Como toda una dama [Ayrton]

por **Adrien C. Trouillefou** Jue Ago 18, 2011 5:26 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Después de eso “Adriana” Se presentaría en la mansión de los Doyle por “un asunto importante que sólo el ministro podía conocer" por lo que haciendo que Danielle le dejara en plena puerta del lugar se atrevió a pedir que le dejaran verle –Dígale que Adriana Faure viene a buscarle por un asunto importante- Le ordenó al sirviente haciéndose “la digna” y desviando la mirada al notar la embobada del tipo al observar su cintura, se le veía algo “plana” puesto que no había querido usar nada que le estorbara en el torso pero la forma del vestido ayudaba en ese aspecto, además él había visto muchas chicas que no tenían los grandes atributos pero gustaban más a los hombres por alguna extraña razón, le hicieron pasar a la sala de huéspedes y le ofrecieron un té por lo que se sentó elegantemente a esperar –Gracias…- Musitó sonriendo ligeramente mientras tomaba la taza de té con cuidado y comenzaba a beber intentando no sorber porque era de mala educación, levantó el meñique recordando las lecciones de Danielle que había tardado realmente un día en educarle, él para actuar era sumamente bueno, pues su trabajo lo ameritaba. Comenzaba a hacer sonar uno de sus tacones al notar que tardaba, la verdad poniéndose un poco impaciente. Su vestido dejaba ver sus hombros y quizá algo de su torso con el discreto corte que intentaba verse no como escote sino más bien adorno estético. En verdad que cada vez perdía más la cabeza y seguro que si Ayrton se echaba a correr era porque estaba muy mal ahora.

por **Adrien C. Trouillefou** Jue Mar 20, 2014 3:20 pm

Adrien dejó caer aquella uva de sus labios al verlo acercarse y correspondió apasionado aferrando sus cabellos para que no se separara, revolviéndolos un poco al deslizar sus manos hacia su nuca, bajó una mano que iba rodando por su piel hacia la entrepierna ajena pero se detuvo justo antes de llegar pegando la cabeza contra su hombro y suspirando algo forzado, estaba excitándose muy rápido, se suponía que no debían hacer eso sino hasta terminar de comer, besó su cuello y pegó su mano contra su pecho cerrándola en un puño al escuchar sus palabras "Alguien que no soy" Tenía que controlarse, suspiró pegándose a él no tenía hambre, no quería nada más que estar pegado contra Ayrton todo el jodido día era claro que su locura ya había alcanzado un nuevo grado, se sentía muy frustrado porque precisamente, se suponía que los gitanos no resistían las murallas pero Adrien pese a lo inquieto que era podría resistir cualquier cosa por Ayrton, ya lo había hecho, estar encerrado por un tiempo en la inquisición ¡Y todo lo que eso conllevó! Tal vez él también se convertía en otra persona al estar cerca de él, pero una persona para bien... porque después de todo no por nada era el líder, no por nada le perseguían, tenía vidas que pagar, pecados que expiar, quizá tantos como Ayrton. -Pero ¿Esa persona es alguien bueno? ¿Alguien que me ama tanto como el extraño que hay en mí cuando te amo tan de cerca?...- Le preguntó manteniéndose contra él otro, le abrazó apretando el torso ajeno con sus brazos menuditos y fuertes. Estaba ya muy sonrojado y quizá algo agitado, estaba diseñado para ser uno con Ayrton cuantas veces él lo quisiera, cuantas veces fuera necesario para profesarse cosas que no se podían expresar con palabras, sin embargo no iba a actuar aún, sentía que era molesto cuando se portaba tan jodidamente insaciable, ¿Cuántas veces lo habían hecho ya desde su llegada? Tenía un problema, le costaba mucho trabajo expresarse como debiera quizá por eso necesitaba expresar todo lo que callaba de esa manera con el ministro que adoraba y tiempo atrás con cuanta gente cruzara su camino. Intentó fingir normalidad pese a que incluso la temperatura de su cuerpo comenzaba a subir, se obligó a abrir los ojos y se incorporó acomodándose sentado en una de sus piernas de nuevo ya sin estar como calcomanía adherido al ojiazul -Muy bien, vamos a ponernos serios, supongo que hay que terminar de comer ¿cierto?- suspiró de nuevo y tomó un par de frutas con el tenedor y lo giró por un momento sobre el plato pintando una sonrisa -Demonios, me es muy difícil jugar a tu manera, Ayrton...- Admitió finalmente suspirando y ofreciéndole el tenedor, gracias a dios que ya llevaban un poco más de la mitad de ese jodido plato de frutas.

por **Ayrton Doyle** Dom Mar 30, 2014 5:42 am

Nunca le molestaba que el gitano le provocara, no importaba lo arriesgado de la situación. Fue por ello que no renegó de la mano que se deslizaba hasta su muslo mientras intentaba regular su respiración, que amenazaba con volver a agitarse luego de aquellas caricias. Su brazo rodeó más firmemente la cintura ajena al sentirlo apoyarse en su hombro, y lo mantuvo ahi, sintiendo su cuerpo cercano, fragil y deseoso al mismo tiempo. Sin importar cómo, cuando o por qué, siempre terminaban en la misma situación. Dejó oir un suspiro antes de que las palabras ajenas se colaran en sus oidos, como martillandole aquella voz que en ocasiones quería llamarse su conciencia. Los movimientos ajenos le hicieron terminar pegado a su cuerpo, como si ambos fueran piezas de rompecabezas que calzaban perfectamente, que se habían ido moldeando con los años, hasta convertirse en lo que eran ahora. - No lo se...- Tuvo que decir finalmente - No se si es bueno o no... - Musitó, susurrando en su oido, rozando sus labios contra la oreja, hablando en voz baja como si tuviera miedo de que cualquier otra persona le escuchara, pese a saberse totalmente solos.- Pero se que esa persona en la que me conviertes, está dispuesta a hacer cualquier cosa por ti - Le aseguró. Estaba incluso dispuesto a poner su cabeza a que la cortaran, por culpa de Alexander. No estaba dispuesto a huir. Porque, ¿Que sentido tendría la vida y huir de París si no podía volver a verle?

Disfrutó del calor de su cuerpo durante algunos instantes más, mientras enbriagaba su nariz con el aroma ajeno al deslizarse por su cuello y entre los cabellos castaños entre los cuales le encantaba enredar sus dedos. Definitivamente, hablar de aquellas cosas era sumamente dificil. A pesar de la intensidad de sentimientos que había en ambos, eran demasiado orgullosos, ¿O cobardes? para decirlo. Pese a todo, finalmente ambos parecieron reecuperar la compostura y decidirse a terminar la comida que los había llevado alli en primer lugar. Harto de la fruta, desplazó el plato y tomó algo más del desayuno; tostadas, pavo, huevos cocidos, tocino y papas hervidas. No pudo evitar sonreirse un poco ante su comentario.- Pero a veces es más divertido jugar de esta manera - Señaló, travieso, antes de dejar una mordida en su cuello, juguetona de por si.- Deberías comer algo más que frutas... Por eso estas tan delgado...- Señaló, antes de tomar un poco de papas y pavo y comerlo él mismo.- Aprovecha que hoy tenemos variedad...- Le comentó, como sarcástico antes de entregarle otro tenedor que había en la mesa para que pudiera comer.

por **Adrien C. Trouillefou** Mar Abr 08, 2014 12:31 am

Adrien le escuchaba guardando silencio y sólo concentrándose en las emociones que le transmitían la variedad de tonos que le ofrecían las palabras ajenas, le hacían tener un cosquilleo en el estómago y que su piel se erizara, le producían una sonrisa involuntaria en los labios que no podía explicar. -Vale, lo voy a intentar, pero para serte sincero no acostumbro comer demasiado en las mañanas- Respondió a eso de que debía comer un poco más y miró aquellas cosas con cierta reserva, si bien cubría todos sus grupos alimenticios la verdad es que a esas horas no tenía mucha hambre, en realidad nunca tenía hambre cuando se trataba de andar de hiperactivo por ahí, debía obligarse a comer algo más por lo que tomó el plato con tostadas y al fin buscó su propio sitio en la mesa, o sea en la silla de a lado de Ayrton, comía seriamente pensando que... el consejo iba a asesinarlo por no haber llegado y que seguro todos corrían en círculos por su ausencia, afortunadamente su falta estaba cubierta con el pretexto de ir en busca de Nicholas, que con sinceridad no buscaría en esa situación en la que París se encontraba pero por lo menos había sonado creíble, de igual manera tendría muchos problemas, fuera de eso ya alucinaba con ansias correr y brincar por ahí en cuanto despertaba de la cama, era parte de su vida y naturaleza, Adrien Trouillefou no era él si no estaba monstruosamente activo durante todo el día. Comía distraído mirando la pared, gracias a esas cosas había logrado relajarse y ahora estaba mejor, metido en su papel cruzó la pierna sentado allí y echó su fleco hacia atrás mientras volteaba a ver una de las ventanas, aquella casa parecía tan tranquila y aislada de la humanidad que el líder se pregutaba porqué el ojiazul pasaba tanto tiempo fuera de ella. "Murallas..." Quizá muy en su interior también podía sentirlas Ayrton, tal vez le había contagiado aquellas cosas. Cuando se dio cuenta las tostadas se habían terminado, se recargó en el respaldo de la silla acercando el vaso de jugo a sus labios y dando uno que otro trago deseando que esto durara bastante pues no tenía deseos de conversar más, después de esas etapas de intensidad se quedaba bastante avergonzado como para mirar al otro, aún su orgullo reclamaba a Adrien esa sumisión que lograba tener frente a Ayrton siendo el líder gitano un hombre tan dominante. Se recargó en su hombro cerrando los ojos durante un segundo esperando a que terminara de comer el otro aquel bocado y recogió sus piernas abrazándolas contra él posando su barbilla en las rodillas, la paz era una sensación extraña a la que aún no se acostumbraba al estar con el ojiazul, se sentía tan raro que no podía evitar caer en una especie de ansiedad compulsiva. "Siempre pareces tan tranquilo e imperturbable..." Pensó para sus adentros pintando una sonrisa, le gustaba mucho el ministro, al grado de estremecerlo con tener apenas un ligero roce de su parte. -Me encantas...- Musitó bajo -Sabes que del mismo modo haría cualquier cosa por ti Ayrton... lo que sea...- Le confesó sin abrir los ojos y quedándose oculto entre sus rodillas, pero de nuevo esa ansiedad agitándose en la boca de su estómago como si millones de mariposas revolotearan con furia sincronizada en su interior, no pudo evitar levantarse bruscamente y comenzar con su hiperactividad habitual posando una mano en la silla del comedor impulsándose para equilibrarse con su palma contra el filo del respaldo sosteniendo todo su cuerpo en el aire con ese solo punto de apoyo, eso le ayudaría a gastar algo de energía -Tiene mucho que no vas a ver mis espectáculos, yo que me esfuerzo tanto- Le reclamó mientras bajaba lento su cuerpo y quedaba parado detrás de la silla dando un par de gráciles pasos hacia donde Ayrton y pintar una sonrisa mientras se posaba tras la silla ajena y ponía sus manos en los fornidos hombros comenzando a masajearlos depositando un beso en su oído -Yo sí voy a ver cómo trabajas de vez en cuando, sólo que tú no puedes verme- Le dijo divertido con una sonrisita traviesa, en realidad era cierto, pero sólo en parte, últimamente había estado espiando bastante a Alexander Armengaud por cuestiones meramente diplomáticas. -Escucha... sé que odias la idea pero tengo que marcharme, amor... mi público espera y ya no digamos mi gente, volveré pronto ¿sí? Y podremos concretar un desayuno más... personal... Te amo- Dijo a su oído y simplemente salió corriendo de allí o no podría hacerlo, era difícil apartarse de él y por eso es que se obligaba a ello, oh las ventanas eran su estilo.

-FIN DE LA ESCENA-

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