Ajuste de cuentas {William}

por **Alexander L. Armengaud** Mar Jun 05, 2012 1:02 pm

Llegó a la mansión y sabía muy bien que a esas horas Dion no estaba, además aunque estuviera, una vez que cerraba su habitación nadie entraba así estuviera desangrándose en su puerta. Se adentró a su cuarto con el bulto a su hombro y lo tiró en su cama, se asomó a ver a una sirvienta que esperaba sus ordenes conteniéndose de mirar lo que sea que Alexander trajera en el hombro –No te atrevas a informar mi regreso temprano a Dion, dile que no sabes nada y no se atrevan a molestarme no importa lo que escuchen ahí dentro. Si no obedecen mis órdenes saben que voy a arreglármelas para que la pasen mal, es mejor llevarla tranquila ¿Te parece?-

La sirvienta le notaba enfermamente feliz, ¡Era un desquiciado pero con que no las matara a ellas todo se haría! -Claro que sí señor, así se hará- Aceptó esta haciendo una reverencia y retirándose.

Una sonrisa maniática se pintó en el rostro del hermoso castaño al cerrar la puerta y ponerle seguro tras de sí. –Ahora sí… como te mencionaba, vas a pagármela caro…- Le dijo sabiendo perfectamente que tales palabras se guardarían en el subconsciente de este a pesar de su inconsciencia.

Se apresuró a quitarle su capa de encima y desnudarlo con cierto repudio, incluso le limpió un poco como si se tratara de preparar un cadáver para la tumba, era un gitano y no estaba seguro si acostumbraban… el aseo personal, tendría que preguntárselo luego a ese idiota de Adrien así como no queriendo la cosa. Tomó ambas muñecas del mismo y sacó unos grilletes con los que le aferró a la cabecera de su cama, después con una cuerda y gran paciencia ató sus tobillos a las patas de la cama de modo que quedara inmovilizado y finalmente amordazó su boca con una práctica que daba miedo, en realidad nunca había hecho algo así en su casa pero acostumbraba ese tipo de cosas en su trabajo así que ya era costumbre. Después de eso se quitó todo lo que le estorbara dejándose sólo el pantalón y jaló una silla junto a la cama esperando a que despertara con látigo en mano. –Lala-lalala♪- Canturreaba tranquilamente.

por **William DuPont** Mar Jun 05, 2012 1:54 pm

Lo último que escuchó fue una risa maniática, luego sintió el helado golpe en la nuca y todo se desvaneció hasta quedarse en penumbras de inmediato. Cuando despertó, la cabeza le punzaba dolorosamente y le costó trabajo abrir los ojos, sentía el cuerpo pesado, como si no pudiera moverlo...descubrió que en realidad no podía cuando lo intentó, luego, de inmediato se alarmó cada fibra de su ser al ser consciente de lo que estaba pasando, estaba desnudo atado encima de la cama de alguien, además habían tenido el cuidado de amordazarlo, por lo que nadie podría escuchar sus gritos de auxilio o de agonía. Con pánico, giró los ojos lentamente hacia un lado y descubrió que quien lo miraba era ese ministro o sub-ministro loco que había golpeado en el callejón, su mirada se tornó enojada de inmediato, frunció el ceño e intentó forcejear con sus ataduras, pero era inútil, ya todo era inútil...tenía un látigo en la mano, "MIERDA!" Pensó en una maldición para sus adentros William, apretando los ojos. De repente se acordó de Lucien, por alguna razón, el pelirrojo había predicho que el de los ojos miel acabaría así desde hacía mucho antes de que eso pasara, esa idea le provocó que un escalofrío le erizara la piel lentamente.

por **Alexander L. Armengaud** Mar Jun 05, 2012 7:48 pm

Al notar que se despertaba amplió una gran sonrisa malévola -Te lo advertí...- Le dijo poniéndose de pie para azotarle en el pecho un par de golpes con el látigo, hábil y rápido con la práctica acostumbrada -Vas a lamentar haberte enfrentado a mí gitano... William DuPont, el revoltoso de toda tu gentuza. Ya había oído de ti y claro que te tenía en la mira...- Le explicaba mientras extendía el látigo en sus manos y lo lamía sensualmente para después volver a mirarle -Bueno, creo que no tendrás ganas de molestarme nunca más- Dijo finalmente para azotarle un par de veces más excitándose poco a poco al ver el dolor ajeno, le encantaba como sufría, cómo se retorcía... era cautivador y debía admitir que el gitano era muy atrayente. Sus orbes cafés no dejaban de observarle con lujuria, su severa expresión pese a lo que hacía era perfecta en él, sensual hasta cierto punto, aquella atención en esa mirada maligna era algo difícil de ignorar.

por **William DuPont** Mar Jun 12, 2012 2:13 pm

La primera vez que ese látigo se estrelló contra su piel, se sintió como una ráfaga de dolor que comenzó a quemarle la piel, extendiéndose rápidamente por todo su torso como si fuera fuego, sin embargo, no le abrió heridas tan profundas, era más bien el intenso ardor, lo que le provocaba ese dolor tan insoportable-mnhh...-Trató de resistir, de no quejarse, de no darle la satisfacción, pero le fue imposible, después de varios de esos golpes terminó retorciéndose y gimoteando ahogadamente todo lo que ese tipo desquiciado quiso, lo miró con pánico momentáneo en los ojos cuando lo llamó por su nombre, ¿Cómo diablos sabía quién era? Una pregunta mejor era, ¿Lo dejaría ir? Eso reducía las posibilidades muchísimo más que al principio cuando creyó ser un gitano anónimo más, sometido a sus torturas. Sintió un nudo en la garganta, acompañado de un agujero en su estómago, cuando vio que lamía su sangre de látigo, no pensó estar sangrando, tal vez ya tenía tan entumecida la piel que no lo notaba. Empezó a respirar pesadamente, de forma errática, lo atacaban espasmos bruscos, comenzaba a sentirse mareado, el dolor ya era demasiado, sin embargo, sus fieros ojos miel, entrecerrados, se fijaron con rebeldía en los de Alexander, si iba a morir, entonces se aseguraría de mantener su dignidad y su espíritu hasta el final.

por **Alexander L. Armengaud** Vie Ene 25, 2013 1:32 am

Le gustó mucho cómo se resistía, a excepción de todos los pedazos de basura que había tenido que torturar y que lloriqueaban por su vida por cualquier cosa que les hacía, este era diferente, soportaría incluso si lo matara a golpes con esa mirada digna y orgullosa. Eso le puso aún más, soltó el látigo y entonces llegó hasta él, tomando la camisa ajena que estaba en una esquina de la cama para secar su espalda y subirse sobre él mordiendo uno de sus hombros -Maldita sea... ¿Porqué demonios no te rindes?...- Le siseó al oído mientras le bajaba el pantalón con brusquedad apenas lo suficiente para descubrir sus apetecibles glúteos. Mordió el blanco cuello con un gusto enfermizo, con fuerza y violencia hasta saborear la sangre. Iba a someterlo como en la antigua Roma se hacía con un inferior para dejar bien clara su posición, esa idea inundó sus pensamientos, apretó con saña una de las nalgas ajenas desplazándose a su otro oído en movimientos lentos y aterradores -Lamentablemente vas a terminar haciéndolo...- Dijo en un tono bajo pero grave, en realidad esa amenaza había sonado bastante aterradora.

por **William DuPont** Dom Jul 14, 2013 11:07 am

De pronto dejó de sentir los golpes y eso le proporcionó algo de alivio, pero esa paz fue reemplazada por un nuevo terror inmediatamente, cuando sintió que lo limpiaba y luego se subía encima suyo, apretó los ojos estremeciéndose con repulsión cuando el otro le murmuró así al oído, le hubiera encantado poder decirle todos los insultos y maldiciones que se le vinieran a la mente, pero lamentablemente seguía amordazado, por lo que solamente lo miró con el mismo odio por encima de su hombro, todo lo que pudo, tratando de sacudírselo de encima pero tragó en seco y se quedó paralizado cuando sintió ese tirón en su ropa, ya sabía lo que el otro estaba planeando y no le cabía en la cabeza resignarse, empezó a removerse con mayor ansiedad, tironeando con todas sus fuerzas de las ataduras, no planeaba dejársela tan fácil, ni rendirse así como así; aunque realmente se estaba engañando, no había mucho que pudiera hacer al respecto para evitar lo que el mayor tenía en mente. -¡MNGH!- Se retorció cuando le mordió así el cuello, pues de veras le dolió, era como si le quemara esa mordida, porque no nada más se trataba de una laserasión física sino también mental, porque no aceptaba la idea de estar indefenso ante aquel malnacido. Sintió que lo manoseaba así y volvió a empujarse contra él para intentar apartarlo, gruñendo con indignación; de verdad estaba loco como para seguir resistiéndose a aquel hombre que estaba diez veces más insano que él, pero William era así, tenía un grave problema de autoridad.

por **Alexander L. Armengaud** Lun Jul 29, 2013 11:15 pm

Aspiró el aroma de su cabello y se embriagó con él de manera insana, sin darse cuenta ya estaba tan duro como el acero, ardía en deseos y cuando el otro se impulsó así hacía él sólo logró rozarse contra él por lo que se bajó la ropa tranquilamente, tomó algo de lubricante de un frasco que ya estaba listo en su cama para ese tipo de cosas y se masturbó con él sólo un momento, dejando escuchar un gruñido, después separó los glúteos ajenos y comenzó a adentrarse en él poco a poco comenzando a sentir un deseo increíble por él, estaba increíblemente estrecho y el ir entrando en él prácticamente a la fuerza era delicioso, se adentró todo lo que pudo en esa posición, hasta topar cintura contra cintura, se movió un par de veces -¡Ngh!...- Pegó su frente contra uno de sus hombros, se dio cuenta que esa posición no era la apropiada por lo que salió de él de nuevo y bajó a tomar un cuchillo para cortar la cuerda y uno de sus muslos con el filo sólo haciéndole una herida superficial disfrutando de su dolor, su terror, su todo, quería bebérselo entero. Lamió su maxilar mientras tiraba de la cuerda cortada y doblaba la pierna del otro prácticamente a la fuerza para hacerle un amable nudo con mucha fuerza, ahora tenía más libertad de hacer lo que quisiera con ese pobre idiota. Dejó escuchar una risa endemoniada mientras volvía a acomodarse mejor -¿Qué pasa?... ¿No puedes liberarte?- Le preguntó burlón mientras volvía a entrar en él con su gran miembro de una sola estocada comenzando a moverse a voluntad en su interior, movimientos breves y concisos una y otra vez -Ohh ¿Acaso alguien comienza a disfrutarlo?- Paladeó aquellas palabras con deleite mientras se esforzaba por encontrar ese punto en su interior con salvajes estocadas, tomando con gran fuerza la cintura ajena, seguro que ese agarre dejaría marcas.

por **William DuPont** Vie Ene 10, 2014 12:04 am

-¡Ngrrrh!- Un gruñido fiero salió de sus labios cuando empezó a penetrarlo y se tensó con fuerza para impedírselo, pero empezó a empujarse con mayor brío contra él, haciendo que no pudiera resistir el dolor por mucho y que se asustara al percibir que si seguía rechazando la intromisión, acabaría desgarrándolo y lo violaría de todas formas sin importarle. Estaba consciente de eso pero aún así se removió con furia de las ataduras y se arqueó pretendiendo alejarse de él todo lo posible, entre gruñidos y gimoteos fieros. Al fin sintió que el otro se retiraba de él y abrió los ojos con asombro, lo buscó con la mirada sobre su hombro para ver qué diablos hacía y le latió el corazón con tremenda fuerza ante el miedo que le dio verlo con el cuchillo en la mano, le arrancó un gimoteo lastimero cuando le hirió la pierna -¡Mngh...!...¡MNRRH! ¡MNFH!- Se apartó de él con rebeldía cuando lamió su maxilar y siguió removiéndose, pretendiendo luchar para que no lo atara así cuando le liberó la pierna, pero no logró zafarse, ese hombre tenía unas fuerzas brutas tremendas, o quizá era sólo que su miedo, el dolor de las heridas frescas y el agotamiento, que le impedía reunir la suficiente fuerza como para luchar con él. Se encogió de dolor sobre sí mismo, en un gimoteo lastimero cuando volvió a meterse así con esa violencia -¡Nhh!...- Tembló y acabó rendido contra la cama, retorciéndose, cuando empezó a moverse así de fuerte; tuvo que obligarse a relajarse o lo partiría en dos; literalmente sentía que podía hacerlo, la tenía enorme -¡Mfhh! ¡mhh! ¡ngh!- Sus gimoteos y gruñidos poco a poco fueron perdiendo su rabia para convertirse en quejidos agudos y lastimeros, ya no estaba resistiéndose, pero seguía retorciéndose debajo de él. De pronto se arqueó temblando otra vez -¡NH!- Ese gemido se escuchó placentero, muy a su pesar, pues había martilleado con mucha fuerza sobre ese punto dentro de él que lo obligaría a disfrutar de esos envistes desalmados. Lo miró sobre su hombro con odio, pero estaba respirando agitado y estaba sonrojado, la habitación era un horno, ¡Mierda!, ¿De veras se estaba excitando con eso? Estaba perdiendo por completo su dignidad, se sintió tan denigrado y avergonzado de si mismo.

por **Alexander L. Armengaud** Jue Ene 30, 2014 10:00 pm

Se concentró en penetrarlo con rabia una y otra vez, cada vez más profundo, cada vez más atroz en sus movimientos, se excitaba de sólo escuchar esos quejidos, de saber que de algún modo el otro también estaba excitado con todo aquello, se aferró con mucha fuerza a su cintura en las últimas estocadas y se corrió bien dentro del otro en abundante semilla, bajando sus manos mientras disfrutaba de ese orgasmo con un par de gruñidos sensuales, apretujando los muslos ajenos y finalmente retirándose de su interior como si el otro fuera algo tóxico. Lo dejó allí en su cama y le indicó a un par de siervos que eran una especie de cómplices para él en esa clase de cosas, que se encargaran de limpiar el desastre y lo bañaran dejándolo amarrado tal cual él lo había solicitado, bien fijo a su cama. Salió seriamente una vez que se acomodó la ropa. Le echó una última mirada, el gitano le ponía mucho, tenía una piel blanca deliciosa como la leche y unos ojos fieros que le incitaban a herirlo más, a cogérselo más, le encantaba. Si pensaba que lo devolvería pronto estaba equivocado, estaría en su habitación el tiempo que él dictaminara. Salió a paso firme de la habitación sin decir una palabra más, finalmente pareciera que iba entendiendo el mensaje de sumisión por lo menos mínima a él para vivir.

por **William DuPont** Jue Feb 06, 2014 9:38 pm

William le sostuvo la mirada aunque ahora se le veía algo decaída y con menos intensidad, de pronto se sintió agotadísimo y muy mareado, todo se nubló a su alrededor y se agitó como si quisiera vomitar pero seguramente se desmayaría antes. Así fue.

Cuando despertó seguía atado a la cama pero estaba semivestido y las heridas ya no le ardían, seguro las habían cauterizado. No tenía idea de cuanto tiempo había pasado porque las cortinas estaban corridas pero afuera se veía que estaba oscuro. Débilmente deslizó los ojos por la habitación, no había nadie más y era un lugar que lucía elegante, ¿Realmente estaba preso en la habitación oficial de un inquisidor?. Solamente pensaba en algo, si no se le ocurría un plan para escaparse aquel tipo lo mataría, luego de que se cansara de follarlo no tendría razones para dejarlo ir vivo. Justo entonces entró una mujer con una bandeja de comida, tenía un gorrito extraño en la cabeza y un vestido largo entallado; así se vestían las siervas de los ricos. Puso la bandeja en la mesa de noche, a un lado de la cama; siendo seguida por la mirada fija de William, cuando le acercó la cuchara el gitano volteó la cara -¿Me vas a envenenar?...- Le preguntó con una leve sonrisa suspicaz.
-El señor no lo ordenó...- Respondió ella sin mirarlo, fingiendo acomodar las cosas en la bandeja, se veía incómoda con el hecho de que la forzaran a cuidar de las víctimas de su "amo".
Ella sería su oportunidad.
-Hmm...así que si te lo ordenara...¿Lo harías?...- Intuyó él, pero trató de ponerle ojos de cachorro, espectantes.
La chica apartó la vista otra vez y bajó la mirada sin responder, conmocionada -Por favor coma...si él vuelve y usted no ha comido...- Un notorio estremecimiento recorrió el menudo cuerpo de la joven.
-¿Qué va a hacer?...- Le preguntó William, fingiéndose asustado e indefenso.
Se veía que la chica podría echarse a llorar en cualquier momento, sentía mucha pena por él, lo veía en sus ojos.
-Oh Cristo...es tan joven...- Se lamentó la chica con un puchero, escondiendo la cara en las manos.
-Oye...- Le habló con delicadeza William, en un gentil susurro -No llores, ¿De acuerdo? No soportaría que una persona tan buena como tú, llorara por mi culpa...- Le dijo en tono desanimado, bajando los ojos unos momentos. -¿Cómo te llamas?...- Le preguntó luego, volviendo a mirarla con una leve sonrisa amigable. La joven lo miró con duda por unos momentos, pero cuando sonrió poco a poco e iba a contestar, los dos se quedaron paralizados al oír ruidos en el pasillo.
-Está bien, deja la bandeja y vete...- Le susurró William en tono apurado, con la mirada fija en la puerta, estirándose lo más que le permitían las ataduras para tratar de averiguar de quien se trataba.

por **Alexander L. Armengaud** Lun Mar 03, 2014 11:31 pm

Alexander entró con un porte terrorífico a la habitación, miró a la chica saliendo y antes de que pudiera detenerse a decir algo le dijo casi mordiéndola -¡Largo!- La chica dejó escuchar un gritito y corrió lejos de él, Alexander cerró la puerta de un portazo y caminó a donde el gitano pintando una sonrisa malévola -¿Tuviste una buena noche?- Le preguntó encantado sentándose a un lado de él para observar esa mirada fiera e indomable, le encantaba -¿Cuántos días tardarás en amansarte y comprender quién es el que manda aquí eh?- Le preguntó tomando su mentón con firmeza y después cacheteándolo volteándole el rostro -¡Me enferma esa mirada tuya!- Exclamó caminando brusco por la habitación como león enjaulado -Ni creas que no conozco a la gente como tú, esa mujer se va de la casa hoy mismo- Dijo obviamente refiriéndose a la sirvienta -Nadie te va a ayudar William así que más vale que decidas cooperar tú mismo con estas sesiones y dejar de hacerlo difícil- Dijo como si fuera aquello cualquier cosa, pero dentro de la cabeza de Alexander eso estaba bien, es decir, el mundo funcionaba a como él lo decidía y nadie retaba a Alexander y vivía para contarlo, no señor.

por **William DuPont** Sáb Mar 08, 2014 11:46 pm

William lo miraba con rebeldía a pesar de todo, no le demostraba que tenía miedo, quizá era eso lo que hacía que se lo tomara personal ese hombre retorcido, pero no iba a ceder ante él, no lo intimidaría; no sólo por el grave problema de autoridad que tenía, sino también porque estaba consciente de que su vida dependía de ello...en el momento en el que el ministro lograra que se doblegara ante él, perdería el interés y la vida del ojimiel podría terminar en el mismo instante. Le apartó la cara de su agarre cuando lo sujetó y luego el imbécil lo abofeteó, haciendo que el castaño se estremeciera de rabia. Lo seguía con la mirada en un silencio enigmático, sosteniendo esa actitud rebelde, porque a pesar de que deseaba tanto mandarlo al diablo, sabía que debía cuidar sus palabras aunque le costara tanto siendo él. Pero cuando escuchó lo de la sirvienta, no pudo evitar interceder, hablando en un tono bajo pero desafiante -No la metas en esto...¡No hizo nada!- Le alegó el gitano, pero su reproche sonó más caprichoso que golpeado -¿Cooperar?...- No pudo evitar una sonrisa burlona que aflorara en sus labios - Tu cercanía me repugna...- Le delineó esas palabras pretendiendo ser despectivo, pero cuando su mirada se clavó en la oscura, un aire seductor se reflejó en sus ojos, algo que no había calculado, fue involuntario mirarlo así, deseaba desafiarlo pero no entendía porque se sintió excitado cuando detectó ese enfermizo deseo en su viciada mirada negra, recorriéndolo de esa forma sucia -No vuelvas a tocarme...- Le advirtió, pero tragó levemente y su piel se erizó cuando los ojos del insiquisidor viajaron por su cuerpo hasta volver encontrarse con su mirada. El corazón empezó a latirle con fuerza -¡No vas a conseguir nada de mí!- Le espetó, aún no pensaba rendirse.

por **Alexander L. Armengaud** Sáb Mar 15, 2014 1:37 am

Al detectar ese atisbo de deseo en su mirada una sonrisa se pintó poco a poco en sus labios -Claro que te repugna- Le siguió la corriente con sarcasmo -Puedo verlo plenamente, cómo pude ser tan estupido- Comentó mientras se acomodaba entre sus piernas y subía la camisa ajena para comenzar a depositar mordiditas en su abdomen a modo de juego -Tú también me repugnas y mucho, sobre todo este juego tuyo de provocarme así...- Agregó mientras buscaba su mirada de nuevo, sus manos se deslizaron a toques severos por su piel hasta llegar a sus botones y pellizcarlos con cierta saña, quería escucharlo, había alucinado con esa voz toda la noche, estaba enfermo, era un pervertido, pero le valía un comino, quería tener ese cuerpo de nuevo, nada le pondría de mejor humor.

por **William DuPont** Miér Mar 19, 2014 10:20 pm

Tembló levemente cuando el otro se le subió encima pero procuró controlarse y no inmutarse con eso, apretó los ojos y trató de no reírse, pero es que le daban muchas cosquillas cuando jugaban con su abdomen, lo malo era que parecía causarles tentación a la mayoría -Mjmmhh...jiji...¡ya basta!- Trató de demandarle eso con tono serio pero aún no conseguía del todo calmar su risita, aunque ésta se cortó de inmediato cuando las manos ajenas se deslizaron más arriba sobre su piel y sus ojos negros como abismos, buscaron los suyos, sometiéndolo como a una especie de hechizo carnal, que le hizo relamerse los labios de forma inconsciente y luego morderse el labio inferior, tratando de no gimotear con esos rudos tratos en sus pezones, quizá él también estaba loco, porque tembló de excitación y deseo una vez más -Umnnhh...- Levantó el mentón levemente pero se resistió a él de todas formas, mirándolo con cierto desafío, pero a la vez, no podía ocultar ese lívido encendido que se le reflejaba en la mirada.

por **Alexander L. Armengaud** Dom Mayo 04, 2014 1:15 pm

Alexander pintó una sonrisa al ver esas reacciones, era un bobo y eso... por alguna extraña razón le agradaba y lo excitaba, comenzó a frotar su miembro contra el otro sobre la ropa y suspiró intentando tener autocontrol, pero se sentía muy bien, comenzó por besar su cuello y sotar su cabello de manera sensual, seductora... Pasó su lengua por detrás de su oído y bajó por su maxilar para después tomar sus labios en un contacto demandante mientras lo aferraba de la cintura con una mano y la otra la colaba entre ambos a frotar el miembro ajeno con brusquedad gruñendo al sentir cómo se tensaba, aquel gitano era delicioso... Ahora entendía a los inquisidores que decían "Prueba un gitano y no querrás dejarlos jamás".

por **William DuPont** Dom Mayo 11, 2014 2:10 am

Separó más sus piernas de forma inconsciente para que el otro pudiera posicionarse mejor encima de él, no entendía porque no podía resistirse, era una lucha interna que, estaba seguro, libraban los dos; retorciéndose en esa lujuria irrefrenable, a la vez, sabiendo que el otro no podía resistirse a la idea de tenerlo una vez más y a pesar de ese intenso deseo, una parte de los dos despreciaba esas sensaciones tanto como las adoraba -Mnghh...- Se retorció otra vez levantando el mentón cuando se desplazó por su oído de nuevo se removió con una sutil gracia -Ahh...- Jadeó en un respingo antes de que su boca volviera a la suya y rebatió ese contacto al principio, antes de empezar a corresponder con una violencia de la que se contagiaron los dos repentinamente; revolvía las manos que tenía atadas ansiando poner tocarlo, poco a poco se convertía en una tortura ese impedimento y a la vez le ponía muchísimo. -Mnfhhh...ahh...- De repente se separó de sus labios con brusquedad volviendo a jadear cuando su mano se coló hasta su erección tuvo un nuevo espasmo y se arqueó sobre la cama como poesía pura; la excitación que sentía lo mareaba al punto de darle náuseas el estar tan deseoso de que ese hombre vil lo hiciera suyo de nuevo. -¡Ahh!...- Al fin se le escapó un gemido entre su respiración dificultosa cuando el otro empezó a atenderlo y sus piernas se movían ansiosas a los lados de su cadera, lentamente mientras mantenía los ojos cerrados y su expresión delataba cuanto estaba disfrutando, aunque quisiera ocultarlo, le sería imposible y estaba consciente de ello.

por **Alexander L. Armengaud** Vie Oct 23, 2015 1:40 am

Cansado de preliminares gruñó y le miró con furia tomando su mentón con fuerza abandonando todo movimiento anterior, sí... abrió más sus piernas y se posicionó en su entrada mirándolo con esas orbes dominantes que podrían arrodillar hasta al más valiente de los hombres, mirándole serio comenzó a sumergirse en él lentamente sin dejar de mirar sus ojos con un deleite extremo, estaba tan estrecho que una oleada de placer le hizo comprimir el abdomen pero apenas si apretó los dientes y gruñó en el proceso, de repente una vez que parte de la mitad estuvo dentro empujó con brusquedad y se internó por completo en un ángulo calculado de manera tal que presionó esa próstata con sólo desearlo. Le abrió la boca con fuerza y sumergió su lengua en esta devorando esos labios mientras movía las caderas en círculos pequeños contra esa próstata intentando no enloquecer en ese momento, estaba tan estrecho que casi era imposible moverse dentro. -¡GNH!- No puso soportarlo, se empujó una primera vez y tuvo que detener el beso para contener una expresión más explícita de placer y bajó la cabeza empujándose un par de veces más llevando su mano a abrazar su cintura para pegarle más contra él y que fuera más sencillo ese ángulo. Se detuvo de repente y le miró fijo logrando notarse imperturbable -¿Todavía te repugno?... comienzo a sentir que no...- Empujó de forma maldosa su cintura contra él con fuerza para hacerlo gemir -Vuelve a decir eso gitano infeliz...- Le musitó en tono grave al oído y comenzó a marcar un ritmo contra él empujándose contra sus caderas una y otra vez adorando cada estocada en su interior.

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