Paseo Casual [Libre]

por **Cédric de Chateaupers** Miér Ene 19, 2011 5:49 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Era otra tarde de esas que el capitán odiaba, todo estaba muy tranquilo, todo sin "novedad" como solían informarle de rato a rato sus soldados. Había una irresistible armonía que predominaba en París, combinada con esa aura de romanticismo insoportabe de eso de las 6:30pm cuando el ocaso caía y las parejas se detenían a mirarlo recargado una en el hombro del otro o viceversa, abrazados o tomados de la mano...no era envidia, sino más bien empalago lo que le daba al verlos, tampoco era que rechazara por completo la idea de enamorarse de alguien y tener cierto tipo de gestos cariñosos como esos, pero si de algo estaba seguro, era de que jamás podría llegar a esos extremos. Suspiró recargado en la reja de una de esas impresionantes arquitecturas de la ciudad del amor, debía ser algún monasterio o alguna institución de ayuda social, la verdad no lo sabía ni le importaba. Jugaba con un franco y miraba el camino con cara de aburrimiento, esperando, casi rogando internamente porque pronto pasara algo extraordinario que lo distrajera un poco y le diera una buena razón para estar usando esa incómoda armadura.

por **Jean P.Montagne** Miér Ene 04, 2012 11:03 pm

La tenue luz resplanceció sobre la piel blanca de Cédric, añadido a sus cabellos dorados que parecían casi tintinear con el movimiento, besó un poco más el cuello y bajó lentamente hacia uno de los bonones, lamiéndolo con sensualidad, dejando un ligero rastro de su boca al contacto con la piel ajena. Desabotonó los pantalones del rubio y este alzó las caderas para que Jean lo despojara de la ahora estorbosa prenda, su ropa interior se fue por añadidura.
Coló una mano hasta el vientre bajo del otro, con un movimiento casi felino y predatorio, haciéndolo estremecer. Si bien un sillón no era el lugar más cómodo para esa clase de cosas... Jean se las ingeniaba bastante bien.

por **Cédric de Chateaupers** Jue Feb 23, 2012 11:38 am

La humedad cálida de la saliva ajena, podía sentirla torturando aquellos sensibles botones en su pecho-mnhhh…-Soltó un suspiro erótico, un reproche, porque quería más. La verdad era bueno, ¿eh? Para nada se estaba llevando una decepción con aquel cantinero, que siempre que pasaba por una copa, lo recordaba lanzándole miraditas indiscretas, sugerentes, las cuales él siempre contestó con una sonrisa que aceptaba la invitación en silencio, para después, para más adelante, cuando se diera el momento para ambos.

Y así fue, se estremeció, ante aquel toque descarado que amenazaba con llegar hasta su más sensible zona, la más erógena, la que en aquellos momentos ya comenzaba a despertar, presa de las sensaciones, inconscientemente acerco más la cintura hacia esas manos torturadoras, y sus ojos verdes reflejaron leve súplica cuando se encontraron con los marrones ajenos, en silencio rogaban por que le diera su atención, comenzaba a respirar agitadamente.

por **Jean P.Montagne** Vie Feb 24, 2012 7:51 pm

Jean ladeó una ligera sonrisa sobre el pecho del rubio, gozaba de cada piel que se estremecía bajo la suya, de manera especial esa que ya había acechado en un par de ocasiones, siempre obtenía lo que quería, para eso sí era lo suficientemente paciente. Las orbes suplicantes le incitaron a seguir, sus pantalones ya le estorbaban, su sexo exigía ser liberado lo más pronto posible.
Su boca descendió en línea recta por la nívea piel, esparciendo besos húmedos por su abdomen hasta llegar a su ombligo, aventurándose a ir más abajo tomó la hombría ajena y sin mayores miramientos la introdujo en su boca sólo para tentarlo, para después efectuar ligeros movimientos lubricándolo por completo, el placer haría que se dilatara con mayor facilidad. Después de todo la noche era bastante larga... y el capitán ya había caído en sus redes.

por **Cédric de Chateaupers** Lun Feb 27, 2012 1:05 pm

-¡Ah!-Su espalda se arqueó hacia adelante, cuando su sexo blanco, ya bastante despierto, terminó dentro de la boca ajena-nhh...-Tembló cuando comenzó a lubricarlo con su lengua, de esa forma descarada, que elevó su excitación a un nuevo nivel. Su corazón latía en sus oídos y el lugar parecía un horno a 40º C. Sus mejillas fueron adquiriendo un tono sonrosado y jadeaba levemente, comenzando a tener dificultades para respirar. Le acarició los cabellos castaños y los hombros, en caricias que se mostraban un poco desesperadas, porque quería que siguiera haciendo eso, en verdad le encantaba. Inconscientemente empujó la nuca de Jean con su mano, para que se metiera por completo su miembro en la boca, soltando otro erótico gemido que podría excitar a cualquiera-Ahh...¡sí!...así...-Apretó los ojos echando la cabeza hacia atrás, casi estaba viendo estrellitas por el placer.

por **Jean P.Montagne** Dom Mar 04, 2012 10:07 am

Jean siguió con la tarea de excitarle, la cual llevaba a cabo bastante bien debido a las reacciones del rubio que sí... le ponían bastante. Aceleró sus movimientos mientras Cédric acariciaba sus cabellos y hombros, la poca piel que tenía a su alcance... pero Jean ya estaba bastante duro y no iba a dejar que el rubio se viniera sin antes estar dentro de él. Sacó el blanco sexo de su boca y un hilillo de saliva descendió por su barbilla, la escena por sí sola era más que erótica.

Subió de nuevo hasta su boca para devorarla, mordiendo un poco sus labios color carmín entre tanto desenfreno, una de sus manos bajó hasta la entrepierna de Cédric para seguir masturbándolo, Jean lo apresó con su cuerpo, pegando su notable erección contra su entrada, más quie ansioso por sentirle.

por **Cédric de Chateaupers** Sáb Mar 24, 2012 12:03 pm

Cédric que jadeaba con la boca abierta, y la mirada totalmente perdida; recibió la lengua ajena en su boca con una ansiedad animal; correspondió aquel beso con una voracidad descontrolada, sin miramientos, sin importarle que aquel beso tuviera un leve sabor metálico, por los mordiscos que el otro le daba a sus labios, a decir verdad, le fascinaba.
-mfhhh...!-Volvió a arquearse, estremeciéndose de forma exquisita, cuando sintió que estaba a punto de meterse en su interior, por lo que hizo un esfuerzo por contenerse y no venirse, a pesar de que se sentía cada vez más cerca de lo que sería, seguramente, un orgasmo alucinante y exquisito. Capturó el labio inferior del castaño, entre sus dientes mientras balanceaba su cadera contra el miembro ajeno, sufriendo un nuevo espasmo, por que terminó dentro suyo, ligeramente-ahh...-gimió contra la boca ajena, erótico, perfecto como era.

por **Jean P.Montagne** Lun Abr 23, 2012 9:00 pm

Ladeó una sonrisa perdida en placer, seguida de un ligero gemido una vez que estuvo dentro de aquella carne tan blanca y perfecta, cuyas paredes recibieron de manera abrasadora a aquél miembro intruso que la estaba poseyendo.
Una ves que estuvo adentro por completo, la primer oleada de placer lo embargó como si de una incursión al infierno se tratara, comenzó a marcarle el ritmo de manera cadenciosa mientras mordía su cuello y clavícula, respirando de manera un tanto irregular ante cada embestida que se hacía más profunda.

-Aún no puedes venirte...-Le dijo de manera seductora mientras lo sostenía de manera de que el rubio quedara sobre sus piernas. -Muévete...-Le sentenció en un susurro más que erótico para que Cédric se moviera sobre él.

por **Cédric de Chateaupers** Mar Mayo 08, 2012 6:56 pm

-ahh...ahhh...-Gemía abiertamente en voz baja, sin importarle nada, mientras el castaño lo complacía con esas embestidas certeras, expertas, que cada vez llegaban más profundo dentro suyo, rozando su próstata, al borde de enloquecerlo. Ante la nueva posición en la que sostuvo su cintura, apretó los ojos y se aferró a sus hombros, enterrándole las uñas, temblando entero-Ah!-Estaba completamente enterrado dentro suyo, acariciando con su miembro hirviente el fondo de su placer absoluto, era una tortuosa sensación, tan deliciosa que casi no podía resistirla. Sintió otra intensa oleada de placer en el vientre-mmnnhh...-Respiraba entrecortadamente, al escucharlo extendió una maliciosa sonrisa, dio un suspiro luchando por dominarse, por aguantar sólo otro poco más, mientras comenzaba a cabalgar sobre su miembro, auto-empalándose una y otra vez, siguiendo un ritmo lento, martilleando contra ese punto que le fascinaba-nh...ah! síi!! sí! más...ahh...Jean...-Se escondió en su hombro, ya no podía controlar sus espasmos ni su respiración, se mordió el labio inferior mientras aceleraba su vaivén hasta mantener un ritmo frenético-Yah...ahh...yah...noh...puedo...-Trató de articular esa frase, mirándolo a los ojos, suplicándole que terminara con su tortura.

por **Jean P.Montagne** Jue Jul 26, 2012 9:52 pm

En la posición en la que estaba era complejo para Jean moverse, pero Cédric se las ingeniaba bastante bien, sentía como en cada embestida si interior se apretara un poco más, y eso era una sensación maravillosa.
Escuchó las súplicas del rubio entre gemidos y decidió terminar con la deliciosa tortura que de igual forma también estaba a punto de acabar con su cordura... tomó el miembro del rubio con una de sus manos, mientras la otra se aferraba a su sedoso y húmedo cabello, comenzó a masturbarle a un ritmo más rápido que el de las embestidas, echó la cabeza hasta atrás sin estar completamente consciente de lo que hacía, la respiración del rubio en su oído le descolocaba totalmente. No logró decir nada coherente que no fueran gemidos graves y de vez en vez el nombre de Cédric.

por **Cédric de Chateaupers** Sáb Jul 13, 2013 7:47 pm

-¡AH-ah!...¡Síh..! ¡Jean!- Clamó su nombre por última vez antes de ahogar un gemido agudo en el cuello del castaño y correrse en su mano que había estado masturbándolo de ese modo tan alucinante, el dueño del bar parecía ser muy brusco en sus caricias, pero realmente no llegaba a lastimarlo, sino más bien lo hacía de manera tan precisa, que ya no pudo contenerse más. Su peso terminó derrumbado encima de las piernas y el torso del castaño, mientras jadeaba poco a poco, pero todavía ahogaba algunos gemiditos en su piel, porque aún lo sentía duro en su interior, seguramente Jean todavía no lograba alcanzar la cumbre de su placer y le exigiría continuar con aquello; la simple idea de eso, le hacía seguir excitado a pesar de que hubiera perdido las fuerzas con ese intenso orgasmo...quería más, estaba deseando que el mayor pensara en darle más de aquel placer repentino y casual que tanta falta le había hecho en todo aquel tiempo, su nuevo cargo lo absorbía tanto, que hacía mucho que no se acostaba con nadie, Jean era el primer afortunado de gozar la compañía del Capitán Cédric.

por **Jean P.Montagne** Sáb Ago 24, 2013 11:18 pm

Cuando Cédric logró venirse sobre la mano de Jean, su interior se apretó deliciosamente, haciendo que sus paredes internas se ciñeran al miembro de Jean en un placer casi doloroso.
Jean jadeó algo ronco al sentirse tan asfixiado y a la vez a punto de correrse.
Apretó el trasero del rubio con ambas manos, para pegarlo más a su persona y guiarle en las embestidas, yendo más profundo, más caliente, hasta que toda su cordura no pudo más con aquello, y se vino dentro del Capitán de la guardia, con un gemido sonoro que intentó ahogar, sin mucho éxito.
Se aferró al cuerpo del otro con sus brazos, sintiendo todo el poder del orgasmo aún recorriéndole, buscó los labios de Cédric, para robarle un lánguido beso, colando su lengua dentro de su boca.

Podría pedirle que se quedara, aquello había sido más fructífero que sus expectativas, a pesar de que no todos tenían la suerte de tener un trabajo tan lleno de licencias como el suyo.

por **Cédric de Chateaupers** Sáb Ene 18, 2014 12:56 pm

-¡Nghh! ¡Ah-ahh!- Gimoteó hundido en su cuello mientras el castaño seguía penetrándolo con ese descaro, sujetando así sus firmes nalgas. -¡AH!- Por fin, se arqueó gloriosamente cuando sintió ese abundante líquido hirviente derramarse en él, regalándole esa visión al barman de su cuerpo tan sensual con esa blanca piel de tentación. Correspondió como pudo a ese beso, con algo de torpeza al principio debido a lo atontado que se sintió, hasta que se acopló a los movimientos ajenos y los dos pudieron disfrutar de ese profundo contacto. Le gustó sentir sus brazos fuertes alrededor de su cuerpo y por unos momentos se perdió por completo en esa infinita calidez, sintiéndose flotar estando tan relajado. Desafortunadamente, poco a poco regresó a la realidad cuando dejaron de besarse y cuando empezó a recuperar la fuerza en su cuerpo. Lentamente, se separó de él y soltó un suspiro cuando al levantarse, lo hizo retirarse de su interior. Aún no podría ponerse en pie sin tambalearse por lo que mejor prefirió sentarse a su lado con sutileza, no sabía que decir, ahora se sentía avergonzado por haberse dejado llevar por ese impulso, aunque aún así no se arrepentía para nada, aquello había sido alucinante. Cuando lo miró le sonrió de lado y luego una risa ligera lo hizo lucir encantador -Eres bueno...- Lo halagó sin poder evitarlo, medio perdiéndose en esa mirada oscura.

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