escuchándole con atención y sin dejar de mirarle fijamente a los ojos - Es un gran lugar para habitar, tienes suerte de no tener que enfrentarte con tus hermanos por la fortuna de tus padres - comento riendo suavemente para tomar el otro vaso e inclinarlo hacia Ayrton - si no es molestia, por favor. Tiene un delicioso sabor. - Espero que le sirviera para tomar un trago y soltar un suave gimoteo de gusto por el sabor del alcohol. - Dime, hay algo mas que te gustaría saber de mi? - le pregunto curioso, a ver cuanto interés lograba causar en el ministro. Nicholas sonreía un tanto malicioso, debía admitir que realmente le gustaría coquetearle, el otro tenía algo que le atraía.

por **Ayrton Doyle** Miér Ago 03, 2011 10:53 pm

Ayrton rellenó el vaso ajeno mientras le escuchaba hablar, dibujandosele una maliciosa sonrisa en los labios. Si, menos mal que no tenía hermanos. Katherine había huido de la casa, así que ya no tendría que lidiar con ella ni con su, de seguro, odioso esposo. Apoyó los pies sobre un extremo de la mesa ratona, tenía esa mala costumbre, mientras bebía un sorbo de la bebida, asentúandose aquella sonrisa ante el gemido de Nicholas. Hubiera sido aún mejor escucharle gimiendo sobre su cama... Apartó esos pensamientos de su cabeza ante la pregunta ajena, no pudiendo evitar mirarle. - Bueno ese comentario de los hermanos me ha dejado algo intrigado... ¿Acaso tenías hermanos? ¿O que ha pasado con tu familia? - Preguntó con bastante interés, siempre era bueno saber algo... por si las dudas.

por Nicholas Magnier Jue Ago 04, 2011 12:09 am

No pasaba desapercibidas las miradas que el ministro le regalaba, le atraían, provocaban a Nicholas para que se acercara y le robara un beso al ministro como había estado a punto de hacerlo en la oficina en un par de ocasiones. Paseaba el licor en su boca, saboreando otro trago en lo que el otro le formulaba la pregunta. Se maldijo un poco para sus adentros pues era el italiano quien había metido a la familia en su platica - Si, aun tengo una querida hermana, la única familia que me queda. - suspiro y se recargo en el sofá, bueno... siempre podía decir la verdad a medias. Era un efecto malo del alcohol en Nicholas, lograba que dejara de mentir, mientras mas tomaba menos mentía, y eso era por que contestaba lo que le llegaba a la mente antes de procesarlo correctamente. Al menos aun no estaba tan ebrio como para contarle la historia de su vida, ademas una cosa era ser sincero y otra totalmente diferente era ser un gran idiota que cuenta cosas de más. Si habia algo que no queria contestar el inquisidor solo decía un amable "que te importa".

A decir verdad Ayrton, mi hermana es la única familia que me queda. Vivía aquí en París pero asesinaron a mis padres así que mi abuelo solo le dio refugio a mi hermana y a mi me mando a Italia - se encogió de hombros, como a quien no le importa la cosa. - Realmente le agradezco a mi abuelo, Italia me hizo el hombre que ahora soy - sonrió para beber un poco mas del alcohol - Deberías cuidar a tu familia o a quienes te interesan Ayrton, por lo menos tenerles en su mira, cuando menos te des cuenta, pueden dejar de existir - sonrió ladino y le guiño un ojo, como para restarle importancia a lo que decía.

por **Ayrton Doyle** Jue Ago 04, 2011 12:31 am

Escuchó con atención sus palabras, acomodandose en el sofá de ancho espaldar que tanto le gustaba. Le escuchó hablar de su "querida hermana" y casi sintió nauseas. Claro, seguramente él no había tenido una hermana como la suya, de hecho, había hecho bien en alejarse de ella. No se podía confiar demasiado en las mujeres, en fin...

Sus palabras le sorprendieron e intrigaron de más, por lo que siguió sus facciones con su intensa mirada mientras hablaba.- Italia es un país con gran cultura, francamente interesante... Debe haber sido toda una experiencia visitarlo - Comentó - No me hagas pensar en perdidas y cuentame de Italia - Pidió. Al fin y al cabo todo lo que podía perder ya lo había perdido - ¿Como son las ciudades, la gente, las costumbres? - Preguntó, casi insistiendole con la mirada.

por Nicholas Magnier Dom Ago 07, 2011 7:08 pm

Aceptó la propuesta del otro de dejar de hablar de las perdidas y sonrió al recordar la bella Italia - podría ponerme a hablar de aquel hermoso país por horas, he vivido más aquí pero considero Italia mi verdadero hogar. La gente es agradable, normalmente son amables en la calle y lo mejor es que cada quien se mete en sus propios asuntos. Muchos son mercaderes, y te puedo decir que la tela Italiana es de la mejor que he visto, más suave, más resistente, y el rojo florentino es el más brillante e intenso que he visto, además el color se conserva, a diferencia de las telas francesas que se destiñen con el tiempo.

Nicholas hablaba con gran cariño, recordando todos los buenos momentos en aquel país. - ¿Qué le puedo decir? comida deliciosa, pastas, el café, el cual preparan de diferentes maneras. Gente la hay corrupta y la hay pobre, honesta y hay ricos. Las ciudades son bellas como Venecia, o espectaculares como Roma. Si te das un tiempo de ser ministro deberías visitar - rió un poco y después bebió un poco más, acariciando inconscientemente un saquito que tenia amarrado en el cuello, donde guardaba el símbolo de los asesinos. - discúlpame creo que hable demasiado, me deje llevar por los buenos recuerdos - se inclinó hacia delante con una sonrisa y apoyo su mano en una pierna de Ayrton, mirándole de manera coqueta. - dime, ¿tu has vivido en París toda tu vida?

por **Ayrton Doyle** Dom Ago 07, 2011 9:05 pm

Escuchó sus palabras, pudiendo captar perfectamente el aire de fascinación del otro por la tan añorada Italia, de donde le contaba tantas cosas. Aquella frase de "Cada quien se mete en sus propios asuntos" le hizo reír un poco. Tal vez por ello vivían con más calma. Si las cosas fueran así en París, tal vez todo ese caos no estaría reinando. Se notaba que el otro sentía cierta atración una considerable pasión por aquel país que era de artes tanto como lo era Francia.

- Descuida, no es problema. Es interesante de oir - Admitió, mientras le veía acomodarse más a gusto y posar una mano en su pierna. Le miró con una ceja arqueada y una sonrisa marcadamente divertida y sugerente, más sus palabras ignoraron por completo el gesto.- No, en lo absoluto. Mi madre vivía en París, pero se casó con mi padre, Duque de Amiens, y allí se residenciaron - Le explicó - Pase toda mi infancia y parte de la adolescencia en Amiens. Es... una buena ciudad; tranquila, apacible, buena para la pesca y el comercio - Le comentó - Cuando cumplí los 15 años, mi madre me envió a París a estudiar. Mis abuelos estaban muertos así que ingresé a un convento con la esperanza que mi madre tenía de que fuera sacerdote... Y como ve, terminé aquí - Bromeó. No había necesidad de incluir al gitano en la explicación de porque había terminado así aunque, ciertamente, la posibilidad pasó por su cabeza.

por Nicholas Magnier Lun Ago 08, 2011 6:19 pm

Sonrió por la mirada que recibió del otro y se mordió suavemente el labio inferior, vaya que su jefe era bastante atractivo, le daban ganas de besarle, pero no menciono nada de sus gestos y con un nuevo brillo en sus ojos movió un poco mas su mano por el interior de la pierna ajena, seguro que el alcohol ya estaba actuando, y no por eso dejaba de beber o de escuchar lo que el otro le decía. - ¿Qué puedo decirte? me alegra que no te hayas hecho sacerdote... aqui entre nos, en realidad no me agrada mucho la iglesia. Después de todo si actuáramos como predica el padre Robert la inquisición no existiría - sonrió ladino y dejó de toquetear al otro y provocarlo, para separarse lento y recargarse en el sofá donde se encontraba. - Puedes también pensarlo desde otro punto de vista, al morir tu padre, no podrías tener acceso a la herencia y no podrías ser Duque por que llevarías una vida humilde, y eso te prohíbe todo tipo de lujos.

Levanto la mano para excusarse antes de que el otro se hiciera una mala idea de Nicholas - No quiero parecer avaro, en realidad no lo soy, pero mirando tu vida de ahora, esta mansión y lo bien decorada que esta, creo que te agrada tener lujos, no por avaricia, sino para vivir mejor, de una manera mas cómoda - sonrió al ministro, bueno que en realidad al otro podrían no importarle esos lujos si se hubiera hecho sacerdote. - Pero bueno, es solo mi opinión, Ayrton - Por alguna razón se sentía cómodo hablando con el otro, como si estuviera poniéndose al día con un viejo amigo o algo parecido.

por **Ayrton Doyle** Lun Ago 08, 2011 8:47 pm

Los movimientos atrevidos del otro bien llamaban su atención y pudo haberse lanzado sobre él en ese mismo instante de no ser porque sabía que en cualquier momento, los sirvientes iban a interrumpirles para anunciar la cena. Sus palabras le causaron gracia y con un gesto de la mano, le indicó que se despreocupara de aquel comentario. - Tranquilizate, entiendo lo que quieres decir...- Comentó - Pero de igual modo, creo que al final no hubiera podido ser sacerdote en realidad - Admitió - Para mi desgracia, estaba demasiado acostumbrado a la buena vida y, aunque hubiera podido desliarme de eso, alguien más me había cautivado lo suficiente como para no considerar siquiera la posibilidad de volverme "casto"...- Bromeó, aunque con ello también pareciera hacer una sugerente invitación al otro ante la mirada que le lanzaba.

Justo en ese momento, tocaron la puerta y la sirvienta les interrumpió de manera educada para anunciar a los caballeros que la cena se encontraba servida. Ayrton se levantó entonces, dejando el vaso de licor de lado. - Vamos Nicholas, te aseguro no vas arrepentirte de esta cena...- Musitó, sugerente, guiandole hasta el comedor, donde la gran cena estaba compuesto de pavo asado con alubias, preparado con salvia, clavo y granos del paraiso. También había una pierna de cochino, junto con puré, quesos y un poco de vino. También en la mesa había diversas salsas y mostazas para acompañar, y las dos copas para los caballeros, servidas de vino hasta casi desbordar. Ello era signo de abundancia. Le sonrió al otro mientras se sentaba en la cabecera de la mesa. - Ponte comodo...- Ofreció, señalandole el puesto a su mano derecha.

por Nicholas Magnier Lun Ago 08, 2011 9:04 pm

Iba a contestarle algo al ministro sobre su "castidad" pero les interrumpieron, por lo que se puso de pie tras Ayrton para sonreír por el tono de voz de su invitación y se coloco de pie para seguir al otro y sin pudor alguno tocar el trasero del ministro con una sonrisa divertida - Pues si de postre recibo a un joven de hermosos ojos azules, seguro me encanta la cena. - guiño el ojo a Ayrton para después mirar su cena y dejar que el otro tomara asiento para colocarse a su lado - Vaya, ahora me siento algún tipo de invitado especial, eso o que me quieres poner en engorda - rió para servirse en su plato algo de pavo, un trozo del cochino y puré, - Se ve delicioso, digno del gran Ayrton Doyle - sonrió para tomar su copa y después de hacer el típico gesto de brindis con su copa, bebió un poco de esta. Tomo el primer bocado del pavo y gimió un poco por el sabor que inundaba sus papilas - esta exquisito, algún día deberé invitarte yo a cenar.

por **Ayrton Doyle** Lun Ago 08, 2011 9:22 pm

- Ni tan joven... Pero quien sabe - comentó, dejando la espectativa en el aire y riendo un poco, para servirse pavo, pure y un poco de alubias con salsa de salvia. Correspondió a su gesto en la copa y comenzó a comer con normalidad. Usualmente sus comidas no eran tan ostentosas, solo la ración que comería pero, por tratarse de una inesperada visita, bien sabían los sirvientes que Ayrton gustaba de impresionar a sus invitados, las pocas veces que estos venian, por lo que dispusieron todo de ese modo. Escuchó sus palabras y rio un poco por ello. - No Nicholas, no quiero engordarte, no se vería bien en un inquisidor eso de que nos dieramos "la gran vida"...- Comentó, guiñandole un ojo de manera atrevida - Pero bueno, disfrutemos de nuestra cena, que después hay cierto concierto de piano que me debes...- Señaló, certeramente. Aún el alcohol no le hacía olvidarlo por completo.

por Nicholas Magnier Lun Ago 08, 2011 9:28 pm

No sería bueno que parezca que los inquisidores vivimos demasiado bien - Rió mientras comía y disfrutaba de aquel buffet, presentía una muy buena noche en compañía del ministro - Cierto, el piano... bueno en lo mientras puedes ir pensando en alguna canción que te gustaría que tocara para el fin de la velada - sonrió mientras continuaba su cena con gusto, en realidad aquellos sirvientes cocinaban bien, con lo que le gustaba a Nicholas ser consentido con tan buena comida, en especial en el hogar de alguien que podría ser uno de sus peores enemigos si se enteraba que era asesino, o al menos eso se imaginaba.

Comió de manera pausada, disfrutando de cada bocado y trago del vino hasta que termino la cena y se recargo en el asiento junto al ministro - debo admitirlo, sabes como tratar invitados, siendo así me pregunto por que parece que tantos en la inquisición te temen como si fueras el mismo demonio, alguien tan sexy no podría ser tan.. malo como dicen.

por **Ayrton Doyle** Lun Ago 08, 2011 10:00 pm

- Exactamente, empieza a comprenderme Nicholas...- Musitó mientras comía de a pequeños y educados bocados en lo que le escuchaba. No tuvo que pensarlo demasiado para que se le escapara decir. - Fur Elize... - Aunque luego se arrepintió de haberlo dicho. ¿Por que, de entre tantas melodias, había escogido esa? ¿Un extrañño reflejo a su "querida" y difrunta hermana tal vez? Quizá... pero ya lo habia dicho, asi que pensaría en otra mejor para decir luego de este terminara con la primera pieza.

Hizo una seña a la sirvienta tan pronto se acabó el vino para que rellenara las copas de ambos y, además, trajeran el postre; una tarta de higos con semillas caramelizadas. Esperaba fuera del agrado del otro. La joven le cortó una rebanada al ministro y la sirvió en su plato, luego se volteó al moreno. - ¿Gustas una, Nicholas? - Ofreció, con ligereza, riendose por sus palabras- Ah, mi querido Nicholas, no deberías dejarte llevar por las apariencias tan facilmente... - Comentó - El hecho de que me vea tan irresistible no significa que no pueda ser un demonio en la tierra...- Aseguró, con voz sugerente, haciendo temblar y sonrojar a la sirvienta, pero Ayrton fingió no darse cuenta de ello mientras esperaba la respuesta ajena.

por Nicholas Magnier Lun Ago 08, 2011 10:11 pm

De acuerdo, Fur Elize será - esa canción le encantaba, debía admitirlo , por lo cual no sería un problema interpretarla en el piano para el ministro. Aceptó que rellenaran su copa y miro el postre para asentir y con una sonrisa encantadora miro a la sirvienta - si no es molestia, me encantaría un poco de la tarta, se ve deliciosa - Espero le sirvieran mientras volvía a su conversación con Ayrton, e ignorando a la sirvienta cerca de ellos sonrió ampliamente, acercándose al ministro un poco - ¿Un demonio en la tierra? Siendo así, seguro eres todo un as en la cama - se acerco como para que sus alientos chocaran. Podía besarle ahií, en ese momento, pero no... la privación de algo que quieres hacía que aumentara el deseo por obtener ese "algo". El tener sexo con su jefe, o el intentar tenerlo tendría que esperar hasta despues del postre y el recital de piano.

Tomo un trozo de la tarta y lo comió con gusto después de devolverle su espacio personal a Ayrton, quizá Nicholas dejaba de ser tan pudoroso o sutil como antes, pero poco le importaba gracias a la presencia del alcohol en su cuerpo - Esta delicioso el postre, realmente siento que me estas consintiendo demasiado Ayrton.

por **Ayrton Doyle** Lun Ago 08, 2011 10:28 pm

Tan pronto como la sirvienta sirvió a Nicholas el pastel, le mandó con un gesto de la mano a que se retiraran, no le gustaba que estuvieran escuchando sus conversaciones. Sus palabras le hicieron ampliar aquella sonris maliciosa, sintiendo que su aliento entrechocaba con su rostro, cosa que no le importaba en lo mas mínimo. Incluso añadió. - Pues si quieres saber que tan cierto es eso, solo tienes que pedirlo...- Exclamó, descarado. Sus habilidades amatorias no era algo que le diera verguenza presumir, todo lo contrario y con ese comentario lo reconocía.

Se acomodó tranquilamente en su asiento, intercalando bocados de tarta y tragos de vino mientras disfrutaba de la compañía ajena y del descaro que esta implicaba. - Tal vez solo te esté engordando... Y después desaparezcas misteriosamente en una de mis ollas de estofado... - comentó, irónico y burlón, para terminar con eso y levantarse de la mesa. - Vamos, el salón esta un poco más adentro de la casa, allí esta el piano...- Le comentó, disponiendose a guiarlo hasta allá.

por Nicholas Magnier Lun Ago 08, 2011 10:50 pm

Levanto una ceja, con eso de que solo debía de pedirlo - Cuidado Ayrton, podría terminar pidiéndolo - rió divertido, al menos el otro era tan descarado como su propia persona, y debía de admitir que eso le agradaba, no importaba lo que tanto le habían dicho del ministro, realmente le agradaba su manera de ser. - Vamos al piano entonces antes de que quieras comerme aquí, después de todo para "comer" es más cómoda una cama - Se puso de pie y dejó que le guiara al piano, mientras veía toda su casa elegantemente adornada. Al mirar el piano sonrió y levantó la tapa para acomodarse en este, acariciando las teclas y presionando algunas con una sonrisa. - Empecemos el concierto entonces - Se quito la camisa para estar un poco más cómodo al tocar en esa cálida noche, en especial por que la camisa le restringía un poco el movimiento. Posicionó sus manos y empezo a tocar la hermosa melodia, entrecerrando un poco sus ojos para disfrutar el sonido que sus propias manos producían. Era extraño pensar que unas manos tan sucias y manchadas de sangre pudieras expresar tal emoción. Si al terminar el otro no le daba otra canción, empezaría a improvisar - Al momento que quiera que me detenga, puede decirlo - sonrió aun concentrado.

por **Ayrton Doyle** Lun Ago 08, 2011 11:16 pm

Le gustó aquella insinuación ajeno. Por lo visto no iba a ser tan dificil llevarselo a la cama, y a pesar de que le gustara el forcejeo, tener algo facil de vez en cuando no le venía mal. Una vez llegado al salón le dejó el piano para que hiciera lo que hiciera, mientras él tomaba un banco para sentarse comodamente cerca. Mandó a la sirvienta a que trajera los vasos y el licor del otro cuarto y en cuanto lo hizo, la mandó a que se retirara a sus aposentos junto con el resto de los sirvientes, no quería que nadie fuera a estarles interrumpiendo en medio de sus jugueteos... o devaneos, o lo que fuera. Se rellenó el vaso e hizo lo mismo con el ajeno, y lo dejó sobre el piano, con un delgado pañuelo bajo el vaso para que no fuera a arruinar el piano y se recostó comodamente sobre el banco. - Pues realmente la melodía es excelente, sorprendeme con lo siguiente, aqui estoy agusto...- Musitó, riendo un poco en lo que se acomodaba.

por Nicholas Magnier Lun Ago 08, 2011 11:31 pm

Realmente quería beber de ese vino, pero sus manos estaban ocupadas en ese momento con el piano, notó que el otro estaba cerca, así que volteo a verle recostado y sonrió volviendo a mirar al piano - De acuerdo, si no te gusta la canción no es mi culpa - sonrió mientras terminaba con Fur Elize y hacia un intermedio para empezar con la próxima, era un poco más fluida y más alegre, en realidad improvisaba, era una canción que previamente en su casa había tocado en alguna vez, pero nada muy especial, solo una variación de la canción Canon, pero en pocas partes se asemejaba a esa hermosa pieza. Continuó tocando, realmente encantado con su actividad, añadiendo la energía necesaria en aquella melodía, si el otro le preguntaba cómo se llamaba la canción realmente no estaba seguro de que le diría, técnicamente era Canon, pero diferente - espero le agrade la pieza ministro - rió un poco con sus palabras, sin prestar micha atención a la vista que le regalaba al otro de su bien formada espalda y brazos trabajados, quizá la música era algo que realmente le perdía.

Spoiler:

por **Ayrton Doyle** Lun Ago 08, 2011 11:52 pm

- No creo que seas peor que los que se fingen musicos en el teatro...- Le aseguró, divertido, aflojando los botones de la levita que usaba para finalmente apartarla y solo quedar en la fina camisa de lino con algunos volados y los pantalones ajustados mientras se recostaba de nuevo en el banco y apollaba los pies en otro, observando el cuerpo del pianista que lo exponía ante él de manera tan despreocupada y aún cuando la música parecía envolverle de un modo tan fascinante, aún así no podía evitar que la mirada se le desviara de vez en cuando a su cuerpo. - Es... una melodía interesante - Admitió - Hacía mucho tiempo que en esta casa no se escuchaba algo tan alegre - Comentó, tomando un poco más de su bebida - ¿La has compuesto tu? - Le preguntó con notable curiosidad. El sabía tocar el piano pero de forma muy basica, en realidad no era tan bueno como el otro.

por Nicholas Magnier Mar Ago 09, 2011 12:02 am

¿Interesante? pues gracias, parece que a su vida le falta algo de alegría, ¿no es asi? -exclamó divertido, ignorando que el otro veía su cuerpo con atención mientras tocaba aquella hermosa pieza, agradecía realmente haber aprendido a tocar de esa manera y componer melodías tan hermosas. Terminó la pieza de manera lenta y suave para voltear a ver al ministro y tomar su propia copa de vino y beber un poco - mmm, algo así, la canción en la que me base se llama Canon, pero improvise la mayoría de la canción - sonrió un poco recargándose en el piano mientras volteaba a verle - espero que te haya gustado la melodía, no tiendo a tocar mucho mis creaciones - le miró un poco apenado. En realidad no creía que fueran tan buenas como para presumir, aunque le encantaba hacer notar que sabía tocar bien el piano.- Llevo practicando el instrumento por años, era normal agarrar la habilidad de poder improvisar.

por **Ayrton Doyle** Mar Ago 09, 2011 12:50 am

- Puede que si, pero con un trabajo como este no se tienen mucho tiempo para "alegrias"... o al menos no unas muy consentidas - Bromeó, leve, tomando más de su bebida, hasta que el otro al fin se volteó a él, permitiendole deleitarse enteramente con toda la visión de su cuerpo; lo que tenía frente a sus ojos era, sin lugar a dudas, un especimen sumamente atractivo, por lo que era evidente que no lo dejaría escapar de él. Esa noche sería suyo y sabía que al otro no le disgustaría. Se soltó un poco más los primeros botones de la camisa de lino, dejandole ver más allá de su cuello y clavicula, con toda comodidad y desfachatez mientras le escuchaba. - Oh! Por supuesto... Ha sido una interpretación exquisita... Si no fueras inquisidor, tal vez te contrataría como mi pianista personal - Le bromeó, divertido - Se nota que de verdad sabes como utilizar esas manos - Exclamó, bromeando sugerentemente con él.

por Nicholas Magnier Mar Ago 09, 2011 1:18 am

Como pianista personal.. en realidad no me desagrada la idea, puede deleitarse mientras le muestro que tan bien uso mis manos... o mi boca - Sonrió ladino, seguro de que el otro sabría a que se refería, no pasaba desapercibida las miradas ajenas en su cuerpo, así como Nicholas también se baboseaba el cuerpo del ministro aun bajo sus ropas - bueno, aunque mostrarle mis habilidades a alguien como tú no me importaría hacerlo, no importa si soy su pianista o uno de sus peones - sonrió para arrodillarse frente al otro, acercándose hacia su sexo mientras se recargaba en sus piernas - Dime Ayrton, ya platicamos, cenamos y tocamos piano. ¿Ahora que hacemos? No quiero que llegue la hora de irme, no aun... - le miro sugerente, era bastante obvio lo que Nicholas le estaba ofreciendo hacer, y solo checaba si a su jefe no le molestaba, solo por mera cortesía ya que Nicholas no bromeaba al decir que sabia usar su boca.

por **Ayrton Doyle** Mar Ago 09, 2011 1:45 am

Aquel sugerente ofrecimiento no le molestó demasiado, más bien para nada le molestó, siendo que eso era lo que había estado esperando hacer con el otro toda la noche. Acabó el vaso de un trago mientras le sentia acomodarse tan cerca de su sexo que casi podía sentir su aliento. Para nade le molestaría que lo atendiera en esa zona. Sus rodeos le divirtieron y le miró de manera sugerente ante sus ultimas palabras, esa última pregunta.- Estoy seguro de que tienes una idea en la mente.. - Aseguró inclinandose sobre él, tentandolo con la cercania de su aliento.- Vamos, muestrame que tanto puedes hacer con tu boca...- Susurró acariciandole el rostro con su aliento, tentandole a continuar. Queria sentirlo, definitivamente.

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