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¡Bienvenido a casa! {William}
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¡Bienvenido a casa! {William}
-Bueno, te presento...- Saltó a la entrada con una pirueta por el pasillo húmedo y extendió los brazos -¡La corte de los milagros! ¡Ahora más civilizada!- Le dijo en tono de presentador como en los eventos que solía organizar -¿Qué te parece? Sé que es muy diferente a cuando te fuiste pero debes aceptar que está mucho mejor, hemos tenido mucha productividad últimamente y la verdad es que es lo que nos ha ayudado de alguna manera- Le explicó mientras pasaba un brazo por sus hombros y caminaba a su lado dentro del pasillo que los conducía dentro -Todavía no puedo creer que estés aquí con nosotros, de vuelta- Confesó encantado, tenían muchos planes los gitanos para recibirle y la fiesta apenas comenzaba porque iba a seguir y seguir hasta el día siguiente -¿Listo para la diversión?- Le preguntó pintando una gran sonrisa en sus facciones y adentrándose de una pirueta dentro de la corte junto con los otros gitanos, que en cuanto vieron a William dentro hicieron la música sonar, sería una gran noche, un par de chicas gitanas se acercaron a William acariciando su rostro y pegándose a él, una le ofreció un trago mientras que la otra traía uvas en una vasija.
Otras tres chicas se acercaron a Adrien y comenzaron a mimarlo encantadas.
-¡Que gusto que regresaras!- Le dijo una de ellas.
El gitano sonrió picarón -Lo sé, no me extrañaban a mí sino a mi cuerpo, que malvadas pueden ser las mujeres- Comentó bromeando con ellas y se rieron como chiquillos bobos, una tiró de su brazo sentándolo en su "trono real" que era prácticamente el trono que sacaban en el festival de los bufones para transportar al ganador, legítimamente le pertenecía a Adrien, lo transportaron a la tarima y dos de las chicas comenzaron a bailar frente a él al ritmo de la música mientras que la otra le ofrecía un trago dándole de beber en la boca. Las otras muchachas guiaron a William a sentarse a lado de Adrien atendiéndolo igual y el gitano se levantó de un salto extendiendo los brazos -¡Que comience la fiesta de bienvenida!- Dijo en un tono maravilloso volviéndose a sentar dejándose mimar. Obviamente los ancianos del consejo estaban molestos con tanta fiesta esporádica pero lamentablemente sólo podían esconderse a refunfuñar, con el líder nadie se metía, estaba loco claro estaba.
Otras tres chicas se acercaron a Adrien y comenzaron a mimarlo encantadas.
-¡Que gusto que regresaras!- Le dijo una de ellas.
El gitano sonrió picarón -Lo sé, no me extrañaban a mí sino a mi cuerpo, que malvadas pueden ser las mujeres- Comentó bromeando con ellas y se rieron como chiquillos bobos, una tiró de su brazo sentándolo en su "trono real" que era prácticamente el trono que sacaban en el festival de los bufones para transportar al ganador, legítimamente le pertenecía a Adrien, lo transportaron a la tarima y dos de las chicas comenzaron a bailar frente a él al ritmo de la música mientras que la otra le ofrecía un trago dándole de beber en la boca. Las otras muchachas guiaron a William a sentarse a lado de Adrien atendiéndolo igual y el gitano se levantó de un salto extendiendo los brazos -¡Que comience la fiesta de bienvenida!- Dijo en un tono maravilloso volviéndose a sentar dejándose mimar. Obviamente los ancianos del consejo estaban molestos con tanta fiesta esporádica pero lamentablemente sólo podían esconderse a refunfuñar, con el líder nadie se metía, estaba loco claro estaba.
Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
William se rió levemente con su cara de chiquillo travieso cuando vio el lugar y soltó un silvido mientras se ponía las manos en la cintura y miraba todo a su alrededor -¡Vaya! Qué trabajo hiciste aquí...¿Quién lo hubiera dicho? ¡Eres buen líder después de todo!- Se burló un poco de él, pues recordaba lo escépticos que estaban los viejos de que él fuera el Patriarca, seguro que se habían revolcado en su odio cuando vieron que tenía éxito. Sonrió de forma cálida al escuchar lo siguiente, le daba mucho gusto -¡Qué buenas noticias!, ¡Me alegro mucho por ti hermanito! antes de que me fuera estabas muy preocupado por eso, pero yo sabía que todo iba a mejorar...- Le comentaba, le pasó un brazo alrededor de la cintura cuando lo abrazó y lo despeinó un poco -¡Claro que sí! ¡No te iba a dejar toda la diversión a ti bufón!- Le aclaró, riéndose después. -¿Qué? ¿Alguna vez no he estado listo?- Le preguntó con sarcasmo.
La música y la fiesta no se hicieron esperar y William rodeó a las chicas de la cintura, encantado -¡Hola preciosas! ¿Ustedes también me extrañaron?- El gitano casi ronroneaba con los tratos de las damas, cuánto extrañó a las gitanas genuinas, eran simplemente las mujeres más sensuales y hermosas de todas, con sus ojos negros y su piel morena.
Se dejó llevar a un lado del trono y se puso cómodo en los almohadones mientras miraba a las chicas contoneando sus caderas al ritmo de la música. Poco a poco la gente fue congregándose alrededor de los "hermanos" gitanos, uniéndose a la celebración, al baile y al vino. Se acercaban a William y lo saludaban con enorme gusto, abrazándolo con efusividad y dándole pequeños obsequios de bienvenida; el gitano nunca se había sentido en casa en ningún lugar, sólo ahí, en la Corte de los Milagros todos lo adoraban.
Alguien le regaló una hermosa túnica color violeta y fue a presumírsela a Adrien rápidamente -¡Mira! hermano, es mejor que la tuya...- Le presumió en un canturreo infantil, dando la vuelta para que el bufón apreciara los detalles en colores vivos.
La música y la fiesta no se hicieron esperar y William rodeó a las chicas de la cintura, encantado -¡Hola preciosas! ¿Ustedes también me extrañaron?- El gitano casi ronroneaba con los tratos de las damas, cuánto extrañó a las gitanas genuinas, eran simplemente las mujeres más sensuales y hermosas de todas, con sus ojos negros y su piel morena.
Se dejó llevar a un lado del trono y se puso cómodo en los almohadones mientras miraba a las chicas contoneando sus caderas al ritmo de la música. Poco a poco la gente fue congregándose alrededor de los "hermanos" gitanos, uniéndose a la celebración, al baile y al vino. Se acercaban a William y lo saludaban con enorme gusto, abrazándolo con efusividad y dándole pequeños obsequios de bienvenida; el gitano nunca se había sentido en casa en ningún lugar, sólo ahí, en la Corte de los Milagros todos lo adoraban.
Alguien le regaló una hermosa túnica color violeta y fue a presumírsela a Adrien rápidamente -¡Mira! hermano, es mejor que la tuya...- Le presumió en un canturreo infantil, dando la vuelta para que el bufón apreciara los detalles en colores vivos.
William DuPont- Dseta
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Fecha de inscripción : 22/02/2012
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
-No tan rápido, creo que alguien me debe una explicación de la última vez que se fue sin despedirse- Dijo Didier acercándose entre la multitud y ampliándole una sonrisa al otro, seguro le vería diferente, la última vez que se habían visto era mucho más pequeño. Se precipitó a abrazarlo y después le entregó un obsequio maravilloso, una copa labrada en oro, obviamente cortesía de una de sus mujeres, era lo bueno de dedicarse a una buena profesión, las ganancias eran bastas. -Feliz regreso William- Comentó mientras iba a donde Adrien y se sentaba en sus piernas -Tú me debes una copa de vino- Le dijo peinando el cabello ajeno hacia atrás con cariño.
Didier E. Evans- Eta
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
Adrien dejó que el otro se acercara alejando a una de las chicas que le consentía para dejar que se sentara en sus piernas -Ohh eres sencillamente adorable Cherì, pero digamos que apenas has cumplido la mayoría de edad ¿Qué no estaría yo pervirtiéndote si lo hiciera?- Le dijo rodando los ojos de modo exagerado, obviamente era un sarcasmo, era más sencillo que Didier le diera unas clases a él, era un muchacho muy listo, se dejó hacer por el otro acercándose a besar su cuello mientras le pasaba su propia copa de vino -Toma, ya me darán otra, cariño- Le dijo amablemente -Claro que no, no tienes una mejor porque... ¡Yo pedí que te hicieran una igual a la mía, tonto!- Le dijo haciendo una cara divertida al decir eso escuchando las risas de las chicas y quizá de Didier, volteó a mirarlo sujetando su cintura y dejando que le mimara -Dile que está mal Didier, que el rey opina que ya es hora de que se pierda por ahí-
Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
-¡Qué rayos! ¡¡Didier!! ¡Cómo vuela el tiempo!- A pesar de que no se había marchado durante tanto tiempo, le parecía que el muchacho había crecido muchísimo desde la última vez que lo había visto, le dio un tremendo gusto volver a verlo. Lo abrazó con fuerza levantándolo del suelo y luego sus ojos centellearon con asombro cuando le entregó la copa -¡W...ow!...vaya, no era necesario...¡Qué demonios! ¡Está preciosa! Todavía te acuerdas de mi obsesión por las reliquias caras...- Le dijo secándose una lágrima de emoción fingida -¡Eres un cursi, niño tonto!- Le recriminó de forma juguetona, despeinándole sus cabellos rubios. Podías dejar de ver a William un siglo y cuando volvieras a encontrarlo, seguiría siendo el mismo torpe y travieso, jamás cambiaba, pero era un muy buen amigo, por eso se daba a querer tanto. Miró a Adrien con una ceja arqueada de desaprobación -¡búsquense un cuarto, tórtolos!- Se burló de los dos, aunque sabía que nada que ver con eso, le agrada molestarlos cuando se ponían melosos. -¡Ni quien quiera observar su romance! Tengo chicas esperándome en la pista...- Dijo en un tono divertido mientras se contoneaba hacia una chica, caminando de una forma muy graciosa que hizo reír a la joven y perder el hilo de su baile. Se le colgó al cuello y siguió bailando con él. Sólo se divertía de esa forma con ellas, la verdad era que no le apetecían demasiado, su gusto estaba más definido en el otro extremo de la balanza, pero jugar al semental era algo que se le daba también, tenía mucha suerte con las damas.
William DuPont- Dseta
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
-Sí claro, irás con ellas pero para enseñarles a bailar, marica infeliz- Exclamó divertido tomando de las mejillas al otro y haciendo una gran dramatización para molestar a William -¡Diablos Elliot! ¡Eres tan irresistible que tendré que tomarte aquí mismo!- Le dijo a grandes voces besándolo en la boca exageradamente y tomando una de sus piernas cuando este se la subió encima, sin poder evitarlo se separó y se rió a carcajadas soltando al rubio dejando que se alejara. -¡Eso es! ¡Huye antes de que te hagamos parte de nuestras bacanales*!- Le gritó.
*Bacanales: Se refiere a las fiestas del imperio romano celebradas en honor al dios Baco. Bacanal también significa orgía con mucho desorden
*Bacanales: Se refiere a las fiestas del imperio romano celebradas en honor al dios Baco. Bacanal también significa orgía con mucho desorden
Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
-¡Iugh! ¡Eso es tan desagradable!- Fingió que le daban náuseas, aunque en realidad esas eran escenas invaluables, Didier era un chico muy atractivo y aunque Adrien se viera como un pervertidor de lo peor, realmente, juntos lucían, como decirlo...tentadores. Pero William jamás pensaría ni intentaría nada con ellos, aunque algunos lo tacharan de andrómano solamente tenía una regla de oro en sus conquistas: con los amigos jamás, bueno...con los verdaderos amigos, porque algunos de sus amigos solían tener ciertos beneficios...pero en fin, eso era un asunto aparte.
La celebración siguió su curso, después del número de baile que le habían preparado las gitanas, seguían los acróbatas masculinos, William sentía que no se merecía tantos honores, pero tal vez sólo tomaban su retorno como un pretexto para hacer ese tipo de espectáculos y divertirse a lo grande; además de que también les servía como práctica para sus presentaciones públicas por todo París, con las que muchos subsistían.
Esmeralda dio por terminada la danza de las chicas y anunció que se acercaran a la tarima para presenciar un número en solitario. Todos tomaron sus lugares en torno al elevado sitio, pero William seguía teniendo un lugar privilegiado en una orilla del mismo, junto con Adrien y Didier, al que dejaron estar ahí.
Fue entonces cuando se apareció alguien a quien William no había visto en muchísimo tiempo y que sintió palidecer cuando lo vio. Siempre le causaba la misma reacción ver a Wesh Saavedra, se le enfriaban las manos y el estómago se le hacía un nudo, su pulso iba más aprisa, con seguridad esas cosas sólo le pasaban a un adolescente. Logró pretender naturalidad a pesar de la mirada embobada que le dedicó al principio, respiró hondo y trató de no profundizar demasiado en el hecho de que no llevaba la camisa puesta y traía esa mascada en su cabello que le sentaba tan bien...junto con ese arillo en su oreja.
Mientras Esmeralda lo presentaba cuando subió al escenario y todos aplaudían y lo saludaban, William seguía mirándolo en silencio. Reaccionó hasta que Esme dijo algo de que Wesh también se alegraba del regreso del "pirata" y el ojimiel asintió con solemnidad divertida. -Que inicie...- Dijo en un tono fingido como de la realeza, haciendo un ademán con la mano, provocando que algunos se rieran y otros lo abuchearan. Se rió después y negó con la cabeza, levantando los puño en son animado -¡No se crean! ¡Wuu! ¡Viva Wesh! Gracias hermano...- Volvió a aplaudir con esa gran sonrisa y todos le siguieron el juego una vez más. Mientras tanto le dedicó una mirada cálida de sincera alegría al gitano, mientras éste se disponía a comenzar.
La celebración siguió su curso, después del número de baile que le habían preparado las gitanas, seguían los acróbatas masculinos, William sentía que no se merecía tantos honores, pero tal vez sólo tomaban su retorno como un pretexto para hacer ese tipo de espectáculos y divertirse a lo grande; además de que también les servía como práctica para sus presentaciones públicas por todo París, con las que muchos subsistían.
Esmeralda dio por terminada la danza de las chicas y anunció que se acercaran a la tarima para presenciar un número en solitario. Todos tomaron sus lugares en torno al elevado sitio, pero William seguía teniendo un lugar privilegiado en una orilla del mismo, junto con Adrien y Didier, al que dejaron estar ahí.
Fue entonces cuando se apareció alguien a quien William no había visto en muchísimo tiempo y que sintió palidecer cuando lo vio. Siempre le causaba la misma reacción ver a Wesh Saavedra, se le enfriaban las manos y el estómago se le hacía un nudo, su pulso iba más aprisa, con seguridad esas cosas sólo le pasaban a un adolescente. Logró pretender naturalidad a pesar de la mirada embobada que le dedicó al principio, respiró hondo y trató de no profundizar demasiado en el hecho de que no llevaba la camisa puesta y traía esa mascada en su cabello que le sentaba tan bien...junto con ese arillo en su oreja.
Mientras Esmeralda lo presentaba cuando subió al escenario y todos aplaudían y lo saludaban, William seguía mirándolo en silencio. Reaccionó hasta que Esme dijo algo de que Wesh también se alegraba del regreso del "pirata" y el ojimiel asintió con solemnidad divertida. -Que inicie...- Dijo en un tono fingido como de la realeza, haciendo un ademán con la mano, provocando que algunos se rieran y otros lo abuchearan. Se rió después y negó con la cabeza, levantando los puño en son animado -¡No se crean! ¡Wuu! ¡Viva Wesh! Gracias hermano...- Volvió a aplaudir con esa gran sonrisa y todos le siguieron el juego una vez más. Mientras tanto le dedicó una mirada cálida de sincera alegría al gitano, mientras éste se disponía a comenzar.
William DuPont- Dseta
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
Didier amplió una sonrisa al comenzar a escuchar al bobo de Adrien y le siguió la corriente en el beso exagerado sólo para molestar, después se rió a carcajadas bajando la pierna del hombro del otro y sentándose bien en la pierna de Adrien para poder seguir observando uno que otro trasero gitano, los masculinos claro... las mujeres no despertaban en él ningún placer si quiera visual pero quizá le llamaba la atención lo flexibles que sus compañeras parecían a veces, haciendo todo eso como si nada, algunas parecían ni siquiera agitarse con aquello, era impresionante. Didier volteó a empujar a William cuando escuchó sus bromas torpes y después corrió a sentarse en sus piernas al notar la mirada embobada que ponía al ver a Wesh -Wow pirata, ten cuidado que ya varios han perdido la visión al observar a ese hombre perfecto de ese modo- Le dijo al oído ya que la música era muy alta, después le amplió una sonrisa pícara muy propia de su edad aunque con marcada sensualidad, el rubio era alguien sexy por naturaleza.
Didier E. Evans- Eta
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
Adrien se quedó en su trono bañado de oro jugando con las chicas y riendo como un bobo, al ver a Didier alejarse para hablar con William con sinceridad no le importó, él ya había visto una chica con la que conversaría uno que otro pendiente de negocios así que le hizo llamar mientras una de las chicas le mimaba y le atendía dándole vino en la boca y otra trocitos de pan -Hola cariño... oye ¿Quieres ganar dinero hoy?- Le preguntó sensual haciendo un trato rápido con ella para que complaciera a William, era de las gitanas más bonitas que trabajaba en el burdel de la propiedad de los gitanos, desde hace generaciones que discretamente ese lugar existía.
Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
Cuando William estaba ahí sentado solo, luego del acto de Wesh, fue cuando llegó la chica a coquetearle, si de por sí no le apetecían mucho las chicas, menos le tentaba la idea en ese momento que no dejaba de mirar al otro gitano y soltar breves suspiros sin notarlo, pues se sentía frustrado de no poder pensar en una estrategia para acercársele sin creer que iba a terminar pareciendo un completo idiota. -¿Te quedarías un rato conmigo..?...- Le preguntó poniéndole ojitos de cachorro -Aunque...¿Sólo te ofrezca tomarnos un trago?- Le dijo después con una sonrisa juguetona.
William DuPont- Dseta
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
Didier no pudo evitar una franca carcajada por ser ignorado, era obvio que tenía razón en sus suposiciones pero la forma en que William lo manejaba no podía dejar de ser divertida. Miró que la chica cruzó un par de palabras con él pero finalmente se fue, Adrien ya estaba tan distraído echando chistes con Esmeralda que ni por enterado de lo sucedido, el chiquillo se acercó una vez que vio a Wesh caminar rumbo a la salida de "La corte de los milagros". -Calma, últimamente anda muy distraído, no es tu culpa ni nuestra en general, Adrien también lo ha intentado, integrarle un poco más y eso pero supongo que parte de su atractivo es mantener el misterio- Le consoló el pícaro chiquillo poniendo un tarro de cerveza frente a él y sentándose confianzudo a su lado.
Didier E. Evans- Eta
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Re: ¡Bienvenido a casa! {William}
Se levantó brincando con la música y varias gitanas corrieron tras él con copas de vino entre risas por las cosas que llegaba a decir ese gitano -¡William! ¿Qué es lo que pasa? ¡Por favor, hermano! Hice esta fiesta para celebrarte y tienes esa cara larga... es decir, sé que naciste con ella pero nada te quita una sonrisita de que menos- Lo molestó animándose a besar su mejilla y buscar su mirada -¿Qué pasa? ¿Podré resolver tu ánimo si te digo que muero de gusto por verte a mi lado?- Le dijo con esos ojos negros que chispeaban entusiasmo y cierta ternura, Adrien pese a todo llegaba a ser un hombre muy cálido cuando se le ganaba de corazón, le sonrió ampliamente y recibió una de las copas de vino dando un largo trago. -Didier, haz que venga mi hermana ¿Qué rayos está haciendo tan lejos de mí? Está por perderse la diversión- Le dijo animado.
-Hermano me obligas a hacer algo que en verdad no quería...- Comentó de repente con un puchero mientras negaba como con "lástima" fingida y de repente -¡Muchachos traigan la botaaaa!- Sí un enorme contenedor de piel en el que guardaban el vino, vario gitanos corrieron risueños y burlistas a sostener a William para obligarlo a bebérselo todo... -¡FONDO! ¡FONDO!- El obvio comienzo de una gran borrachera épica tal y como su gran colega merecía, al carajo, debían saber cuándo dejar de ser miserables y eso pasaba a ser una obligación una vez que se entraba a La corte de los milagros y Adrien estaba a cargo de la diversión.
-FIN DE LA ESCENA-
-Hermano me obligas a hacer algo que en verdad no quería...- Comentó de repente con un puchero mientras negaba como con "lástima" fingida y de repente -¡Muchachos traigan la botaaaa!- Sí un enorme contenedor de piel en el que guardaban el vino, vario gitanos corrieron risueños y burlistas a sostener a William para obligarlo a bebérselo todo... -¡FONDO! ¡FONDO!- El obvio comienzo de una gran borrachera épica tal y como su gran colega merecía, al carajo, debían saber cuándo dejar de ser miserables y eso pasaba a ser una obligación una vez que se entraba a La corte de los milagros y Adrien estaba a cargo de la diversión.
-FIN DE LA ESCENA-
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