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Hostilidad {Privado}
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Hostilidad {Privado}
Recuerdo del primer mensaje :
+Adrien al fin había encontrado un tiempo libre para ver a Ayrton, la verdad es que no había tenido tiempo de nada ya que estaba relacionado con un montón de cosas… negocios que no podía contar al ojiazul pero que de algún modo les favorecerían en algún momento. No había avisado que iría por lo que en realidad no tendría ni idea de si estuviera ocupado, pero estaba seguro que le daría gusto verlo, o bueno eso sería lo normal. Venía con una toga negra y el gorro cubría su identidad, esta vez la verdad es que no tenía ganas de visitarle vestido de chica. Se colgó con habilidad de la ventana y ya sabiendo cómo abrirla por medio de un pequeño alambre entró con facilidad como si fuera su propia casa, cerró con cuidado y se adentró a la mansión a buscarlo, sabía que debía tener cuidado por si aún la servidumbre andaba por ahí a esas horas…
*Ayrton estaba harto del tema, más aún porque no sabía como lidiar con ello. Era de los que siempre tomaban lo que querían cuando lo quería. Pero ya lo tenía... ¿Entonces porque estaba tan enojado? Simple, sabía que no era tan suyo como aparentaba. Ya lo había visto varias veces... ¡Demasiadas! Con aquella chica que parecía trabajar en la panadería y que tan mala espina le daba; si bien era cierto que el otro debía ser "amable" con las damas y toda la cosa, ya lo había visto demasiado con esa mujer... ¡Y lo peor es que ni siquiera tenía a Nicholas! Cuando debía servirle de utilidad, nunca aparecía. Esa noche había mandado al diablo a toda la inquisición, a todos los sirvientes y a todo el mundo. Con la amenaza de mandarlos al juzgado por sospechas de brujería, ordenó a todos los criados que se largaran, quería estar solo. Y se compensó con una de las botellas de licor que esa noche de ebriedad le hubiera comprado a Jean. Sentado solo frente a la chimenea con aquella botella como compañía pensaba en lo que haría cuando viera al castaño. Una parte de su ser desbordaba ira, aunque intentara controlarse, pero... ¡Es que le estaba engañando con esa mujer! Lo adivinaba.
+Se colgó del barandal de las escaleras para no estar dando vueltas por toda la casa y miró en el piso de abajo por si le veía, había un silencio sepulcral ahí dentro por lo que rápidamente supo que seguro no había nadie por ahí a esas horas...¿No estaría en casa? Se colgó con habilidad haciendo un ruido en falso al caer al piso, rayos eso no estaba planeado, se ocultó tras uno de los muros asomándose a la chimenea notando que estaba encendida, ¿Él es el que estaba ahí? -¿Ayrton?- Preguntó bajito sin mostrarse claro estaba, sino era él simplemente escaparía de ahí tal y como entró. Su sigilo había fallado un poco pero esperaba que nadie más se hubiera enterado de su llegada a la mansión.
*No se había percatado de que había alguien más en su casa... al menos hasta que escuchó un ruido en el suelo, seco, como el golpe de algo al caer. Estaba a punto de levantarse echando maldiciones, suponiendo que de algún criado estúpido se tratase, cuando se dio cuenta de que era él, el objeto de su adoración y sus dudas, el mismísimo Adrien. Dio un trago más a su botella y sabiendo que podía verle, le hizo un gesto para que se acercara, diciéndole un simple. - Soy yo...- No quería que se filtrara a sus palabras aquel siseo venenoso que sentía por dentro. Era ya su segunda botella, estaba bastante mareado, por no decir ebrio, y con ello rumiaba su malestar respecto a la situación del castaño. Luego de haberle dicho que "le amaba"... ¿Cómo le hacía aquello? O más bien... ¿Por qué?
+Al saber que era él entonces caminó hacia él con ese andar gatuno tan suyo y antes de estar frente a él dejó caer la toga al piso llegando a sentarse en sus piernas tranquilamente, estaba muy de buenas aquel día -Al fin he podido venir a verte!- Exclamó abrazándose a su cuello y después tomando atención a la botella quitándosela de las manos como niño curioso -¡Hey! Con que te divertías sin mí ¿eh?- Le comentó divertido intentando jugar con él un poco como era su costumbre, miró la botella con detenimiento y rápidamente supo que esos eran los gustos de Jean, eso lo tenía clarísimo -Muy buena elección- Dijo al no obtener una respuesta a la primera.
*De pronto ya lo tenía sentado en sus piernas con la misma desfachatez de siempre. Suspiró internamente de forma pesada ante aquello. ¿Como podía llegar de acostarse con esa mujer y luego estar con él tan campante? Le dio otro sorbo a la botella antes de que el gitano se la quitara, detalle que le hizo fruncir el ceño, bastante incómodo de las libertades que estaba tomándose. Estaba tan molesto que pudo haberle arrojado de sus piernas de un empujón, sin embargo, no lo hizo. Se limitó solo a observarlo. ¿Que más podía hacer? Escucho sus palabras, pero solo se limitó a quitarle la botella de nuevo y darle otro sorbo. - Es algo fuerte para alguien como tú...- Murmuro, como receloso de que pudiera acabárselo. Le dio un par de sorbos más antes de preguntar, como quien se cree con derecho a hacerlo...- Y... ¿Donde estabas, Adrien? - Inquirió, "yendo al grano" de una vez. Y más le valía que le dijera la verdad, no estaba de humor, para nada.
+Adrien notó una extraña aura maligna en todo esto, no era normal que le viera con cara de asesino en serie por lo que sencillamente se apartó de sus piernas con habilidad como el gitano astuto que era y e hizo como que todo en la ventana era muy bonito puesto que se puso a ver los jardines de la mansión desde ahí, aquella pregunta no la tomó a mal ¿Qué tenía de malo que quisiera saber un poco de su día? Rara vez le contaba cosas sobre lo que hacía por lo que sólo omitiendo lo de sus negocios todo lo demás era un buen tema de plática. Se recargó de espaldas a la ventana para contestar -Puess tu sabes lo que hago, unos cuantos espectáculos, unas cuantas corredizas y ver uno que otro amigo en el camino...nada del otro mundo, quizá lamentablemente- Dijo suspirando después de lo último y alzándose de hombros -Para llegar aquí tuve que ignorar al consejo de ancianos que molestaba para que me quedara a una de esas aburridas reuniones de sermones por mi "mal gobierno" y esas cosas...- Comentó haciendo un puchero ante eso, pero qué exagerados, como si realmente él matar guardias fuera a sacarlos del apuro en el que estaban milagrosamente ¡La luna los ayudaba pero tampoco iba a bajar a librar sus batallas!
*Le siguió con la mirada cada gesto, cada movimiento que parecía gritar la palabra "Culpable" en su cabeza una y otra vez. Pese a ello, intentó evitar cualquier acusación hasta escucharle. Sus palabras pudieron haber parecido casuales y pasarles desapercibidas a cualquier otro, pero era él, no se le escapaba nada... Y cuando se refirió de ese modo a sus "amigos" estuvo muy a punto de decirle "¿Y donde dejas a esa maldita mujer?" pero se contuvo. Simplemente le siguió con la mirada hasta que dejó de hablar mientras él bebía otro sorbo de la botella, a la cual le quedaba menos de la mitad. - Al menos estas vivo...- Comentó, como si tal cosa - Pero seguro te la pasas bien con tus amigos, ¿No? - Inquirió, no sen cierto recelo - Digo, eres el más popular de la ciudad... ¿Quien no querría estar contigo?... - "O debajo de tí" Volvió a pensar, pero no dijo nada. Prefirió callar y seguir escuchándole.
+Entonces noto por donde iba la cosa, le escuchó atentamente intentando no reírse a carcajadas, lamentablemente estaba tan loco que esas cosas le causaban mucha gracia, se pintó una gran sonrisa en su rostro y desvió la mirada -Ah sí! Mis amigos... bueno debo decir que no son muchos, hoy vi a William en un espectáculo propio en la plaza de Grève, o sea alguien que no conoces y es gitano, luego pasé por un trago con Jean y debo admitir que me divertí mucho notando que acosaba a un tipo nuevo, ehh ah sí! y pasé a ver a Katherine pero sólo para decirle que esta noche estaría ocupado- Comentó sólo para calarle en lo último ¿Habría atinado? Es decir si insinuaba cosas con los dos anteriores...era mejor dejarlo así y salir corriendo pero con Katherine había hecho la broma porque era inaudito que se diera algo, las mujeres le daban miedo desde lo de Mireya y la verdad es que ni totalmente descuerdo intentaría algo con la castaña.
*Dio un largo trago a la botella mientras le escuchaba. Se la acabaría antes de permitir que se la quitara de nuevo. Le miró feo por unos cuantos minutos más sin perder detalle de la explicación. Poco le importaban el tal William y el dueño del Babylon. El que mencionara a esa mujer fue lo que le hizo hervir la sangre y casi de un tirón se levantó del enorme sillón en el que se encontraba.- Pues valla, que entretenido...- Comentó, sarcástico, caminando hacia él hasta, con un brazo, arrinconarle contra la ventana. - ¿Seguro que solo pasabas a saludar a esa chiquilla? ¿O tal vez a compensarla porque no estarás para consolarla esta noche también? ¿A donde ibas a llevarla hoy, Adrien? ¿Al río? ¿Al cementerio? ¿A la corte de los milagros? - Ya, era oficial, no le importaba que se diera cuenta de sus celos, y es porque por dentro se sentía hervir de rabia. ¿Que rayos tenía ella?
+Adrien se quitó de donde éste cuando se acercó, no quería problemas y su actitud comenzaba a estresarlo por lo que le evitó poniéndose serio al escucharlo -Si no estas de buenas sencillamente dilo, me largo y ya- Le dijo ofendido por sus insinuaciones, una cosa era que estuviera ebrio y otra muy diferente que le insultara con esas tonterías, Katherine era muy buena amiga suya y no dejaría que hablara así de ella... ¿Pero qué diablos pasaba por su cabeza para haber llegado a esa conclusión? Lamentablemente sabía que cuando se estaba ebrio sólo se era sincero por lo que sintió un dolorsito en el corazón al saber que eso era lo que realmente pensaba y no un delirio del alcohol como le hubiera gustado interpretado "Deja que me provoque... ten cuidado con él Adrien yo te lo dije, te advertí que no podíamos confiar tus necedades nos pondrán en peligro visualiza un arma, lo que sea será útil para defendernos de éste que no ha dejado de ser el cazador y tu la liebre idiota que se volvió la mascota..." Le dijo Clopín muy indignado, aquel trato le enfurecía.
*- ¡No! - Casi tan pronto como dijo aquello, su mano se estiró de manera automática para tomar la camisa ajena con la mano que no sostenía la botella, para atraerlo de nuevo hacia él. No iba a dejar que huyera, él quería una explicación respecto a todo eso. - Claro que estoy de buenas, pero quiero saber... ¡¿Que rayos es lo que tiene esa mujer para que prefieras estar con ella en vez de conmigo?!- Le preguntó de manera directa, de una vez por todas. Sus zafiros congelados, enojados a causa de aquel hecho, taladraban los oscuros onyx que el otro tenía por orbes, esperando una respuesta que le satisficiera. A pesar de que ambos habían hecho mal, se suponía que se habían "reconciliado", ¿Entonces porque lo hacía? - ¿Acaso crees que no me doy cuenta de que siempre estas con ella? ¿Y que hueles como ella cada vez que vienes? ¿O tal vez debería decir que hueles a ella? - Inquirió con sarcasmo, manteniéndolo firmemente cerca de él para no darle oportunidad a que huyera.
+-¡Basta!- Le dijo intentando dejar de escucharlo, por un momento logró intimidarle pero su enojo pudo más con aquello, le miró con decisión -¡No voy a permitir que me trates de este modo! ¡Si tantas malditas dudas tienes ¿Porqué diablos no buscas a alguien más?! ¿¡Porqué?!- Le gritó prácticamente para tener su atención -¡No eres nadie para hablarme así! ¿Pues quién te crees? ¡Eres un idiota, suéltame!- Ordenó intentando no ser violento, esperaba no tener que aplicar nada de las malas mañas que sabía para librarse de ese tipo de cosas porque no quería lastimarle físicamente, no podía creer que todo ese tiempo estuviera tan envenenado contra él.
*- ¿Por qué? - Repitió, como si la sola pregunta le ofendiera. Soltó la botella entonces para tomar al gitano por ambos brazos e impedirle que escapara - ¡Por que no quiero a alguien más! - Exclamó - ¡Te quiero a ti, maldición! - Añadió, enojado por todo aquello, celoso de esa mujer que libremente podía andar con el otro, mientras ellos tenían que verse a escondidas. ¡Le enfadaba a sobremanera aquel hecho! No queria verlo con nadie más, los celos se lo comían vivo cuando eso sucedía. Solo lo quería con él, que fuera para él. - ¡No soporto verte feliz con alguien más mientras nosotros tenemos que escondernos! ¡Especialmente con ella! - Exclamó, alterado - Te coquetea, te sonríe... ¡Te quiere para ella! ¿Que no te das cuenta? - Le espetó, como si fuera algo obvio lo que le decía, sin evitar zarandearle un poco debido a la diferencia de fuerzas.
+No quería de verdad pero las circunstancias no le dejaron alternativa, estaba aterrado por lo que dio un permiso a Clopín de que hiciera lo que quisiera en ese momento para librarse del agarre, este inmediatamente tomó mando de la situación en cuanto suspiró y cerró los ojos. Al abrirlos era alguien más -¡Ni loco estaría con una mujer nuevamente! Tus celos estupidos van a ser tu perdición ¿Pero sabes? ¡Me das risa! Porque si tanto me conocieras como presumes seguramente sabrías la verdad- Dijo Clopín mirándole desafiante y manteniendo una sonrisa al propósito, su hábil mano se dirigió a la daga que siempre cargaba consigo y la clavó en la pierna de Ayrton sin problema alguno quitándose ahora con plena facilidad -Cuánto había esperado por esto... pero lo lograste, asustarlo hasta el grado de no querer verte- Le dijo mirándole casi con desprecio, aunque en realidad no le odiaba tanto como antes de algún modo, solo era algo tonto pero sabía perfectamente que si intentaba hacer algo él no se andaba con medias tintas como el idiota de Adrien, él iba a reaccionar como reaccionara éste. -No tienes derecho a celarle así...- Le dijo como si de repente fuera alguien externo a tal cosa, seguro que Adrien tomaría el control pronto en cuanto notara lo que había hecho pero eso le importaba un comino mientras pudiera desquitarse un poco.
* El súbito cambio de actitud del castaño le sorprendió, y tardó un poco en darse cuenta tras sus palabras que no era Adrien quien hablaba, sino Clopín. Él y sus burlas detestables, ya sabía que lo odiaba... ¿Que rayos quería ahora? Estaba por lanzar lejos al gitano, que no era ahora a quien quería ver, pero este, no supo cuando, tomó una daga de entre sus ropas, clavándosela en la pierna, haciéndole doblarse sobre si mismo a la par que dejaba oír un grito ronco, dejándolo así en libertad, mientras él caía al suelo, sosteniéndose la pierna herida. Le miró con odio pleno, puro y simple, escuchándole tan tranquilo y campante.- Maldito bastardo... ¡No creo una palabra de lo que dices! - Exclamó, fúrico. Con más fuerza de voluntad que esfuerzo, tomó la daga aun en su muslo, sacándola, ocasionándose otro quejido antes de clavarla en el suelo, mirando al otro con el mismo rencor. - ¿No lo tengo? ¿Y tu sí? - Le espetó con rabia - Nunca quisiste que estuviéramos juntos... ¿Crees que ahora no lo sé? - Inquirió, con rencor - Pero no tengo porque escucharte, puedo hacer lo que quiera, incluso contigo, porque cuando él vuelva, no te veré en un buen rato...- Musitó con una sonrisa macabra, casi desquiciada, antes de lanzarse a atrapar al otro por el cuello.
*Clopín le escuchó con un gesto burlón en sus facciones mientras hablaba -Te recuerdo que yo soy el que manda cuando él no está, ¡Tú lo haces alguien todavía más idiota! ¡Más débil!- Le gritó para después escuchar lo último y mirarle fijo, desafiante. Pero Adrien se había dado cuenta del dolor ajeno, de aquella sangre que manaba de esa herida y espantado volvió en sí no en el preciso momento que debiera -¡Nghn!- Dejó escuchar un quejidito que era obvio para nada propio de Clopín que era bastante orgulloso como para quejarse con ese tipo de cosas y se sostuvo a la mano ajena intentando apretarla con fuerza entre sus manos para que le soltara, cerró los ojos con fuerza esforzándose por no ver esa expresión que tanto le dolió que le dedicara en ese momento.
*Cuando escuchó aquel quejido y ese apreton en su mano, volvió en si y lo soltó. Clopín no hubiera hecho eso, además el otro tenía los ojos fuertemente cerrados. De nuevo volvió a caer al suelo de rodillas cuando sintió sus piernas temblar, y un leve quejido ahogado se dejó oir ante la presión en su muslo. La herida seguía sangrando. se la presionó con la mano para que dejara de hacerlo, pues le molestaba a sobremanera. Sentia aun aquel rencor en su interior, pero sentía que si lo miraba de nuevo, si le decía algo de nuevo, volvería a "estallar" como antes, por lo que prefirió ocuparse en primer lugar de la herida antes que otra cosa, alcanzando la botella de nuevo para darle un nuevo sorbo. Tal vez eso le quitara la sensibilidad.
+Al soltarle Adrien tosió recargándose contra la pared cubriendose la boca con las manos intentando nivelar su respiración que estaba agitada por el miedo que había sentido ante aquel agarre, le había tomado desprevenido, tal vez era eso o que ya era un maldito cobarde sin darse cuenta. Al bajar la mirada un escalofrío le recorrió ¡Pudo haberlo matado! cayó de rodillas frente a él sintiendo como sus piernas perdieron la fuerza en cuanto notó tal atrocidad -Perdón...- Musitó en tono ahogado mirándole asustado, pero aquel enojo aún no se iba a pesar de verle así, de algún modo un pensamiento de su parte le decía que se lo merecía lo cual le aterró todavía más -Te dije que te detuvieras...- Musitó bajando la mirada manteniéndola en el piso.
*- ¿Que me detuviera y que? ¿Dejar que te fueras con ella o con cualquiera? - Inquirió con el mismo rencor que sus palabras hicieron rebullir en él de nuevo. ¿No entendía caso que lo único que quería es que fuera suyo? ¿Suyo y de nadie más? Si por él fuera, lo habría encerrado en esa casa, para tenerlo siempre con él, pero sabía que no estaba en sus manos el hacer aquello. Sin embargo cuando le miraba afuera, cuando su mente comenzaba a imaginarlo en las camas de todos ellos... no podía soportarlo. - Pero bueno, supongo que debes estar contento, ya Clopín se vengó por ti...- Musitó, refiriéndose a su herida, donde dejó caer un poco de licor que, aunque le hirió, terminó por "sanarle" en cierto modo. A pesar del ardor inicial ya no le molestaba tanto aquella herida.
+-No puedo controlarlo...- Musitó bajito como niño regañado al terminar de escucharlo, pero sus reclamos hicieron que se pusiera de pie frunciendo el ceño -¿Sigues con eso? No-hay-nada! ¿Porqué es tan difícil de entender?- Le dijo intentando no exasperarse de más nuevamente -¿Tan mal piensas de mí? ¡Tu eres el que me ha mentido! ¡Pero yo no voy a cuestionarte porque finalmente no es mi problema lo que hagas!- Le dijo al fin soltando aquellas palabras de su boca que había intentado callarse -¡¡Lamentablemente siempre terminas demostrando el maldito demonio que eres!! ¡Jamás vas a cambiar y aquí el idiota soy yo!- Escupió aquellas palabras llenandose de rabia al pronunciarlas, ahora le daba gusto aquella herida, oh sí.
*- ¿Mentirte? ¿Yo? ¿En que? - Espetó, con enojo, levantándose de nuevo - ¿Acaso no me habías echado ya en cara ya todas las "mentiras" que te había dicho? ¿O vas a volver con lo que sucedió antes del festival? - Señaló. Si, había hecho cosas que no podían considerarse buenas en ningún sentido pero... ¡¿A quien demonios le importaba ya eso?! Le indignaba el pensar por un instante que estaba arriesgando la cabeza por un gitano que ahora lo llamaba demonio... ¡Era un idiota! - ¡Lo eres! ¡Eres un idiota! ¡Porque nada de lo que ahora hago por tí te importa! - Le recriminó, poniéndose en pie también - Si tan maldito me crees, seguro estarás feliz cuando decreten sentencia sobre mi cabeza... ¡Oh si! Será el día más feliz de tu vida - Exclamó, con amargura, tomándole de las ropas luego para acercarlo a él y luego arrinconarle contra la pared, contra su cuerpo. Lo peor era saber que aún así, aunque el otro hubiera muerto en ese instante, eso no habría arreglado las cosas porque en el fondo seguía queriéndole. Era ello el motivo de su discusión, de sus celos. Le miró con ojos afilados y terminó por callar sus palabras con un beso, un atrabancado y feroz al que aplicó su fuerza para que el otro no lo pudiera detener.
+ -¡Cállate!- Le exigió en medio de tantas palabras que herían sus oídos por el tono en que venían, su expresión dolida no podía deberse a otra cosa que no fuera todas las tonterías que decía cuando estaba molesto, ambos eran un par de orgullosos y eso ya les había afectado una vez... Intentó resistirse a aquel beso apartando el rostro hasta que este le forzó así y por instinto correspondió al comenzar pero después recordando la rabia que traía en el pecho le mordió con fuerza para quitarle, no iba a caer tan fácil, no dejaría que aquello se quedara así, le mantuvo una mirada larga que le demostró su desacuerdo en esa resolución -Me has mentido porque tu problema no es esa mujer, no es ella ni nadie...- Le dijo sin perderle la mirada, manteniendo una que no podría esquivar -Tu problema es que te matan los celos, ¿Porqué no me dices eso? ¡Que me amas! ¡Que ese es el maldito problema! Siempre tienes que tratarme como basura para sentirte bien ¿Disfrutas denigrándome? ¿Tanto como todos esos bastardos que educaste en la inquisición? ¿¡Qué es lo que deseas más?! ¿Que me maten? ¿Verme morir? ¿Sólo así vas a estar a gusto?- Le cuestionó mientras una de sus manos le recorrió desde el torso para llegar a su rostro y darle una bofetada -TE REGRESO ESTO!-
*Se apartó ante aquella mordida. Sintió la sangre correrle dentro de la boca pero se la tragó y solo le miró con enojo, correspondiendo a la larga mirada que el otro le diera y que ambas lucían de manera muy similar, como mucha rabia la una a la otra. Y ese sentimiento se mantuvo aún más, carcomiéndole el pecho cuando le dijera todo aquello que era tan parecido a su sentir, como si hubiera leído en sus ojos, todo lo que sentía respecto al gitano y de esos celos que le devoraban como el fuego. - ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡No lo entiendes! - Le espetó, pero luego le dio aquella bofetada que por un momento le hizo tambalearse... ¿Pero que...?
Sus ojos se entrecerraron entonces, volviéndose casi dos rendijas que le observaban fijamente. Le tomó de una de sus muñecas con fuerza y lo arrojó al suelo lanzándose luego sobre él. - ¿Querías oírlo? ¡Bien! Vas a escucharlo entonces, pero no de mi boca...- Señaló. Ambas manos se situaron en sus muñecas, apresándolo, como aquella vez en el callejón, aunque esta vez el sentimiento fuera totalmente diferente, pues no era hacerle daño exactamente lo que quería. - Tu eres el que disfruta jugar conmigo... con todos, frente a mi...- Susurró, sobre su cuello - Y luego lo niegas... ¡Haces que hierva! - Exclamó - Pero no sería igual con otro... con nadie más, porque eres tú, ¡Maldita sea, Adrien! Solo eres tú - Exclamó, mirándole de nuevo fijo a los ojos para volver a besarle con la misma saña que al principio, aprisionándolo de nuevo contra el suelo.
+Al ver esa mirada de rencor en sus ojos como que reaccionó por un momento sintiendo que el miedo se apoderó de él, se llevó las manos a la boca retrocediendo e intentando casi fusionarse con la pared para no tener que afrontar lo que le pasaría después de eso –No, no- Alcanzó a gemir bajito y cerró los ojos con fuerza cuando sintió aquel agarre que le dejó en el suelo, aquello le tenía tan desprevenido que no pudo ni meter las manos al caer golpeándose en la cadera en un ruido sordo, le miró mordiéndose el labio inferior al notarle tan rápido sobre él, intentando no decir nada más que hiciera ver su miedo pero todo ya estaba en su mirada, los recuerdos de ese maldito callejón llegaron a él de un modo que le aterro, el mismo pánico había respirado aquella vez –¡Por favor! Detente…- Chilló bajito desviando el rostro de él al cerrar los ojos, ese tono autoritario que ahora utilizaba le hacía estar totalmente sumiso ante el ojiazul muy a su pesar. Se dejaba de él como si no tuviera fuerza alguna, como si sus ánimos se hubieran evaporado, al escuchar lo último le miró impactado, no sabía qué pensar, al tener aquellos atroces labios violentándole por alguna extraña razón una punzada de excitación se apoderó de él confundiéndole aún más ¿Pero qué diablos le pasaba? ¿Cómo podía gustarle aquello si era aterrador?
* Devoró su boca, jugando con sus labios, mordiendo estos y su lengua hasta que la falta de aliento no le permitió hacer nada más. Se separó de su boca entonces y pasó a su cuello, el cual, a base de succiones y mordidas, comenzó a llenar de marcas rojizas que no se borrarían tan fácilmente. Así todos sabrían que era suyo. Suyo y de nadie más. Sostuvo ambas muñecas del gitano sobre su cabeza, utilizando su fuerza para que no pudiera zafarse, y su mano libre comenzó a apartar toda aquella ropa que le estorbaba mientras él seguía bajando con sus labios, marcando cada centímetro de piel. - No pienso detenerme...- Le aclaró - ¿No era la verdad lo que querías? _ Inquirió - Pues ahora vas a escucharla de mi cuerpo... - Sus reacciones eran más sinceras de lo que cualquier palabra pudo haber sido, y ya que se le pasaban peleando... ¿Que mejor que aquello?
+ Este le correspondió dando rienda suelta a su sentir dejando que le explorara de aquella forma, su manera de actuar en ese momento le hizo temblar de ansias, se retorció entre aquel beso buscando frotarse un poco contra él a pesar de que hace un momento había pedido no continuar, al separarse de sus labios dejó escuchar un pequeño jadeo y al contacto de su cuello se escapó un quejido que éste al rodar más bajo su piel transformó en un gemidito más erótico que ni siquiera pudo intentar reprimir –Estas ebrio…- Musitó bajito en respuesta a lo que le había dicho, haciendo un puchero al notar que este hacía oídos sordos a lo que decía, ¿Qué más objetar si el juego le estaba gustando ¡Pero quería hacerlo enojar más seguido! Estaba más loco ahora, quizá, pero toda aquella locura le había gustado por alguna enferma razón –Aún así no vas a lograr caerme bien esta noche, has dicho demasiadas tonterías…- Le dijo sólo para molestarlo más y no dejar que se reconciliaran del todo a pesar de aquel momento.
*- ¿Y eso que? - Espetó, con rudeza, bajando a morderle un pezón, con el cual jugó en su boca, succionandolo y triturandolo con sus dientes, para ver retorcerse añ gitano por aquello, mientras el otro botón era pellizcado y jaloneado por su mano libre. De vez en vez se detenida y lamia su pecho, por la linea delgada y fina que marcaba los pectorales, y luego volvía a su tarea, intercambiando lo que antes hiciera. Su cuerpo se pegaba contra el otro, permitiendo a sus caderas juntase con irrefrenable ansiedad, tirando de aquellos delicados botones con sus dientes hasta sacar gotas de sangre que se bebió cual elixir para que el otro no las viera. Sus palabras le hicieron rodar los ojos, y subió su rostro de nuevo a verle con los ojos encendidos, aunque esta vez no fuera precisamente por la rabia. - Y tú tienes la boca demasiado grande, deberias cerrarla...- Le espetó ante su comentario antes de volver a tomarle los labios con voracidad, casi estrujandole contra el suelo alfombrado, buscando que le sintiera por completo, todas y cada una de las reacciones que lograba despertar en él.
+Adrien dejó escuchar quejidos de dolor por lo que le hacía, retorciéndose e intentando librar sus manos de este con ganas de darle un buen golpe con el puño cerrado en la cara, ¿Qué no pensaba que le dolía? -Nghn! ¡Duele!- Se quejó mirándole feo rodó los ojos al escucharlo, estaba molesto todavía y no tenía animos de corresponder como la doncellita linda que solía ser de vez en cuando con el ojiazul, ¿quería que lo maltratara también? Porque el juego podía ser de dos. Correspondió con sensualidad aquel beso que le daba para entretenerle en algo y entonces movió como quien no quiere la cosa una de sus piernas y le golpeó justo en medio de las piernas con cierta fuerza, tampoco para medio matarlo, sino para demostrarle que ya había encontrado una manera de defenderse.
*Ayrton se aferró del labio ajeno inferior con cierta fuerza como acto reflejo cuando le golpeó en la entrepierna. - Ahh!...- Noi pudo evitar sin embargo dejar oir un quejido ante aquello. Le miró a los ojos y encontró como relfejo aquel destello desafiante en los ojos del gitano. ¿Iban a jugar a eso? ¡Bien! ¿Quería que siguieran peleando, incluso en el sexo? Eso podía arreglarse. Trató de erguirse pero ello le ocasionó un ligerisimo dolor que le hizo poner mala cara por un instante. Ambas manos suyas subieron a tomar las del gitano, fijandolas al suelo, entrelazando sus dedos con los ajenos, sosteniendole así firmemente. En ese momento agradeció estar "ebrio" como el otro decía o aquel golpe le habría hecho sufrir mucho más. - Tan impetuoso, desafiante... - Musitó sobre su cuello, subiendo a su oido, atrapando su lobulo con los dientes y succionandolo en su boca mientras, tal vez un poco a la fuerza, buscaba acomodar su cuerpo entre las piernas ajenas - Eso me gusta tanto...- Admitió sobre su oido, bajando a mordiscos por su cuello de nuevo a su pecho, mas no fuertes, a penas si le atrapaba con sus dientes para hacerle sentir más escalofríos ante el roce, para dejarle más marcas, en lo que volvía descender, con una nueva idea en mente.
+No pudo evitar una sonrisa cuando le escuchó quejarse, y al sentir sus dedos entrelazarse aferró aquellas manos a las suyas cuando le sostuvo la mirada incluso arqueó una cveja en señal de que no se detendría en ese jueguito, comenzaba a ser basrante divertido y sobre todo excitante, ladeó ligeramente la cabeza ante aquellas caricias, al sentirle sobre su cuello una punzada más de excitación le recorrió el cuerpo como un toque electrico, se erizó por completo mientras le escuchaba, de haber sido un gato hubiera ronroneado ante ese tono erótico en Ayrton que le encantaba. Medio abrió las piernas mientras este le forzaba ayudandolo apenas si un poco para desesperarlo dejaría que se abriera paso como mejor le pareciera, jadeó con ansiedad mientras descendía, comenzaba a excitarse terriblemente por más que no hubiera querido tal reacción era inevitable.
+Adrien al fin había encontrado un tiempo libre para ver a Ayrton, la verdad es que no había tenido tiempo de nada ya que estaba relacionado con un montón de cosas… negocios que no podía contar al ojiazul pero que de algún modo les favorecerían en algún momento. No había avisado que iría por lo que en realidad no tendría ni idea de si estuviera ocupado, pero estaba seguro que le daría gusto verlo, o bueno eso sería lo normal. Venía con una toga negra y el gorro cubría su identidad, esta vez la verdad es que no tenía ganas de visitarle vestido de chica. Se colgó con habilidad de la ventana y ya sabiendo cómo abrirla por medio de un pequeño alambre entró con facilidad como si fuera su propia casa, cerró con cuidado y se adentró a la mansión a buscarlo, sabía que debía tener cuidado por si aún la servidumbre andaba por ahí a esas horas…
*Ayrton estaba harto del tema, más aún porque no sabía como lidiar con ello. Era de los que siempre tomaban lo que querían cuando lo quería. Pero ya lo tenía... ¿Entonces porque estaba tan enojado? Simple, sabía que no era tan suyo como aparentaba. Ya lo había visto varias veces... ¡Demasiadas! Con aquella chica que parecía trabajar en la panadería y que tan mala espina le daba; si bien era cierto que el otro debía ser "amable" con las damas y toda la cosa, ya lo había visto demasiado con esa mujer... ¡Y lo peor es que ni siquiera tenía a Nicholas! Cuando debía servirle de utilidad, nunca aparecía. Esa noche había mandado al diablo a toda la inquisición, a todos los sirvientes y a todo el mundo. Con la amenaza de mandarlos al juzgado por sospechas de brujería, ordenó a todos los criados que se largaran, quería estar solo. Y se compensó con una de las botellas de licor que esa noche de ebriedad le hubiera comprado a Jean. Sentado solo frente a la chimenea con aquella botella como compañía pensaba en lo que haría cuando viera al castaño. Una parte de su ser desbordaba ira, aunque intentara controlarse, pero... ¡Es que le estaba engañando con esa mujer! Lo adivinaba.
+Se colgó del barandal de las escaleras para no estar dando vueltas por toda la casa y miró en el piso de abajo por si le veía, había un silencio sepulcral ahí dentro por lo que rápidamente supo que seguro no había nadie por ahí a esas horas...¿No estaría en casa? Se colgó con habilidad haciendo un ruido en falso al caer al piso, rayos eso no estaba planeado, se ocultó tras uno de los muros asomándose a la chimenea notando que estaba encendida, ¿Él es el que estaba ahí? -¿Ayrton?- Preguntó bajito sin mostrarse claro estaba, sino era él simplemente escaparía de ahí tal y como entró. Su sigilo había fallado un poco pero esperaba que nadie más se hubiera enterado de su llegada a la mansión.
*No se había percatado de que había alguien más en su casa... al menos hasta que escuchó un ruido en el suelo, seco, como el golpe de algo al caer. Estaba a punto de levantarse echando maldiciones, suponiendo que de algún criado estúpido se tratase, cuando se dio cuenta de que era él, el objeto de su adoración y sus dudas, el mismísimo Adrien. Dio un trago más a su botella y sabiendo que podía verle, le hizo un gesto para que se acercara, diciéndole un simple. - Soy yo...- No quería que se filtrara a sus palabras aquel siseo venenoso que sentía por dentro. Era ya su segunda botella, estaba bastante mareado, por no decir ebrio, y con ello rumiaba su malestar respecto a la situación del castaño. Luego de haberle dicho que "le amaba"... ¿Cómo le hacía aquello? O más bien... ¿Por qué?
+Al saber que era él entonces caminó hacia él con ese andar gatuno tan suyo y antes de estar frente a él dejó caer la toga al piso llegando a sentarse en sus piernas tranquilamente, estaba muy de buenas aquel día -Al fin he podido venir a verte!- Exclamó abrazándose a su cuello y después tomando atención a la botella quitándosela de las manos como niño curioso -¡Hey! Con que te divertías sin mí ¿eh?- Le comentó divertido intentando jugar con él un poco como era su costumbre, miró la botella con detenimiento y rápidamente supo que esos eran los gustos de Jean, eso lo tenía clarísimo -Muy buena elección- Dijo al no obtener una respuesta a la primera.
*De pronto ya lo tenía sentado en sus piernas con la misma desfachatez de siempre. Suspiró internamente de forma pesada ante aquello. ¿Como podía llegar de acostarse con esa mujer y luego estar con él tan campante? Le dio otro sorbo a la botella antes de que el gitano se la quitara, detalle que le hizo fruncir el ceño, bastante incómodo de las libertades que estaba tomándose. Estaba tan molesto que pudo haberle arrojado de sus piernas de un empujón, sin embargo, no lo hizo. Se limitó solo a observarlo. ¿Que más podía hacer? Escucho sus palabras, pero solo se limitó a quitarle la botella de nuevo y darle otro sorbo. - Es algo fuerte para alguien como tú...- Murmuro, como receloso de que pudiera acabárselo. Le dio un par de sorbos más antes de preguntar, como quien se cree con derecho a hacerlo...- Y... ¿Donde estabas, Adrien? - Inquirió, "yendo al grano" de una vez. Y más le valía que le dijera la verdad, no estaba de humor, para nada.
+Adrien notó una extraña aura maligna en todo esto, no era normal que le viera con cara de asesino en serie por lo que sencillamente se apartó de sus piernas con habilidad como el gitano astuto que era y e hizo como que todo en la ventana era muy bonito puesto que se puso a ver los jardines de la mansión desde ahí, aquella pregunta no la tomó a mal ¿Qué tenía de malo que quisiera saber un poco de su día? Rara vez le contaba cosas sobre lo que hacía por lo que sólo omitiendo lo de sus negocios todo lo demás era un buen tema de plática. Se recargó de espaldas a la ventana para contestar -Puess tu sabes lo que hago, unos cuantos espectáculos, unas cuantas corredizas y ver uno que otro amigo en el camino...nada del otro mundo, quizá lamentablemente- Dijo suspirando después de lo último y alzándose de hombros -Para llegar aquí tuve que ignorar al consejo de ancianos que molestaba para que me quedara a una de esas aburridas reuniones de sermones por mi "mal gobierno" y esas cosas...- Comentó haciendo un puchero ante eso, pero qué exagerados, como si realmente él matar guardias fuera a sacarlos del apuro en el que estaban milagrosamente ¡La luna los ayudaba pero tampoco iba a bajar a librar sus batallas!
*Le siguió con la mirada cada gesto, cada movimiento que parecía gritar la palabra "Culpable" en su cabeza una y otra vez. Pese a ello, intentó evitar cualquier acusación hasta escucharle. Sus palabras pudieron haber parecido casuales y pasarles desapercibidas a cualquier otro, pero era él, no se le escapaba nada... Y cuando se refirió de ese modo a sus "amigos" estuvo muy a punto de decirle "¿Y donde dejas a esa maldita mujer?" pero se contuvo. Simplemente le siguió con la mirada hasta que dejó de hablar mientras él bebía otro sorbo de la botella, a la cual le quedaba menos de la mitad. - Al menos estas vivo...- Comentó, como si tal cosa - Pero seguro te la pasas bien con tus amigos, ¿No? - Inquirió, no sen cierto recelo - Digo, eres el más popular de la ciudad... ¿Quien no querría estar contigo?... - "O debajo de tí" Volvió a pensar, pero no dijo nada. Prefirió callar y seguir escuchándole.
+Entonces noto por donde iba la cosa, le escuchó atentamente intentando no reírse a carcajadas, lamentablemente estaba tan loco que esas cosas le causaban mucha gracia, se pintó una gran sonrisa en su rostro y desvió la mirada -Ah sí! Mis amigos... bueno debo decir que no son muchos, hoy vi a William en un espectáculo propio en la plaza de Grève, o sea alguien que no conoces y es gitano, luego pasé por un trago con Jean y debo admitir que me divertí mucho notando que acosaba a un tipo nuevo, ehh ah sí! y pasé a ver a Katherine pero sólo para decirle que esta noche estaría ocupado- Comentó sólo para calarle en lo último ¿Habría atinado? Es decir si insinuaba cosas con los dos anteriores...era mejor dejarlo así y salir corriendo pero con Katherine había hecho la broma porque era inaudito que se diera algo, las mujeres le daban miedo desde lo de Mireya y la verdad es que ni totalmente descuerdo intentaría algo con la castaña.
*Dio un largo trago a la botella mientras le escuchaba. Se la acabaría antes de permitir que se la quitara de nuevo. Le miró feo por unos cuantos minutos más sin perder detalle de la explicación. Poco le importaban el tal William y el dueño del Babylon. El que mencionara a esa mujer fue lo que le hizo hervir la sangre y casi de un tirón se levantó del enorme sillón en el que se encontraba.- Pues valla, que entretenido...- Comentó, sarcástico, caminando hacia él hasta, con un brazo, arrinconarle contra la ventana. - ¿Seguro que solo pasabas a saludar a esa chiquilla? ¿O tal vez a compensarla porque no estarás para consolarla esta noche también? ¿A donde ibas a llevarla hoy, Adrien? ¿Al río? ¿Al cementerio? ¿A la corte de los milagros? - Ya, era oficial, no le importaba que se diera cuenta de sus celos, y es porque por dentro se sentía hervir de rabia. ¿Que rayos tenía ella?
+Adrien se quitó de donde éste cuando se acercó, no quería problemas y su actitud comenzaba a estresarlo por lo que le evitó poniéndose serio al escucharlo -Si no estas de buenas sencillamente dilo, me largo y ya- Le dijo ofendido por sus insinuaciones, una cosa era que estuviera ebrio y otra muy diferente que le insultara con esas tonterías, Katherine era muy buena amiga suya y no dejaría que hablara así de ella... ¿Pero qué diablos pasaba por su cabeza para haber llegado a esa conclusión? Lamentablemente sabía que cuando se estaba ebrio sólo se era sincero por lo que sintió un dolorsito en el corazón al saber que eso era lo que realmente pensaba y no un delirio del alcohol como le hubiera gustado interpretado "Deja que me provoque... ten cuidado con él Adrien yo te lo dije, te advertí que no podíamos confiar tus necedades nos pondrán en peligro visualiza un arma, lo que sea será útil para defendernos de éste que no ha dejado de ser el cazador y tu la liebre idiota que se volvió la mascota..." Le dijo Clopín muy indignado, aquel trato le enfurecía.
*- ¡No! - Casi tan pronto como dijo aquello, su mano se estiró de manera automática para tomar la camisa ajena con la mano que no sostenía la botella, para atraerlo de nuevo hacia él. No iba a dejar que huyera, él quería una explicación respecto a todo eso. - Claro que estoy de buenas, pero quiero saber... ¡¿Que rayos es lo que tiene esa mujer para que prefieras estar con ella en vez de conmigo?!- Le preguntó de manera directa, de una vez por todas. Sus zafiros congelados, enojados a causa de aquel hecho, taladraban los oscuros onyx que el otro tenía por orbes, esperando una respuesta que le satisficiera. A pesar de que ambos habían hecho mal, se suponía que se habían "reconciliado", ¿Entonces porque lo hacía? - ¿Acaso crees que no me doy cuenta de que siempre estas con ella? ¿Y que hueles como ella cada vez que vienes? ¿O tal vez debería decir que hueles a ella? - Inquirió con sarcasmo, manteniéndolo firmemente cerca de él para no darle oportunidad a que huyera.
+-¡Basta!- Le dijo intentando dejar de escucharlo, por un momento logró intimidarle pero su enojo pudo más con aquello, le miró con decisión -¡No voy a permitir que me trates de este modo! ¡Si tantas malditas dudas tienes ¿Porqué diablos no buscas a alguien más?! ¿¡Porqué?!- Le gritó prácticamente para tener su atención -¡No eres nadie para hablarme así! ¿Pues quién te crees? ¡Eres un idiota, suéltame!- Ordenó intentando no ser violento, esperaba no tener que aplicar nada de las malas mañas que sabía para librarse de ese tipo de cosas porque no quería lastimarle físicamente, no podía creer que todo ese tiempo estuviera tan envenenado contra él.
*- ¿Por qué? - Repitió, como si la sola pregunta le ofendiera. Soltó la botella entonces para tomar al gitano por ambos brazos e impedirle que escapara - ¡Por que no quiero a alguien más! - Exclamó - ¡Te quiero a ti, maldición! - Añadió, enojado por todo aquello, celoso de esa mujer que libremente podía andar con el otro, mientras ellos tenían que verse a escondidas. ¡Le enfadaba a sobremanera aquel hecho! No queria verlo con nadie más, los celos se lo comían vivo cuando eso sucedía. Solo lo quería con él, que fuera para él. - ¡No soporto verte feliz con alguien más mientras nosotros tenemos que escondernos! ¡Especialmente con ella! - Exclamó, alterado - Te coquetea, te sonríe... ¡Te quiere para ella! ¿Que no te das cuenta? - Le espetó, como si fuera algo obvio lo que le decía, sin evitar zarandearle un poco debido a la diferencia de fuerzas.
+No quería de verdad pero las circunstancias no le dejaron alternativa, estaba aterrado por lo que dio un permiso a Clopín de que hiciera lo que quisiera en ese momento para librarse del agarre, este inmediatamente tomó mando de la situación en cuanto suspiró y cerró los ojos. Al abrirlos era alguien más -¡Ni loco estaría con una mujer nuevamente! Tus celos estupidos van a ser tu perdición ¿Pero sabes? ¡Me das risa! Porque si tanto me conocieras como presumes seguramente sabrías la verdad- Dijo Clopín mirándole desafiante y manteniendo una sonrisa al propósito, su hábil mano se dirigió a la daga que siempre cargaba consigo y la clavó en la pierna de Ayrton sin problema alguno quitándose ahora con plena facilidad -Cuánto había esperado por esto... pero lo lograste, asustarlo hasta el grado de no querer verte- Le dijo mirándole casi con desprecio, aunque en realidad no le odiaba tanto como antes de algún modo, solo era algo tonto pero sabía perfectamente que si intentaba hacer algo él no se andaba con medias tintas como el idiota de Adrien, él iba a reaccionar como reaccionara éste. -No tienes derecho a celarle así...- Le dijo como si de repente fuera alguien externo a tal cosa, seguro que Adrien tomaría el control pronto en cuanto notara lo que había hecho pero eso le importaba un comino mientras pudiera desquitarse un poco.
* El súbito cambio de actitud del castaño le sorprendió, y tardó un poco en darse cuenta tras sus palabras que no era Adrien quien hablaba, sino Clopín. Él y sus burlas detestables, ya sabía que lo odiaba... ¿Que rayos quería ahora? Estaba por lanzar lejos al gitano, que no era ahora a quien quería ver, pero este, no supo cuando, tomó una daga de entre sus ropas, clavándosela en la pierna, haciéndole doblarse sobre si mismo a la par que dejaba oír un grito ronco, dejándolo así en libertad, mientras él caía al suelo, sosteniéndose la pierna herida. Le miró con odio pleno, puro y simple, escuchándole tan tranquilo y campante.- Maldito bastardo... ¡No creo una palabra de lo que dices! - Exclamó, fúrico. Con más fuerza de voluntad que esfuerzo, tomó la daga aun en su muslo, sacándola, ocasionándose otro quejido antes de clavarla en el suelo, mirando al otro con el mismo rencor. - ¿No lo tengo? ¿Y tu sí? - Le espetó con rabia - Nunca quisiste que estuviéramos juntos... ¿Crees que ahora no lo sé? - Inquirió, con rencor - Pero no tengo porque escucharte, puedo hacer lo que quiera, incluso contigo, porque cuando él vuelva, no te veré en un buen rato...- Musitó con una sonrisa macabra, casi desquiciada, antes de lanzarse a atrapar al otro por el cuello.
*Clopín le escuchó con un gesto burlón en sus facciones mientras hablaba -Te recuerdo que yo soy el que manda cuando él no está, ¡Tú lo haces alguien todavía más idiota! ¡Más débil!- Le gritó para después escuchar lo último y mirarle fijo, desafiante. Pero Adrien se había dado cuenta del dolor ajeno, de aquella sangre que manaba de esa herida y espantado volvió en sí no en el preciso momento que debiera -¡Nghn!- Dejó escuchar un quejidito que era obvio para nada propio de Clopín que era bastante orgulloso como para quejarse con ese tipo de cosas y se sostuvo a la mano ajena intentando apretarla con fuerza entre sus manos para que le soltara, cerró los ojos con fuerza esforzándose por no ver esa expresión que tanto le dolió que le dedicara en ese momento.
*Cuando escuchó aquel quejido y ese apreton en su mano, volvió en si y lo soltó. Clopín no hubiera hecho eso, además el otro tenía los ojos fuertemente cerrados. De nuevo volvió a caer al suelo de rodillas cuando sintió sus piernas temblar, y un leve quejido ahogado se dejó oir ante la presión en su muslo. La herida seguía sangrando. se la presionó con la mano para que dejara de hacerlo, pues le molestaba a sobremanera. Sentia aun aquel rencor en su interior, pero sentía que si lo miraba de nuevo, si le decía algo de nuevo, volvería a "estallar" como antes, por lo que prefirió ocuparse en primer lugar de la herida antes que otra cosa, alcanzando la botella de nuevo para darle un nuevo sorbo. Tal vez eso le quitara la sensibilidad.
+Al soltarle Adrien tosió recargándose contra la pared cubriendose la boca con las manos intentando nivelar su respiración que estaba agitada por el miedo que había sentido ante aquel agarre, le había tomado desprevenido, tal vez era eso o que ya era un maldito cobarde sin darse cuenta. Al bajar la mirada un escalofrío le recorrió ¡Pudo haberlo matado! cayó de rodillas frente a él sintiendo como sus piernas perdieron la fuerza en cuanto notó tal atrocidad -Perdón...- Musitó en tono ahogado mirándole asustado, pero aquel enojo aún no se iba a pesar de verle así, de algún modo un pensamiento de su parte le decía que se lo merecía lo cual le aterró todavía más -Te dije que te detuvieras...- Musitó bajando la mirada manteniéndola en el piso.
*- ¿Que me detuviera y que? ¿Dejar que te fueras con ella o con cualquiera? - Inquirió con el mismo rencor que sus palabras hicieron rebullir en él de nuevo. ¿No entendía caso que lo único que quería es que fuera suyo? ¿Suyo y de nadie más? Si por él fuera, lo habría encerrado en esa casa, para tenerlo siempre con él, pero sabía que no estaba en sus manos el hacer aquello. Sin embargo cuando le miraba afuera, cuando su mente comenzaba a imaginarlo en las camas de todos ellos... no podía soportarlo. - Pero bueno, supongo que debes estar contento, ya Clopín se vengó por ti...- Musitó, refiriéndose a su herida, donde dejó caer un poco de licor que, aunque le hirió, terminó por "sanarle" en cierto modo. A pesar del ardor inicial ya no le molestaba tanto aquella herida.
+-No puedo controlarlo...- Musitó bajito como niño regañado al terminar de escucharlo, pero sus reclamos hicieron que se pusiera de pie frunciendo el ceño -¿Sigues con eso? No-hay-nada! ¿Porqué es tan difícil de entender?- Le dijo intentando no exasperarse de más nuevamente -¿Tan mal piensas de mí? ¡Tu eres el que me ha mentido! ¡Pero yo no voy a cuestionarte porque finalmente no es mi problema lo que hagas!- Le dijo al fin soltando aquellas palabras de su boca que había intentado callarse -¡¡Lamentablemente siempre terminas demostrando el maldito demonio que eres!! ¡Jamás vas a cambiar y aquí el idiota soy yo!- Escupió aquellas palabras llenandose de rabia al pronunciarlas, ahora le daba gusto aquella herida, oh sí.
*- ¿Mentirte? ¿Yo? ¿En que? - Espetó, con enojo, levantándose de nuevo - ¿Acaso no me habías echado ya en cara ya todas las "mentiras" que te había dicho? ¿O vas a volver con lo que sucedió antes del festival? - Señaló. Si, había hecho cosas que no podían considerarse buenas en ningún sentido pero... ¡¿A quien demonios le importaba ya eso?! Le indignaba el pensar por un instante que estaba arriesgando la cabeza por un gitano que ahora lo llamaba demonio... ¡Era un idiota! - ¡Lo eres! ¡Eres un idiota! ¡Porque nada de lo que ahora hago por tí te importa! - Le recriminó, poniéndose en pie también - Si tan maldito me crees, seguro estarás feliz cuando decreten sentencia sobre mi cabeza... ¡Oh si! Será el día más feliz de tu vida - Exclamó, con amargura, tomándole de las ropas luego para acercarlo a él y luego arrinconarle contra la pared, contra su cuerpo. Lo peor era saber que aún así, aunque el otro hubiera muerto en ese instante, eso no habría arreglado las cosas porque en el fondo seguía queriéndole. Era ello el motivo de su discusión, de sus celos. Le miró con ojos afilados y terminó por callar sus palabras con un beso, un atrabancado y feroz al que aplicó su fuerza para que el otro no lo pudiera detener.
+ -¡Cállate!- Le exigió en medio de tantas palabras que herían sus oídos por el tono en que venían, su expresión dolida no podía deberse a otra cosa que no fuera todas las tonterías que decía cuando estaba molesto, ambos eran un par de orgullosos y eso ya les había afectado una vez... Intentó resistirse a aquel beso apartando el rostro hasta que este le forzó así y por instinto correspondió al comenzar pero después recordando la rabia que traía en el pecho le mordió con fuerza para quitarle, no iba a caer tan fácil, no dejaría que aquello se quedara así, le mantuvo una mirada larga que le demostró su desacuerdo en esa resolución -Me has mentido porque tu problema no es esa mujer, no es ella ni nadie...- Le dijo sin perderle la mirada, manteniendo una que no podría esquivar -Tu problema es que te matan los celos, ¿Porqué no me dices eso? ¡Que me amas! ¡Que ese es el maldito problema! Siempre tienes que tratarme como basura para sentirte bien ¿Disfrutas denigrándome? ¿Tanto como todos esos bastardos que educaste en la inquisición? ¿¡Qué es lo que deseas más?! ¿Que me maten? ¿Verme morir? ¿Sólo así vas a estar a gusto?- Le cuestionó mientras una de sus manos le recorrió desde el torso para llegar a su rostro y darle una bofetada -TE REGRESO ESTO!-
*Se apartó ante aquella mordida. Sintió la sangre correrle dentro de la boca pero se la tragó y solo le miró con enojo, correspondiendo a la larga mirada que el otro le diera y que ambas lucían de manera muy similar, como mucha rabia la una a la otra. Y ese sentimiento se mantuvo aún más, carcomiéndole el pecho cuando le dijera todo aquello que era tan parecido a su sentir, como si hubiera leído en sus ojos, todo lo que sentía respecto al gitano y de esos celos que le devoraban como el fuego. - ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡No lo entiendes! - Le espetó, pero luego le dio aquella bofetada que por un momento le hizo tambalearse... ¿Pero que...?
Sus ojos se entrecerraron entonces, volviéndose casi dos rendijas que le observaban fijamente. Le tomó de una de sus muñecas con fuerza y lo arrojó al suelo lanzándose luego sobre él. - ¿Querías oírlo? ¡Bien! Vas a escucharlo entonces, pero no de mi boca...- Señaló. Ambas manos se situaron en sus muñecas, apresándolo, como aquella vez en el callejón, aunque esta vez el sentimiento fuera totalmente diferente, pues no era hacerle daño exactamente lo que quería. - Tu eres el que disfruta jugar conmigo... con todos, frente a mi...- Susurró, sobre su cuello - Y luego lo niegas... ¡Haces que hierva! - Exclamó - Pero no sería igual con otro... con nadie más, porque eres tú, ¡Maldita sea, Adrien! Solo eres tú - Exclamó, mirándole de nuevo fijo a los ojos para volver a besarle con la misma saña que al principio, aprisionándolo de nuevo contra el suelo.
+Al ver esa mirada de rencor en sus ojos como que reaccionó por un momento sintiendo que el miedo se apoderó de él, se llevó las manos a la boca retrocediendo e intentando casi fusionarse con la pared para no tener que afrontar lo que le pasaría después de eso –No, no- Alcanzó a gemir bajito y cerró los ojos con fuerza cuando sintió aquel agarre que le dejó en el suelo, aquello le tenía tan desprevenido que no pudo ni meter las manos al caer golpeándose en la cadera en un ruido sordo, le miró mordiéndose el labio inferior al notarle tan rápido sobre él, intentando no decir nada más que hiciera ver su miedo pero todo ya estaba en su mirada, los recuerdos de ese maldito callejón llegaron a él de un modo que le aterro, el mismo pánico había respirado aquella vez –¡Por favor! Detente…- Chilló bajito desviando el rostro de él al cerrar los ojos, ese tono autoritario que ahora utilizaba le hacía estar totalmente sumiso ante el ojiazul muy a su pesar. Se dejaba de él como si no tuviera fuerza alguna, como si sus ánimos se hubieran evaporado, al escuchar lo último le miró impactado, no sabía qué pensar, al tener aquellos atroces labios violentándole por alguna extraña razón una punzada de excitación se apoderó de él confundiéndole aún más ¿Pero qué diablos le pasaba? ¿Cómo podía gustarle aquello si era aterrador?
* Devoró su boca, jugando con sus labios, mordiendo estos y su lengua hasta que la falta de aliento no le permitió hacer nada más. Se separó de su boca entonces y pasó a su cuello, el cual, a base de succiones y mordidas, comenzó a llenar de marcas rojizas que no se borrarían tan fácilmente. Así todos sabrían que era suyo. Suyo y de nadie más. Sostuvo ambas muñecas del gitano sobre su cabeza, utilizando su fuerza para que no pudiera zafarse, y su mano libre comenzó a apartar toda aquella ropa que le estorbaba mientras él seguía bajando con sus labios, marcando cada centímetro de piel. - No pienso detenerme...- Le aclaró - ¿No era la verdad lo que querías? _ Inquirió - Pues ahora vas a escucharla de mi cuerpo... - Sus reacciones eran más sinceras de lo que cualquier palabra pudo haber sido, y ya que se le pasaban peleando... ¿Que mejor que aquello?
+ Este le correspondió dando rienda suelta a su sentir dejando que le explorara de aquella forma, su manera de actuar en ese momento le hizo temblar de ansias, se retorció entre aquel beso buscando frotarse un poco contra él a pesar de que hace un momento había pedido no continuar, al separarse de sus labios dejó escuchar un pequeño jadeo y al contacto de su cuello se escapó un quejido que éste al rodar más bajo su piel transformó en un gemidito más erótico que ni siquiera pudo intentar reprimir –Estas ebrio…- Musitó bajito en respuesta a lo que le había dicho, haciendo un puchero al notar que este hacía oídos sordos a lo que decía, ¿Qué más objetar si el juego le estaba gustando ¡Pero quería hacerlo enojar más seguido! Estaba más loco ahora, quizá, pero toda aquella locura le había gustado por alguna enferma razón –Aún así no vas a lograr caerme bien esta noche, has dicho demasiadas tonterías…- Le dijo sólo para molestarlo más y no dejar que se reconciliaran del todo a pesar de aquel momento.
*- ¿Y eso que? - Espetó, con rudeza, bajando a morderle un pezón, con el cual jugó en su boca, succionandolo y triturandolo con sus dientes, para ver retorcerse añ gitano por aquello, mientras el otro botón era pellizcado y jaloneado por su mano libre. De vez en vez se detenida y lamia su pecho, por la linea delgada y fina que marcaba los pectorales, y luego volvía a su tarea, intercambiando lo que antes hiciera. Su cuerpo se pegaba contra el otro, permitiendo a sus caderas juntase con irrefrenable ansiedad, tirando de aquellos delicados botones con sus dientes hasta sacar gotas de sangre que se bebió cual elixir para que el otro no las viera. Sus palabras le hicieron rodar los ojos, y subió su rostro de nuevo a verle con los ojos encendidos, aunque esta vez no fuera precisamente por la rabia. - Y tú tienes la boca demasiado grande, deberias cerrarla...- Le espetó ante su comentario antes de volver a tomarle los labios con voracidad, casi estrujandole contra el suelo alfombrado, buscando que le sintiera por completo, todas y cada una de las reacciones que lograba despertar en él.
+Adrien dejó escuchar quejidos de dolor por lo que le hacía, retorciéndose e intentando librar sus manos de este con ganas de darle un buen golpe con el puño cerrado en la cara, ¿Qué no pensaba que le dolía? -Nghn! ¡Duele!- Se quejó mirándole feo rodó los ojos al escucharlo, estaba molesto todavía y no tenía animos de corresponder como la doncellita linda que solía ser de vez en cuando con el ojiazul, ¿quería que lo maltratara también? Porque el juego podía ser de dos. Correspondió con sensualidad aquel beso que le daba para entretenerle en algo y entonces movió como quien no quiere la cosa una de sus piernas y le golpeó justo en medio de las piernas con cierta fuerza, tampoco para medio matarlo, sino para demostrarle que ya había encontrado una manera de defenderse.
*Ayrton se aferró del labio ajeno inferior con cierta fuerza como acto reflejo cuando le golpeó en la entrepierna. - Ahh!...- Noi pudo evitar sin embargo dejar oir un quejido ante aquello. Le miró a los ojos y encontró como relfejo aquel destello desafiante en los ojos del gitano. ¿Iban a jugar a eso? ¡Bien! ¿Quería que siguieran peleando, incluso en el sexo? Eso podía arreglarse. Trató de erguirse pero ello le ocasionó un ligerisimo dolor que le hizo poner mala cara por un instante. Ambas manos suyas subieron a tomar las del gitano, fijandolas al suelo, entrelazando sus dedos con los ajenos, sosteniendole así firmemente. En ese momento agradeció estar "ebrio" como el otro decía o aquel golpe le habría hecho sufrir mucho más. - Tan impetuoso, desafiante... - Musitó sobre su cuello, subiendo a su oido, atrapando su lobulo con los dientes y succionandolo en su boca mientras, tal vez un poco a la fuerza, buscaba acomodar su cuerpo entre las piernas ajenas - Eso me gusta tanto...- Admitió sobre su oido, bajando a mordiscos por su cuello de nuevo a su pecho, mas no fuertes, a penas si le atrapaba con sus dientes para hacerle sentir más escalofríos ante el roce, para dejarle más marcas, en lo que volvía descender, con una nueva idea en mente.
+No pudo evitar una sonrisa cuando le escuchó quejarse, y al sentir sus dedos entrelazarse aferró aquellas manos a las suyas cuando le sostuvo la mirada incluso arqueó una cveja en señal de que no se detendría en ese jueguito, comenzaba a ser basrante divertido y sobre todo excitante, ladeó ligeramente la cabeza ante aquellas caricias, al sentirle sobre su cuello una punzada más de excitación le recorrió el cuerpo como un toque electrico, se erizó por completo mientras le escuchaba, de haber sido un gato hubiera ronroneado ante ese tono erótico en Ayrton que le encantaba. Medio abrió las piernas mientras este le forzaba ayudandolo apenas si un poco para desesperarlo dejaría que se abriera paso como mejor le pareciera, jadeó con ansiedad mientras descendía, comenzaba a excitarse terriblemente por más que no hubiera querido tal reacción era inevitable.
Última edición por Adrien C. Trouillefou el Dom Mar 04, 2012 12:14 pm, editado 1 vez
Re: Hostilidad {Privado}
Los movimientos se hicieron más profundos y apasionados cuando ambos comenzaron a cooperar con ellos. Ayrton no podía evitar que algunos gemidos graves y gruñidos sensuales se escaparan de sus labios al ver aquella faceta tan sexual del gitano mientras sus cuerpos, sus almas, se encontraban una y otra vez. Nunca se cansaría de Adrien, nunca se cansaría de hacérselo una y otra vez, porque con él no era solo sexo, era algo más intenso y profundo, un contacto que ambos habían anhelado durante mucho tiempo. Era hacer el amor con la única persona realmente importante en sus vidas. Le correspondió el beso, llevando sus dedos a enredarse en la cabellera castaña lacia, pegándolo a su cuerpo, y al separarse, disfrutó de escuchar sus jadeos y gemidos. Sus labios se dirigieron a aquella extensión que unía su cuello y hombro, concentrando allí su boca, no por el deseo de herir o lastimar, sino de marcar. Que el gitano era suyo y de nadie más.- aghm... A-drien... mgghhmm... más...- Jadeó, al separarse de su cuello, dejando una marca intensamente roja, haciendo un esfuerzo por moverse más también, sintiéndose asfixiado en sus apretadas paredes. Era demasiado, pero le encantaba.
Ayrton Doyle- Épsilon
- Sexo :
Ocio : Adrien
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Ficha técnica
Estado civil: En una relación
Pareja: Adrien C. Trouillefou
Círculo social: Inquisición
Re: Hostilidad {Privado}
Se arqueó al escuchar su nombre y se mordió el labio inferior disfrutándolo plenamente, iba a correrse, podía sentirlo cada vez más cerca pero cuando escuchó su nombre pronunciado por esa maravillosa y grave voz buscó una de sus manos que guiaba sus caderas y la besó con adoración chupando sus dedos como poseído, era sensual justo ahora, debajo de él disfrutando juntos, mordió sus dedos pintando una sonrisita lujuriosa y comenzó a moverse más frenéticamente sobre él al sentir plenamente que iba a correrse, estaba muy excitado ahora -¡AHH! ¡AH! ¡Noh! ...Nopuedo más... ¡Ayrton! ¡Mghn-ahh! Meh encantas...- Le gimió de nuevo recargando sus manos en sus hombros, había intentado controlarlo pero el instinto loco de terminar de nuevo lo hacía perder la cabeza y apresurar aquello cabalgándolo con furia, jadeando violentamente y dejando escuchar estrepitosas expresiones agitadas de placer que emitía su garganta sin control alguno de su parte, hasta que se corrió sentándose sobre aquella erección dibujando pequeños y sutiles círculos sobre su cintura mientras su semilla salió a presión contra el vientre ajeno -¡MNAAH!... ahh...- Se llevó una mano a la frente intentando controlarse, se había mareado un poco de lo intenso que había sido todo eso, echó su cabello hacia atrás comenzando a moverse lentamente de nuevo, llevando ambas manos a frotar con brusquedad sus propios pezones y echando la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados con una angelical cara de disfrute pintada en sus facciones perfectas -Córrete Ayrton... córrete dentro...- Susurró embriagado de placer, perdido en su concupiscencia.
Re: Hostilidad {Privado}
Se estremeció al darse cuenta de la manera tan agitada y sexual en la que Adrien se comportaba en ese instante. Ambos estaban enloquecidos, enfebrecidos por el placer que ambos cuerpos se estaban dando. Cuando sintió la lengua ajena en sus dedos, una punzada de placer se fue directo a su sexo. Adrien podía hacer maravillas con esa boca y él era testigo de aquello. Continuó haciendo lo que podía por incrementar el placer de ambos, escuchandolo gemir con la misma intensidad que lo cabalgaba hasta que finalmente el otro alcanzó su éxtasis, ahogandolo en lo más profundo de su interior, manchando su vientre con su semilla.- AGHM!! ADRIEN!!!...- Gimió el inquisidor, sintiendo que apenas y podía moverse en él, era una sensación extremadamente placentera e indescriptible, demasido, y más aún con la erótica visión ajena del otro, tocandose a si mismo mientras procuraba continuar moviendose, arrancandole jadeos.- mghm... aghm, n-no puedo... AGHM!!!- Con un par de movimientos más, el de ojos azules alcanzó su placer, viendose infitamente exquisito tras aquello. Su pecho torneado subia y bajaba aceleradamente, presa de la sensación recien alcanzada mientras observaba al gitano hacer aquello. Era lujuria pura y en ese momento, no podía pensar sino en lo perfecto que resultaba todo aquello a sus deseos.
Ayrton Doyle- Épsilon
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Re: Hostilidad {Privado}
-Ahh... Mnhaah!...- Gimió pesadamente al sentir la semilla ajena inundar sus entrañas, le gustaba esa sensación, más porque sabía que Ayrton la estaba disfrutando se acostó sobre él con cuidado y lamió su cuello buscando sus labios para arrebatarle un contacto violento y seductor para demostrarle lo complacido que aquello lo había dejado, finalmente se recargó en su hombro y suspiró. -Teh amo... aunque a veces me hagas enojar...- Le musitó pintando una sonrisita divertida mientras pintaba trazos imaginarios en los pectorales del ojiazul con el índice, después mordió su maxilar de forma maldosa asegurándose de apretar esa porción de piel hasta que el otro se quejara dejando escuchar una risita -Pensándolo bien creo que aún estoy un poco enojado- Le dijo sin poder evitar reírse melodioso después intentando escapar de él alejando su cabeza de el otro.
Re: Hostilidad {Privado}
Jadeó profusamente en busca de recuperar su aliento para poder recuperarlo. No espetó nada al hecho de que Adrien le besara de aquel modo, por supuesto, le correspondió con el poco aliento que había logrado guardar. Ello le satisfacía, fue lo que pensó después de separarse de aquellos labios. Pese a sus celos que a veces parecieran mal infundados (aunque para él fueran totalmente racionales), lo mejor eran las reconciliaciones. En tal estado de estupor y éxtasis se encontraba que ni siquiera recordaba su herida en la pierna. Sin embargo, si que recordó lo que era el "dolor" cuando el otro mordisqueó su maxilar hasta hacerlo quejarse, dejando escuchar un gruñido a la par que el otro se alejaba ahora tratando de esquivarlo, aunque sin quitarse de su regazo.- Estás yendo demasiado lejos, Adrien... - Le advirtió, sin embargo su voz sonaba entre juguetona y cansada. La perdida de sangre en su pierna le había dejado algo mareado luego de tal consumo de energía como lo era el sexo. Le tomó las muñecas y lo "arrinconó", mordiendo entonces el hombro ajeno para dejar una marca, separándose luego y lamiendo lo rojizo de la misma.- ...y creo que ya han sido suficientes juegos por hoy...- Tuvo que admitir, quizá por primera vez el castaño. Nunca se había negado al sexo, a las rondas una y otra vez... pero en ese momento comenzaba a ver borroso y no estaba seguro de poder con nada más.
Ayrton Doyle- Épsilon
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Re: Hostilidad {Privado}
-...¿Ayrton?- Musitó incorporándose sobre él mirándolo con preocupación -Ohh no, ¡No mueras de agotamiento sexual! ¡Aún eres joven y nos faltan muchos sitios en dónde acostarnos aún!- Le dijo entre broma y realidad, en verdad se estaba preocupando, plantó un beso en sus labios y cerró los ojos.
Bajó la mirada para buscar la herida del otro, dándose cuenta que él también se había manchado de sangre en medio de esa locura masoquista, se levantó a buscar entre las cosas que tenía por ahí el inquisidor, recordaba haber visto una especie de balde de cosas de curación por ahí, afortunadamente estaba debajo de un mueble "Vaya, con que ya hasta estás preparado..." Buscó estelirizar la aguja y se acercó tranquilamente ensartando con el hilo con una práctica envidiable, estaba acostumbrado incluso a coserse a sí mismo cuando se hería, claro siempre y cuando el bobo de Adrien no estuviera lloriqueando, finalmente le tocaba reparar ese error. Se hincó frente a él sin decir nada e insertó la aguja en la pierna ajena comenzando a coser sin titubear ni detenerse, no lo dejó si quiera decidir si quería aquello, sólo eran unas cinco puntadas, al terminar hizo un nudito y cortó con los dientes depositando un beso en la herida, cortesía de Adrien, después con una mirada de esas sagaces que definitivamente no eran de Adrien sino del otro, Clopín, que aunque odiaba aceptarlo a veces el tipo le parecía sexy, demasiado, igual lo odiaba pero eso no le quitaba lo guapo, finalmente limpió la sangre de donde estuviera desplazándose por ahí y muy cansado tomó una cobija parándose a su lado mirándole intensamente -No lo hago por ti...- Dijo finalmente cerrando los ojos y suspirando.
Adrien abrió los ojos restregando su frente en el torso ajeno -Te amo...- Musitó bajo acariciando su rostro con adoración y pegando su frente al mentón ajeno -¿Te sientes mejor?...- Preguntó bajo, también estaba muy cansado pero el hecho de estar llamando la atención de Ayrton lo mantenía despierto, le preocupaba.
Bajó la mirada para buscar la herida del otro, dándose cuenta que él también se había manchado de sangre en medio de esa locura masoquista, se levantó a buscar entre las cosas que tenía por ahí el inquisidor, recordaba haber visto una especie de balde de cosas de curación por ahí, afortunadamente estaba debajo de un mueble "Vaya, con que ya hasta estás preparado..." Buscó estelirizar la aguja y se acercó tranquilamente ensartando con el hilo con una práctica envidiable, estaba acostumbrado incluso a coserse a sí mismo cuando se hería, claro siempre y cuando el bobo de Adrien no estuviera lloriqueando, finalmente le tocaba reparar ese error. Se hincó frente a él sin decir nada e insertó la aguja en la pierna ajena comenzando a coser sin titubear ni detenerse, no lo dejó si quiera decidir si quería aquello, sólo eran unas cinco puntadas, al terminar hizo un nudito y cortó con los dientes depositando un beso en la herida, cortesía de Adrien, después con una mirada de esas sagaces que definitivamente no eran de Adrien sino del otro, Clopín, que aunque odiaba aceptarlo a veces el tipo le parecía sexy, demasiado, igual lo odiaba pero eso no le quitaba lo guapo, finalmente limpió la sangre de donde estuviera desplazándose por ahí y muy cansado tomó una cobija parándose a su lado mirándole intensamente -No lo hago por ti...- Dijo finalmente cerrando los ojos y suspirando.
Adrien abrió los ojos restregando su frente en el torso ajeno -Te amo...- Musitó bajo acariciando su rostro con adoración y pegando su frente al mentón ajeno -¿Te sientes mejor?...- Preguntó bajo, también estaba muy cansado pero el hecho de estar llamando la atención de Ayrton lo mantenía despierto, le preocupaba.
Re: Hostilidad {Privado}
Si hubiera estado de pie, seguramente Ayrton se habría tambaleado un poco por las sensaciones que le embargaban el cuerpo. Apenas y le prestó atención a lo que le decía, y el beso sobre sus labios le supo frío cuando el otro se alejó tan pronto sus labios se separaron. Intentó hacer que la cabeza no le diera vueltas, no era tan malo después de todo, o eso pensaba. Solo era una puñalada después de todo, no es como si fuera la primera vez.
Sin embargo,su mediana conciencia volvió enseguida cuando el gitano clavó la aguja en su piel para curarle.- ¡Ahhhh! Maldición, ¿Pero que...? - Por un momento no entendió lo que pasaba, estaba desorientado. Empero, a medida que el punzante dolor regresaba ante cada nueva costura no pudo evitar, incómodo, "regresar" a la realidad. El beso en su pierna casi ni lo sintió, y apenas pudo ver la diferencia en esos ojasos penetrantes, maliciosos, antes de que Adrien volviera a arrojarse a sus brazos cual fragil doncel. Suspiró.- Ya es hora, pero tal vez... tal ve sea mejor un descanso...- Espetó con voz pastosa y los ojos cerrados. Defintivamente lo necesitaba.
Sin embargo,su mediana conciencia volvió enseguida cuando el gitano clavó la aguja en su piel para curarle.- ¡Ahhhh! Maldición, ¿Pero que...? - Por un momento no entendió lo que pasaba, estaba desorientado. Empero, a medida que el punzante dolor regresaba ante cada nueva costura no pudo evitar, incómodo, "regresar" a la realidad. El beso en su pierna casi ni lo sintió, y apenas pudo ver la diferencia en esos ojasos penetrantes, maliciosos, antes de que Adrien volviera a arrojarse a sus brazos cual fragil doncel. Suspiró.- Ya es hora, pero tal vez... tal ve sea mejor un descanso...- Espetó con voz pastosa y los ojos cerrados. Defintivamente lo necesitaba.
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Re: Hostilidad {Privado}
Adrien no podía quedarse allí, por más que hubiera querido y aunque moría de cansancio tenía que marcharse, además no mentía, esa plática aún le tenía molesto, sinceramente el placer de verle retorcerse porque le dolía, nadie se lo quitaba. Se levantó con cuidadito y caminó sigiloso por su ropa vistiéndose lo más rápido que pudo tomando una botella de vino y poniéndola a un lado de donde Ayrton estaba, por si le dolía o quería desinfectarse, daba igual, servía para ambas cosas. Finalmente lo miró un par de segundos recargándose en la pared para captar cada detalle, finalmente estaba desnudo y eso era perfecto. Entonces recordó que no podía dejarlo congelándose, buscó con la mirada y lo mejor que encontró fue una cobija algo pequeña pero que igual serviría, sabía que quizá se despertara cuando lo tapara por lo que abrió la ventana tranquilamente preparando su salida acrobática y puso la cobija sobre el otro corriendo a la ventana y saltando en un clavado fuera de la casa, cayó en el jardín, preocupándose por cerrar la ventana y finalmente se puso la gorra de la toga corriendo rápido para saltar la reja que era alta pero para nada imposible para alguien como Adrien... Volverían a verse pronto y esperaba que esta vez no saliera con algo ni remotamente parecido a lo que había sucedido esa noche.
-FIN DE LA ESCENA-
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